Imala, 'florece'... en fin de semana
09 noviembre 2015
"Un espacio turístico luce resplandeciente sábados y domingos, pero en los demas días de la semana permanece quieto y semivacío"
CULIACÁN._ El abarrote de Nereyda, con sus dos mesas listas para recibir a los clientes, luce vacío. Es jueves, y en Imala las calles, como ocurre comúnmente de lunes a viernes, están desiertas. Allí la actividad y el trabajo que genera el turismo sólo es de fin de semana. Elvia Leticia Hidalgo, originaria de la sindicatura y propietaria de la tiendita que antes fue Conasupo, tiene un lugar privilegiado para las ventas.Su pequeño negocio está en la calle que conduce al balneario de aguas termales, pero sus clientes, al igual que para las otras cuatro tienditas que existen y cinco restaurantes caseros, llegan los sábados, y principalmente los domingos.
El resto de la semana sobrevive con las ventas a lugareños, y recientemente a ciclistas que recorren los 20 kilómetros de la carretera Culiacán- Imala, para ejercitarse.
"Sábados y domingos es cuando más o menos vende uno aquí, porque sí viene un poco más gente que antes, pero los que se benefician son los que trabajan en las albercas, porque allí queda la mayor parte, y nosotros no nos beneficiamos con el turismo", señala la comerciante.El balneario, famoso por sus aguas sulfurosas, que atraen a cientos de turistas en Semana Santa, es manejado por la Sindicatura y un patronato.
"En las albercas hay como unas siete u ocho personas que venden, y además el turismo trae sus propias cosas, bajan hieleras, y pues compran poco afuera". La principal actividad económica es la agricultura de temporal, de allí que los jóvenes y adultos del sexo masculino abandonan el lugar en busca de trabajo la mayor parte del año.
"Yo aquí he vivido siempre, y la verdad no veo mucho cambio. Los que comen a gusto, por decirlo, son los 10 que trabajan en las albercas, y los demás siembran de temporal pero no siempre da, otros son albañiles o hacen otras cosas, pero se van a otras partes para trabajar, y por eso entre semana está solo esto", expresa. "La gente se ha ido, muchas casas están solas por lo mismo, porque no hay fuentes de trabajo, nunca ha habido, y por eso entre semana somos puras señoras aquí, trabajando"
De acuerdo al INEGI, en Imala hay 259 habitantes, mientras que en 2005 había 215 y en 2000, 314, es decir que en 10 años se ha reducido la población un 17.5 por ciento.
Los empleos de sábados y domingo Leonardo Félix Rodríguez tiene 83 años, es propietario junto con su familia de un pequeño restaurante que abrió en 2010, y que da trabajo a tres personas más, los sábados y domingos. Sus hijos forman parte de los lugareños que emigraron a Culiacán en busca de trabajo, pero regresan los fines de semana al lugar donde nacieron.
En el patio, se colocaron mesas y hay también una máquina para hacer chorizo, financiada por el Municipio. "Servimos puro desayuno sábado y domingo, y viene mucha gente, hay veces que no cabe aquí y tienen que esperar mesa, pero entre semana viene uno que otro, y a veces nadie". Para él, Imala ha mejorado al paso de los años, aún cuando la actividad económica sigue siendo de dos días.
Leonardo estudió únicamente la primaria, y forma parte del 70.97 por ciento de la población de Imala que no concluyó la educación básica, según el INEGI.
"Yo me he dedicado al comercio, pero la gente vive del jornal, pero como es eventual no siempre hay, y el Gobierno sí ha dado para poner negocios, les dio aquí a unos para pollos y churros pero no los pusieron, a mí me dieron un molino y una báscula, con las que trabajamos para hacer chorizo". La sindicatura con menor población de Culiacán, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo, tiene un Índice de Rezago Social de menos .86, considerado bajo.
Aún cuando se ubica a 20 minutos de la ciudad, el Coneval encontró que el 4.48 por ciento de las viviendas carecen de drenaje, el 20.90 tienen piso de tierra, y el 1.49 no disponen de energía eléctrica.
En el Siglo 21, en Imala el 41.79 por ciento de las familias no tienen una lavadora y el 10.45 por ciento un refrigerador. María Mercedes Félix, quien también habilitó un restaurante en el patio de su casa hace alrededor de ocho años, cuando falleció su esposo, es una de los pocos habitantes de Imala que tiene trabajo de lunes a viernes.
A ella el Municipio le lleva grupos de personas en Turibús o en autobuses, los cuales acuden a ella en busca de comida.
"Entre semana viene gente que atiendo si me lo piden, yo vendo desayunos, comidas y cenas, y los fines de semana viene mi hija a ayudarme". El lugar no tiene una ruta de transporte, y para viajar a la ciudad, los pobladores piden "raite".
La comunidad tiene un jardín de niños, primaria y secundaria, donde estudian 75 estudiantes aproximadamente, entre lugareños, y de las comunidades de San José y La Cofradía.
Tania Álvarez, quien asiste a la Telesecundaria, es consciente de que para trabajar, como sus hermanos, tendrá que marcharse. "Quiero seguir estudiando, me gusta Pediatría, y yo creo que voy a estar yendo y viendo porque aquí no hay mucho (trabajo). Mi papá es velador en el balneario, pero muchos se van a trabajar a otros lugares".
Defiende Municipio fuentes de trabajo Rodrigo Flores Amezcua, coordinador de Turismo Municipal, aseguró que al aumentar las visitas al balneario, sí generan derrama económica en la localidad, que también tiene un tortugario.
"Mucha gente que va de fin de semana pues va y desayuna allá, va a andar en bicicleta, y es una derrama importante que queda allí en el mismo balneario, puede ser que entre semana esté muy floja la venta pero sí los fines de semana sí se eleva mucho el consumo". De ingresos al centro recreativo, que cuenta con spa, cabañas se recaudan 2 millones de pesos que son reinvertidos.
"Además se han apoyado unos 15 proyectos productivos rurales, y se ha apoyado con pintura, techumbres, anuncios, mejora de las banquetas, del mismo equipo para la cocina, capacitación, y ha generado también derrama".
De enero a septiembre, 77 mil personas en total visitaron el centro recreativo. "Sí podemos ver una mejora en cuanto a la población, de los negocios que están ya consolidados sí se ha visto que la gente ha arreglado sus casas, las cercas... y los proyectos productivos en Imala han servido de ejemplo a otros lugares como Bacurimí".
En Imala, donde la tradicional iglesia de adoquines ahora es de color blanco, han llegado culiacanenses en busca de casas de fin de semana, mientras que los pobladores han emigrado a otros lugares para obtener empleo, y de 67 viviendas que estaban habitadas en 2005 según el INEGI, hoy sólo quedan 50.
259 habitantes hay
actualmente
314 habitantes había
en 2000
67 Viviendas existían
en 2005
50 Casas permanecen,
según el INEGI.