Fustiga corrupción política, Mario Espinosa Contreras
"En medio de un ambiente de inseguridad y de abusos del poder, el Obispo de Mazatlán llama a funcionarios a respetar los recursos del erario y a conducirse con honestidad"
Cuando apenas era un niño, Mario Espinosa Contreras sintió la inclinación por la vida sacerdotal. En su natal Tepic, Nayarit, pasó su infancia en un hogar católico. Su padre era un médico que atendía a presbíteros, seminaristas y religiosas. Su madre, una fiel cristiana. Entre los amigos de la familia y sus parientes se contaban algunos sacerdotes a quienes recuerda con cariño y como personas que respetaban a su prójimo, hacían el bien a su comunidad. Imbuido por ese entorno de armonía, en el año de 1960, a los once años de edad, ingresó al seminario, primero en Tepic y luego en el Seminario de Moctezuma, en Estados Unidos, donde cursó estudios humanísticos y filosóficos. Más tarde, en 1973 se ordenó Sacerdote y después de cumplir varias encomiendas, en 2005 fue designado Obispo de Mazatlán, misión en la que está a punto de cumplir una década.
La pus que brota
A más de medio siglo de sus años de adolescencia y de sus prístinos recuerdos, ahora se enfrenta a una historia muy diferente. El contexto de violencia y corrupción que impera en México y en Sinaloa no le es ajeno.
En el marco de su tradicional mensaje de Semana Santa, de un nuevo llamado a la paz, lanza una solicitud a los funcionarios públicos --lo que para muchos mexicanos suena a utopía-- para que éstos respeten los recursos del pueblo y se conduzcan con honestidad.
Sentado en su oficina de la Catedral Basílica de Mazatlán, en entrevista con Palestra expresa su consternación por lo que ocurre en México y en el estado, una crisis que se ha desbordado y ha salido a la luz pública gracias a los medios de comunicación. Se refiere a los constantes abusos de poder y actos de corrupción que brotan de las pantallas de televisión, de los diarios y de los sitios de Internet.
"Cada vez más se evidencia la corrupción del sistema político mexicano, siempre se había sabido de la existencia de ciertas anomalías, de atropellos a los bienes públicos, pero ahora resultan más evidentes por los medios de comunicación; eso es muy lamentable y es muy propio de todo el País, no es una zona en particular, aquí, allá y acullá se sabe de malversación de los fondos públicos", resalta al tiempo que pide a quienes trabajan en el Gobierno "respetar lo ajeno".
Caracterizado por su estilo políticamente correcto y conservador, asegura que el papel de la Iglesia en este entramado de cosas consiste en dialogar con el Gobierno y con la sociedad, invitarlos a respetar la vida y la dignidad de las personas, pero siempre manteniendo una "sana" distancia con los asuntos políticos, aunque no niega que algunos jerarcas católicos sobrepasan su misión eclesiástica en sus relaciones con el poder.
A buscar el perdón de Dios
En medio de una crisis de inseguridad que ha llevado a México a contar más de 120 mil muertes desde la "guerra contra el narco" (según datos del Inegi), así como 22 mil desaparecidos y más de miles de desplazados de sus hogares, el Obispo no se olvida en su mensaje de esa otra parte de la sociedad que ha elegido un camino "equivocado". No los excomulga. Todo lo contrario. A los hermanos descarriados, que forman parte del crimen organizado, les dice que siempre es el momento de reconsiderar el rumbo.
"Nosotros los invitamos a una mejor vida, a una rectitud, a una conversión. Ese es nuestro llamado, que recapaciten y se den cuenta de lo que se afectan a ellos mismos y afectan a los demás... El perdón de Dios es para todos, él lo regala indiscriminadamente. No lo retiene para nadie, sino todo aquel que se acerca a él y busca el perdón tiene el perdón siempre...", expresa el líder espiritual en la víspera de la celebración de la Pasión de Cristo.
En esta atmósfera de incertidumbre, externa su preocupación por los jóvenes, que además de hallarse expuestos a situaciones de violencia, se enfrentan a la escasez de oportunidades.
"Sin duda que estamos todos impactados por las situaciones que vive nuestro País, que por desgracia se van agrandando, por una parte en la línea de la inseguridad; por otra parte, en la gran pobreza, la falta de oportunidades para todos, lo cual es muy lamentable, ver a muchos estudiantes que culminan sus carreras y no tienen dónde trabajar... Son jóvenes sin esperanza, eso te impacta mucho", lamenta.
Una década en la Diócesis
El próximo 27 de mayo, Mario Espinosa Contreras cumplirá una década de haber iniciado su ministerio episcopal en esta ciudad. Una tarea que le fue encomendada luego de que el Obispo Rafael Barraza solicitara su retiro por causas de salud. Su arribo al puerto fue a principios de marzo de 2005. Misión que, relata, tomó con gran entusiasmo.
No obstante, al poco tiempo comenzó uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente: la "guerra contra el narco", donde Sinaloa se convirtió en uno de los campos de batalla. ¿Cómo toma un Obispo una misión episcopal en un ambiente influenciado por la violencia? Paradójicamente, el balance de Mario Espinosa es positivo. Comenta que en la demarcación a su cargo, en el sur de Sinaloa, la Iglesia católica se ha mantenido en paz con todos los ciudadanos y no ha sufrido embates directos de las bandas criminales. Eso sí, en los años de mayor peligro pidió a los sacerdotes no realizar servicios por las noches y andarse con cuidado, sobre todo en las comunidades rurales.
Aun así, su tono fue de tranquilidad, nada que ver con el llamado del Papa Francisco a evitar la "mexicanización" de Argentina porque los obispos mexicanos le habían dicho que la situación era de horror. Cuestionado sobre si la Iglesia católica debería tomar un papel más activo en la lucha social, señala que su misión es convocar a la pacificación y ayudar los afectados por la violencia, como ya han comenzado a hacerlo algunos padres con "carismas especiales".
Por lo pronto, en la víspera de celebrar la Pasión de Cristo insiste en convocar a la población a una convivencia pacífica y a los funcionarios a que dejen de ser corruptos.
perfil
- Monseñor Mario Espinosa Contreras se hace cargo de la Diócesis de Mazatlán a partir de 2005, luego de que su antecesor solicitara su retiro por motivos de salud.
- El próximo 27 de mayo cumplirá 10 años al frente de la Iglesia local con el firme propósito de seguir concientizando a la sociedad de respetar la dignidad de las personas.
- Mario Epinosa Contreras nació en 1949 en Tepic, Nayarit e ingresó al Seminario allí a los 11 años en 1960; después se fue al Seminario de Moctezuma en Estados Unidos y completó sus estudios en Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana.
- En 1973 se ordena Sacerdote y Obispo de Tehuacán en 1996. Fue en 2005 cuando se queda como Obispo de la Diócesis de Mazatlán, a los 56 años, una encomienda que mantiene a la fecha.