Glorias del boxeo
10 noviembre 2015
"La Plazuela Machado, escenario de grandes eventos como el Carnaval, y sitio de reunión de figuras del deporte"
Max Baer en Mazatlán1
._ Una tarde del verano de 1936, mi hermano Memo, unos amigos y yo, nos dimos cuenta que se encontraba en la Plazuela el boxeador campeón de peso completo de junio de 1934 a julio de 1935, Max Baer, quién estaba en Mazatlán de paseo. Pronto nos acercamos a él para pedirle su autógrafo que con gusto nos dio. Luego nos preguntó a Memo y a mi si éramos miedosos, a lo que contestamos inmediatamente que no. "Entonces síganme", dijo dirigiéndose a la entrada, tomando la escalera para subir al circulo Comercial Benito Juárez. Caminó hacia el balcón que da a la calle Constitución y extendiendo sus grandes manos se agachó y nos pidió que nos sentáramos en ellas. Se levantó lentamente y se dirigió al balcón con nosotros en sus manos extendidas hacia fuera y nos pidió que viéramos al frente y no bajáremos la vista hacia la calle. Después de unos segundos de miedo en que hubo aplausos del público que se había reunido en la plazuela, nos puso en el piso, emocionados y orgullosos por la hazaña en que habíamos participado.
En 1930, a sus 21 años de edad, peleó contra Frankie Campbell en San Francisco. Con sólo dos golpes lo noqueó, nunca recuperó la conciencia. Fue llevado en ambulancia a un hospital cercano en donde murió. El incidente provocó la reputación de Max como "asesino" arriba del ring. Siguió una pelea de Max contra Ernie Schaaf, quién había ganado a Baer por decisión unos años antes. Cerca del décimo round, Baer golpeó a Schaaf con una de las derechas más fuertes que haya conocido el boxeo. Pasaron varios minutos hasta que fue revivido y pudo pararse sobre sus pies. Seis meses después de la pelea con Baer, Schaaf murió en el ring luego de un jab de izquierda de Primo Carnera. En 1933 ganó a Max Schemeling (favorito de Hitler) por Nocaut técnico. En 1935 Jaimes Braddok le quitó el título a Baer en una ruda pelea que se convirtió en una leyenda del boxeo. Entre 1929 y 1941 disputó 84 peleas en que tuvo un record de 72-12-0 con 53 nocauts. Debutó en el cine en 1934. Murió de un ataque mientras se afeitaba en un hotel de Hollywood, California, el 21 de noviembre de 1959 a los 50 años de edad.
El mazatleco Joe Conde en la Machado
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._ Una camioneta daba algunas vueltas a la plazuela llevando una campana de tamaño mediano, anunciando la pelea de box entre Raúl Talán y Joe Conde. Daban dos campanadas (expresando Talán, talán) y el locutor seguía "contra Joe Conde", así seguían por otras calles de la ciAudad: dos campanadas... contra Joe Conde y así sucesivamente promovían la pelea.
Mi hermano Memo y yo entramos al teatro Rubio (ahora Ángela Peralta) de colados (sin boleto) con la complacencia de don Chano Gómez Llanos, promotor de esa pelea, y nos colocamos cómodamente en primera fila de la platea en la entrada. Disfrutamos de la pelea que ganó Joe Conde por nocaut, aunque tuvimos que salir de volada, ya que no habíamos pedido permiso en casa, en donde nos recibieron con una severa regañada que culminó con un merecido castigo.
Al día siguiente vimos desde el balcón de la casa a Joe Conde paseando a su perrito "salchicha" (que decían le habían regalado de la Cervecería del Pacífico) en la Plazuela, por lo que en menos de lo que canta un gallo estábamos a su lado y le platicamos que habíamos visto como noqueó a Raúl Talán y que aplaudimos y gritamos mucho. También le contamos la anécdota con Max Baer en el balcón del círculo, a lo que comentó que fuimos muy valientes al exponernos a ese acto peligroso. Su nombre era José Alejandro Petrie conde, nació en Mazatlán en 1911 y murió en México, D.F. en 1996 a la edad de 85 años. Era costumbre que Joe Conde siempre le ganaba las peleas a Rodolfo Casanova (de todas las que sostuvieron, sólo una perdió Conde). Se decía que el chango Casanova estaba acomplejado de Joe Conde a quien apodaban "El Dandy", porque siempre vestía elegantemente con casimires finos, usaba cadenas de oro y hablaba inglés. Al empezar la pelea, Conde lo maltrataba en inglés y el pobre Chango no entendía nada y temblaba de miedo, y el Dandy hacia lo que quería con él.
En contraparte, Juan Zurita siempre le ganó a Joe Conde y Rodolfo Casanova le ganaba a Juan Zurita. Cuando fui Presidente Municipal le otorgamos a Conde un reconocimiento como hijo distinguido de Mazatlán. Le platiqué de la ocasión que lo conocí y se acordó de la anécdota de Max Baer.
Joe era primo de Mariano Farriols Conde, amigo mío, que era propietario de un Astillero y a quién le construí su casa en la Avenida Miguel Alemán.
También Joe era primo de Mariano Rivera Conde, Vicepresidente de RCA Víctor y esposo de la conocida compositora Consuelo Velázquez.
Siendo presidente de México (1958-1964) el Lic. Adolfo López Mateos nombró director de la Lotería Nacional a mi amigo Chema González Urtusuástegui. Una vez, estando yo visitándolo en su oficina, me invitó a acompañarlo a visitar a Mariano Rivera Conde a su casa ,lo que acepté con mucho gusto. Tomamos unas copas, cantamos y Mariano me invitó a cenar. Fue una inesperada y agradable velada.
Un caso curioso: yo toqué en esa ocasión el piano de Consuelo Velázquez en su casa y años más tarde (1971) ella tocó mi piano en mi casa. Años después de que murió Mariano (en 1977) Consuelo y su hijo Mariano vinieron a mi oficina en Mazatlán para solicitarme avalúos de unas propiedades que tenía Mariano en la calle Melchor Ocampo, casi esquina con calle Benito Juárez, para el Juicio Sucesorio.
Mariano tenía una hermana de nombre Soledad, muy bonita y de cuerpo escultural, que acaparaba las miradas de todos los hombres mayores y menores (como yo). Vivía en una casa frente al costado oriente de Catedral, en donde se originó una anécdota de un grupo de galanes mayores que se reunían habitualmente en la esquina noroeste de la Plazuela República, en que el ver a la bella Chole llegar a su casa acompañada de un seguramente pretendiente, uno del grupo, envidioso o celoso, dijo "yo no sé qué le vio la bella Chole a ese nada guapo pelafustán", a lo que de inmediato otro del grupo, el ocurrente Víctor U., aseguró: "Yo si se...", lo que todos festejaron.
Buenos canasteros
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._ En la cabecera del lado oriente de la Plazuela estaba instalada una canasta para basquet ball, en donde jugábamos Camilo Medrano, Raúl Carrillo, "Bulillo", Salvador Miyasawa, mi hermano Memo y yo. Lo hacíamos en las tardes al salir de la escuela. Todos nos hicimos buenos jugadores canasteros.
Carnavales
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._ Los cómputos de votos para elegir reina del Carnaval se hacían en el Teatro Ángela Peralta. Los partidarios de cada candidata nos colocábamos en plateas y palcos unos frente a los otros, echando porras a grito abierto, mientras los jugadores hacían las cuentas en el foro hasta que se declaraba la vencedora. Los perdedores siempre descontentos se portaban o nos portábamos respetuosamente.
Luego empezaban a colocar los adornos en toda la plazuela, con arcos en los cuatro accesos así como en las fachadas de los edificios contiguos.
Durante los días de carnaval la gente se volcaba en la plazuela para dar vueltas, arrojándose confeti y serpentinas. Algunos se disfrazaban de "mascaritas".
Los desfiles de Carnaval pasaban por la calle Constitución de poniente a oriente. Nosotros los veíamos muy cómodamente de cerca, en el balcón de los Portales de Cannobio, desde donde arrojábamos serpentinas al paso de las reinas.
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Yo toqué en esa ocasión el piano de Consuelo Velázquez en su casa y años más tarde (1971) ella tocó mi piano en mi casa".