ESPECIAL | Mario y 'Nalo' vidas paralelas
09 noviembre 2015
"Qué significa Leonardo Félix en la vida del Gobernador de Sinaloa? ¿Por qué un empresario, duro a decir de quienes lo conocían, lo apoyó incondicionalmente para que iniciara su grupo ferretero? ¿Hasta dónde llega la lealtad y el afecto entre ambos?"
¿Qué significa Leonardo Félix en la vida del Gobernador de Sinaloa? ¿Por qué un empresario, duro a decir de quienes lo conocían, lo apoyó incondicionalmente para que iniciara su grupo ferretero? ¿Hasta dónde llega la lealtad y el afecto entre ambos? Esta es la historia que cambió el destino de Mario López ValdezSegunda de tres partes
CULIACÁN._Un día de 1971 Francisco "Chico" López, el padre de Mario López Valdez, llegó hasta el mostrador de la ferretería Félix, en Los Mochis, de la cual era cliente asiduo cuando "bajaba" de la sierra de El Cubiri, a comprar herramienta.
Ahí estaba Leonardo Félix Gutiérrez, quien atendía personalmente el negocio. El "Nalo" tenía fama de ser un hombre hosco, exigente en su trato con los empleados.
"Oiga Leonardo, quiero que me ayude con mi hijo, que lo ponga a trabajar. Usted que es muy duro con su gente", le pidió don "Chico".
"Aquí los que son flojos se me van", le advirtió él.
Así inició el encuentro que cambió la biografía de Malova.
En Mario se asomaba la adolescencia. La verdad es que a los 13 años éste ya había forjado una disciplina. "Trabajaba como burro", coinciden quienes lo conocen.
Por necesidad había probado el "sabor" de todo tipo de oficios, lo mismo del campo que de la ciudad. Para sostenerse en la primaria y ayudar a su familia, tuvo que vender desde nieves hasta periódicos.
A fines de diciembre de 2010, don "Nalo" narró así ese momento.
"Mi relación con Mario es muy bonita. Fíjate que éste llegó de chamaco, cuando yo tenía la ferretería Félix que después fue 'la Malova' hace muchos años, antes de tener las agencias de autos.
"Recuerdo muy bien que llegó un muchacho delgadillo, de 13 años, llegó don Francisco, me pidió trabajo para él y por compromisos de un cliente y un amigo, pues ándale, que ahí entra el chamaco".
El antes y el después
El nombre de Leonardo Félix aparece, invariablemente, como punto de referencia en esta historia. Es como un "Antes de" y un "Después de". No hay una sola persona que no saque a flote este dato. Incluso, Malova mismo. Su madre. Sus tíos. Sus primos. Los conocidos Y hasta sus detractores.
Cuenta don "Nalo" que por ser menor de edad, no pudo registrar a Mario en el Seguro Social.
"Haga lo que pueda", le dijo a su contador.
Para muchos quedó grabada la imagen de un joven impecable, simpático, "juguetón" con los clientes, detrás del mostrador de la ferretería. Era escrupuloso con la apariencia que proyectaba. Cuidaba su físico, empezó a hacer más deporte. "Amigos de parrandas" no aparecen en la trama, y sí, en cambio, un rico anecdotario de su trayectoria laboral.
Más bien, lo recuerdan como un muchacho sano, disciplinado, y algo reservado en su vida personal.
A los 18 años se había convertido en el brazo derecho de "Nalo". Pocos se explican cómo un empresario, de la personalidad de Félix, haya derrochado tanta generosidad, con él.
El tío Esteban da su versión.
"Creo que contribuyó mucho el que Mario le dio a ganar mucho al 'Nalo', porque 'se la partió mucho'; después él subió a administrador, no conforme con eso, él se ganó el ascenso, y siguió partiéndosela, no se iba a la oficina, seguía trabajando igual que un empleado.
"Finalmente sí tiene mucho que agradecerle el 'Nalo' a él, le agarró la confianza y le entregó el negocio, vaya que salió adelante. En ese tiempo el 'Nalo' creció, no estaba tan 'alto', ahorita tiene un 'montón' de agencias de carros. Los dos tienen que agradecerse".
Un 'Félix' más
Después de don "Chico", el padre genético, "Nalo" se convirtió en la figura más importante en Malova.
"Él (Leonardo) lo ve como hijo, y él (Mario) lo ve como papá", concluye doña Eva, su madre.
Malova se fue ganando la confianza de los Félix. Como administrador de la ferretera volaba frecuentemente a otras ciudades, para tratar con proveedores. Narra Armando Villarreal, su actual tesorero, que tanto a él como a Leonardo Félix hijo, ambos compañeros de estudios en Monterrey, éste los sacaba a pasear, cuando iba. "Era el de los viáticos", evoca.
"Nalo" dice que muchos veían a Mario como "un Félix más".
"Para mí no es ninguna sorpresa la lealtad de Mario hacia mí. Desde chamaco, nos hemos visto como familia. Mi hijo Leonardo y él se ven como hermanos, en los años nuevos, las navidades.
"Él usa lo de nosotros, él va a mi casa en Semana Santa cada año. Es parte de la familia. Nosotros no lo vemos como un extraño. Es parte de la familia, porque estuvo con nosotros, desde chamaco".
'No te vas'
Lo que sorprendió al "Nalo" es que un día Mario le pidió que fuera su padrino, pues estaba a punto de graduarse como Licenciado en Administración de Empresas.
"¿Y a qué horas estudiaste?", le preguntó. "Pues en las noches, yo me daba mi tiempo", contestó él.
"Así fue la vida de él conmigo", dice Félix, quien no deja de elogiarlo y colmarlo de atributos: "Era muy dedicado, muy responsable, me impresionaba su orden, su disciplina, buen aspecto, muy deportista. Yo he tratado mucha gente muy buena, y Mario era muy deportista el cabrón, y se daba tiempo para todo, me sorprendía. Había un balance (en él), no descuidaba lo demás".
Pero a principios de los años 80, algo pasó que Malova presentó su renuncia a Leonardo. Los hijos del empresario empezaban a tomar las riendas del negocio, que Malova había tenido por muchos años. Las grandes decisiones pasaban por él. Estaba confundido.
"Me voy a trabajar a otro lado", le avisó Mario a su jefe.
"No, ¡cómo!, no te dejo, estás mal, no te vas", le respondió él, quien para retenerlo, le hizo la oferta, con la cual Mario iniciaría su faceta de empresario.
"Oye, te voy a vender la ferretería, te vendo la ferretería", le dijo el hombre que ya empezaba a interesarse por otro giro: la venta de automóviles, marinas, y otros proyectos.
"No, ¿con qué te la voy a pagar? No tengo dinero", le advirtió Malova.
Félix relata cómo logró convencerlo.
"Tienes razón", le dijo, "no tienes dinero, pero tienes lo más bonito que puedas tener: calidad humana, tienes los proveedores, tienes el conocimiento del producto, tienes los clientes, tienes todo. Y así lo convencí".
Pactaron el trato en 60 letras. Pero Malova, con 26 años a cuestas, se le adelantó y le liquidó mucho antes. Según la página oficial de las ferreteras, la primera tienda, que con el paso de los años se transformó en una cadena de 10 eslabones, nació en 1984, por la calle Guillermo Prieto de Los Mochis, "con un pequeño inventario de 3 mil pesos mexicanos".
Este fue el único episodio que sus adversarios cuestionaron al pasado de Malova, cuando competía por la Gubernatura.
"La verdad haberme encontrado con él fue lo mejor que me pasó", nos respondió el Gobernador en una ocasión, "y creo que en un acto de generosidad, o en los cinco minutos que lo agarré, él me vendió una tiendita, muy pequeña, y me dio 3 años para que se la pagara. Ahí tengo el documento 36/36 todavía, cuando terminé de pagarle por ahí en el 84".
"Nalo" extinguió así su ferretería Félix.
Sobre lo atípico de esta actitud, don Leonardo platica: "Mira, no era una generosidad, era un merecimiento. Fue una generosidad entre comillas, y una conveniencia; oye, no era fácil vender una ferretería.
"Entonces una persona como Mario, honesta, con tanta calidad humana, no necesitaba aval, si alguien necesitaba el aval, yo mismo se lo daba. Con una persona leal, no te la estás jugando. Lo difícil es encontrar una persona tan leal y tan honesta con Malova".
'Mi santo patrón'
López se abrió camino, por sí solo, en el mundo de los negocios. Pronto adquirió un terreno propio, en la esquina de Ángel Flores y Obregón, en Los Mochis, donde está actualmente la matriz de sus 10 ferreterías. Tiene siete en Los Mochis, dos en Culiacán, y una en Mazatlán.
A fines de 2010 la firma contaba con 150 empleados.
El crecimiento de su grupo ferretero es peculiar y no responde al modelo empresarial tradicional. Por sus negocios ha pasado toda la parentela.
Malova presume a los cuatro vientos que es el "horcón del medio" de todos los López.
Los gerentes de tiendas y directivos son sus propios primos, o hermanos. Algunos, sin estudios profesionales. Como Ismael López Inzunza, Gerente General, quien se refiere al primo como "mi santo patrón", en su oficina de la casa matriz, donde cuelgan dos gigantes lonas, una de éstas dedicada a la memoria de "Chico" López, quien falleció en mayo de 2009.
Ismael rompe el prototipo. En su juventud fue pandillero, nos confía. "Estudié hasta la prepa, yo no fui muy buen estudiante, se me complicaba el estudio, porque era muy inquieto", dice quien desde los 13 años trabaja al lado de Malova.
"Mi escuela fue trabajar desde joven con Mario, la verdad él es muy buen líder el 'Lic' estudió de grande, pero todo tiempo compaginó bien el estudiar y trabajar".
Malova fue el arquetipo para todos los López. Planeaba los negocios. Cultivaba la relación con proveedores y clientes.
Ismael dice que éste no es predecible, sino "innovador". Además que tiene mucho sentido común y es muy práctico.
"No se complica la vida, se adapta a las circunstancias y a los momentos, y a todo".
'Es el hombre que cambió mi vida'
Una de las claves del éxito de Malova era lo habilidoso para convencer a proveedores y a la gente.
"Es muy bueno para transmitir lo que quiere y convence a la gente", abunda el gerente de 'las Malova', "todo el tiempo nos recalcaba eso, que teníamos que lograr venderle a la gente, que fuera negocio para nosotros y dejarlos contentos para que regresaran. Esa es una máxima del comercio".
Y recuerda cómo él nunca perdió la fe de que el "Lic" ganaría la Gubernatura, pese al poderío de Jesús Vizcarra, por una razón: "Yo soy comerciante y les decía (a los escépticos) que 'Malova es un producto muy fácil de vender, muy fácil de que lo compres', por qué, porque crees en él".
Ello a pesar de los "ataques" contra López, a sus ferreteras y al "Nalo", durante la campaña, con acusaciones de que ahí supuestamente "se lavaba dinero". Ataque que desestima lo mismo Ismael que don "Nalo", para quienes eso fue sólo "guerra sucia", "campañas negras".
Incluso, revela Félix, Malova estaba preparado por si Vizcarra le sacaba esa acusación en el segundo debate.
"Tenía una contestación, no la ocupó se dieron cuenta del error que cometerían si pisaban ese callo", dice.
Aún así eso llegó a afectar el ánimo de Malova.
"No te asustes, cosas peores vas a ver", le aconsejaba su "padre empresarial". "Es el precio que hay que pagar", le recalcaba el hombre de 78 años, a quien Malova corresponde con afecto y lealtad incondicional.
"El 'Nalo' qué es para usted", le preguntó Noroeste, poco antes de asumir la Gubernatura.
"Uuuh. Es un hombre que cambió mi vida, que en mi origen yo creía que el éxito sólo era para los ricos, los fuertes, los poderosos, y ese hombre me cambió mi mentalidad de subdesarrollo, de resentimiento, por una mentalidad de lucha".
MAÑANA
A la sombra de Juan Millán