Hay caldo con papas... falta azúcar y café
08 noviembre 2015
"Ahora son cerca de 100 comuneros, siguen en pie a pesar de que el alimento ha comenzado a escasear"
CULIACÁN.- Ayer al medio día, una camioneta roja, en la acera del costado izquierdo del Congreso del Estado, es un buen lugar para cocinar. No es restorán, pero tiene nombre: Exigimos justicia, presa Picachos.Manteca de puerco, papas, cebolla y chile serrano. La señora lo meneó y dejó el tomate para el final.
El menú de ayer incluyó elotes cocidos, tostadas de marlin con verdura, caldo de papas y frijol guisado.
Pero de frijol sólo quedaba una bandeja a la mitad. Hay crudo en una pequeña bolsa. Y para la noche falta el café y azúcar. Ya no hay.
"Otra de las cosas por las que decidimos que también la mayoría no debería estar aquí es por la falta de alimentos", recalcó Atilano Román, el líder de los comuneros afectados por la construcción de la presa Picachos. "Hace dos días eran las cinco de la tarde y la gente no había comido. No teníamos qué comer".
"Ahorita lo que estamos haciendo es tratar de proveernos de alimento suficiente, en caso de que no nos cumpla esta semana Gobierno, ya que esté la mayoría, tener alimento suficiente y no pasar lo que ya pasamos esta semana".
Ayer, el ambiente era de mayor tranquilidad. Lo que les resta sólo era esperar.
Cerca del mediodía, un par de señoras había pelado ya unas papa sacadas de una arpilla.
Picaban mientras recordaban escenas de esta lucha que ya tiene tintes dramáticos: el señor de las muletas que pidió por favor que no atropellaran a mujeres o niños en los desalojos, las escenas tristes de la inundación.
Le echó el agua al guisado. Tomate, un poco de sal y lo revolvió. Queso, y a esperar que hierva.
Y recordaron a la señora embarazada que ha tenido varias amenazas de aborto tras el ataque con gas lacrimógeno.
Alguien pidió un elote. Ya varios se los comen así, solos. O con sal y limón, para atarantar el hambre mientras sale el caldo.
Luego recuerdan al señor que no soportó la presión y terminó con su vida con una cuerda.
Más allá la manteca también brinca en otra olla, flanqueada por un par de cartones, para que no se apague la flama. Hay otra bandeja con frijoles. Sólo frijoles.
Y reviven la pesadilla vuelta realidad. Gritos, empujones; amargura, impotencia; tierras llenas de recuerdos inundándose. La valentía de muchos, la cobardía de otros y la esperanza de quienes vinieron, quienes se quedaron y quienes se fueron.
Y Sonó el paquete de tostadas, seguido de una cuchara que baila pegada al sartén. Una cucharada de caldo de papas, y luego la mordida a la tostada de guisado de marlin con limón.
Estudiantes y maestros de la Facultad de Trabajo Social de la UAS llegaron ayer y enlistaron lo más importante que falta. También dieron recomendaciones. No hay que desperdiciar nada.
"Ándele, sírvase", comentó una de las señoras. "Aquí hay, para quienes quieran".
-¿Alcanzaron ya todos a comer?
- Sí, todos alcanzaron todos. Si no, a ver cómo le hacemos. Pero todos comieron bien.
Hay caldo de papas. Ahorita falta café. Café y azúcar pa' la noche.