Estrés infantil: problema creciente

Dantiela Mendoza
27 abril 2017

"Derivado de vivir en ambientes rígidos, con exigencia excesiva, el estrés infantil afecta a cinco de cada 10 niños en su salud física y mental"

Nada hay más alejado de la realidad que creer que la infancia es la etapa la vida más bonita, porque se vive libre de preocupaciones y problemas.

En la actualidad, los niños viven sometidos, todos los días, a diversos conflictos viales, ruido en exceso y tensiones por las prisas de sus padres o familiares que los cuidan, lo que los lleva a desarrollar estrés y con ello enfermedades físicas como gastritis, hipertensión, colitis y trastornos de la alimentación, entre otras. Y emocionales como baja autoestima, agresividad, desobediencia y hasta ideas suicidas.

“Son algunas de las consecuencias que cinco de cada 10 niños pueden presentar por estrés infantil. Es importante que los padres de familia permanezcan atentos y vigilen muy de cerca a sus hijos, sobre todo en este regreso a clases”, expone el jefe del Servicio de Higiene Mental del Hospital General del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, Miguel Ángel Jiménez Sanjuán.

Y explica que el estrés es una reacción que se produce por situaciones que el niño no puede controlar y que alteran su equilibrio; generalmente se desarrolla por ambientes rígidos y de alta exigencia o sobredemanda de responsabilidades.

Este padecimiento se manifiesta en diversos aspectos, como en lo educativo, donde a los niños se les abruma con mayor información y se les somete a exámenes exhaustivos, tareas escolares inalcanzables, agotadoras, que los llevan al punto donde las calificaciones y trabajos son más importantes que el propio aprendizaje.

“A esto se suma la falta de reconocimiento, desatención, no premiar sus logros, incluso muchas veces el niño no responde de la manera que esperan sus padres, familiares o maestros, quienes no tienen idea de que el niño está pasando por una situación de estrés”, señala el médico.

El bajo rendimiento escolar, la actitud de molestar a otros niños, expresar preocupación constantemente, actitudes de necedad y las perturbaciones del sueño son algunos signos emocionales que deben alertar a los padres sobre la presencia del estrés infantil en sus hijos.

Jiménez Sanjuán precisa que no sólo a nivel emocional se presentan cambios, sino que también se dan manifestaciones físicas con molestias constantes como dolores de cabeza y estómago; mojar la cama, por primera vez o de manera recurrente; morderse las uñas o arrancarse el cabello y, en algunos casos, hay disminución del apetito o alteración en los hábitos alimenticios.

“Los padres de familia deben hacer el esfuerzo por conocer bien a sus hijos, analizar sus debilidades y fortalezas, entender los límites que tienen, no exigirles más allá de lo normal y, sobre todo, que exista una  comunicación y comprensión entre las dos partes, lo que ayudará a generar un ambiente de armonía y sano desarrollo para los niños”, exhortó.

Ante esta realidad infantil, el IMSS ha desarrollado el Programa Chiquitimss, donde se promueven las pautas de salud para el bienestar de los niños desde sus primeros años y cuenta con el Servicio de Higiene Mental, donde los niños y sus familias son valorados por especialistas, quienes determinarán qué circunstancias son las que afectan al pequeño y se sugieren algunos ajustes en el entorno.

Si crees que tus peques están siendo afectados por el estrés, considera que si muestran modificaciones en su conducta, tanto en Tu Casa, como en la escuela o con los amigos, es importante acudir al servicio médico, para determinar las circunstancias que perturban al pequeño y prescribir el tratamiento más adecuado.

El estrés infantil puede prevenirse y tratarse, los padres son quienes pueden ayudar a un niño a superar su estrés, no sólo mejorando el entorno y trato hacia el infante, sino también pidiendo ayuda a profesionales de la salud, como son pediatras y psicólogos.

 

NIÑOS CON ESTRÉS

Cuando un niño sufre un proceso que le cause ansiedad, y esta ansiedad llega a causar también reacciones biológicas, es decir, en su cuerpo, ya esta en un cuadro de estrés infantil. El estrés altera su equilibrio tanto emocional como físico y si esta situación es recurrente, puede causar un daño severo a su bienestar general.

 

¿QUÉ ESTRESA A LOS NIÑOS?

Un niño puede padecer estrés infantil ante situaciones que no puede controlar. Por ejemplo existen factores dentro del ámbito familiar como el divorcio de los padres, un nuevo matrimonio, la perdida de uno o ambos padres, enfermedad grave, abuso sexual, abuso emocional, maltrato físico, y hasta la llegada de un nuevo hermano.

El ámbito escolar es otro de los factores estresantes que mas padecen los niños, siendo el mas notable su preocupación por su rendimiento escolar. También puede ser el cambio de escuela o aunque sea solo de salón, hablar en público, y situaciones de acoso escolar, también conocido como bullying.

Cuando un niño padece estrés se comporta de manera distinta a la acostumbrada. La manera en que un niño maneja el estrés varía de acuerdo a su carácter y a su entorno particular.

 

CRISIS EN LAS AULAS

Los profesores, son los que más fácilmente identifican a niños con estrés crónico, y durante los meses del curso escolar, debido a que ellos están en contacto permanente con los menores, no sólo a aquellos que tienen problemas de aprendizaje y mala alimentación, por eso es importante establecer una sana relación con los profesores de tus hijos y saber que no sólo pueden dar una Mejor Educación, sino que también su labor influye en su bienestar general.

 

DETONADOR

Un estrés infantil manejado de forma incorrecta, no que no se atiende por no considerar que es un problema real en el niño, puede desencadenar otro tipo de problemas de salud crónicodegenerativos, como son colitis, úlcera, gastritis, diabetes e hipertensión.

 

FOCOS ROJOS

Los padres pueden condicionar factores estresantes en los niños al seno del núcleo familiar cuando hay problemas de drogadicción, alcoholismo o conflictos como divorcio o separación, violencia doméstica y problemas económicos.

 

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Llanto fácil

Temores intensos

Poca seguridad y confianza en sí mismos

Preocupación inusual

Tristeza

Indiferencia

Están distraídos

Problemas de rendimiento escolar

Rebeldía

Se pueden volver irascibles fácilmente

Dolores, ya sea de cabeza, estomago, o malestar general

Sudoración

Mojar la cama en las noches

Pesadillas y temores nocturnos

Disminución del apetito

Necedad