Jardinería sin excusas: Plantar en cualquier espacio y clima
"Para quien no tenga un patio, trate de ahorrar agua o quiera ponerse creativo, estos jardines pueden ser grandes opciones"
Deseret News
La primavera es la temporada tradicional para plantar, pero para algunos jardineros pujantes, quizás sean más realistas las opciones no tradicionales. Para quien no tenga un patio, busque un proyecto para niños, trate de ahorrar agua o simplemente quiera ponerse creativo, estos jardines únicos pueden ser grandes opciones.
Jardines internos comestibles
Elizabeth Millard, autora de "Tu huerto de interior: convierte tu casa en un pequeño huerto durante todo el año", aprovecha el ambiente controlado de interiores para cultivar comestibles… incluso en invierno.
"Tenemos estaciones, y hay un par que no son muy adecuadas para cultivar cosas afuera. También es una buena forma de plantar a pequeña escala", explica Millard, que vive en Minnesota. "Se puede ajustar la humedad vaporizándolas más seguido o ajustar el flujo de aire, y se puede replicar un ambiente verdaderamente ideal en la casa o el departamento".
Cultivar puertas adentro es posible en casi cualquier situación, siempre y cuando las plantas tengan luz, tierra, una filtración adecuada y un flujo de aire.
"Se necesita luz; se puede usar una ventana, pero para cubrir gran parte de esa necesidad se puede usar una luz fluorescente de espectro completo, que es lo que la gente suele poner para iluminar la mesada de la cocina", explica Millard. "Cultivé muchas cosas en el sótano antes de empezar a usar esas luces en un estante. No hacen falta 'luces para cultivo' de plasma LED".
Millard agrega que los jardineros pueden adquirir tierra especial para plantar en interiores o "aflojar" la común con vermiculita para un cultivo ideal puertas adentro. Algo tan simple como un ventilador de escritorio puede aumentar el flujo de aire y evitar que se forme moho alrededor de las plantas.
Cultivar en interiores puede ser genial para los niños, dijo Millard, y también puede ahorrarles dinero a los padres con hierbas, hongos y "microverduras" frescas.
"(Las microverduras) son la primera etapa de crecimiento de una planta", afirmó ella. "Si crecieran, se convertirían en remolachas, zanahorias o algo así, pero se los cosecha cuando tienen unas dos pulgadas de largo. Así se obtiene un sabor intenso de lo que sea que uno esté cultivando, y se puede cultivar una mezcla de hierbas, o verduras picantes con mucha mostaza, o lechugas. Es un proyecto muy divertido para hacer en la cocina. Se los planta bien adentro para que crezcan como una alfombra. Es un microcampo de verduras".
Según Millard, las microverduras tienen mayor densidad de nutrientes que las verduras tradicionales y sus sabores intensos se aprovechan mejor como condimento".
"Escoge lo que te parezca emocionante", aconseja. "Lo mejor es primero ir de a poco para ganar confianza. Las hierbas son una gran opción y comprarlas ya plantadas y trasplantarlas no es hacer trampa. Es un proyecto muy divertido para hacer en la cocina".
Jardines que ahorran agua
Hay incontables formas de hacer que el jardín externo se vea colorido y resista las sequías, según Pam Penick, autora de "The Water-saving Garden: How to Grow a Gorgeous Garden with a Lot Less Water."
Un jardín puede ahorrar agua de forma pasiva o activa, según Penick.
"Un jardín que ahorra agua (de forma pasiva) es uno adecuado no sólo para el clima del lugar donde usted vive, sino también para los caprichos de ese clima", sostiene ella. "Puede que un día promedio sea bastante agradable, pero cada cierta cantidad de años llegará una sequía o una inundación. Un jardín con uso inteligente de agua está preparado para esos cambios en el clima o sobrevive durante largo rato sin que haga falta prender los regadores todos los días. Uno debe reconocer el clima en el que vive".
Los jardineros que deseen un enfoque más activo pueden emplear métodos de recolección de agua como usar aguas grises o instalar barriles para la lluvia.
"Cuando se arma un jardín con ese tipo de condiciones, uno puede rendirse o encontrar una manera de tener un jardín bonito", dijo Penick. "Realmente hay muchas opciones".
Como el secreto de los jardines que ahorran agua está en las plantas que se eligen y en aceptar el clima local, Penick sugiere hablar con viveros locales que estén familiarizados con las especificidades de cada región y comprar ahí.
"Evite las redes de viveros de gran tamaño, que muchas veces venden exactamente las mismas plantas a todo el país", sostiene la autora. "También hay viveros online".
Cuando Penick se mudó, se dio cuenta de que el cambio de clima exigiría hacer cambios importantes en el jardín tradicional al que ella estaba acostumbrada.
"Incluso antes de que desempacáramos, yo ya había determinado la muerte de ambos jardines, el delantero y el trasero", afirmó Penick.
Fue arriesgado, pero le dio muchas oportunidades de conocer a sus vecinos y sentar un ejemplo sobre el uso consciente del agua.
"(Un jardín es) la cobertura de terrenos por defecto", postuló Penick. "Es barato y todos saben qué hacer con él; es por eso que es popular. Quizás muchos en el Oeste de Estados Unidos hayan traído su propia estética del este del país, que es más húmedo, y crean que así debe ser, o no sepan qué más hay. Cuando uno mira a su alrededor, tiene esta sensación abierta de posibilidades".
La creación de un jardín no tiene que ser a todo o nada, sostiene la autora. Se pueden reemplazar partes de un jardín tradicional con plantas locales para reducir el promedio de litros de agua que necesita el jardín cada semana.
Entre otras técnicas para ahorrar agua sugeridas en el libro de Penick está usar un balde para recolectar el agua de la ducha mientras se está calentando o recolectar el líquido condensado del aire acondicionado para usar en el jardín.
"Hoy en día, con tanta escasez de agua, muchos se preguntan si la jardinería vale la pena", afirmó Penick. "¿Tener un jardín es algo egoísta? Yo digo que no, es bueno para el medio ambiente, ayuda a enfriar nuestras ciudades, embellece. Hay muchos motivos para dedicarse a la jardinería; sólo hay que hacerlo de manera inteligente".
Jardines hidropónicos
Los jardines hidropónicos, sistemas sin suelo en los que las plantas se alimentan de nutrientes agregados al agua, pueden florecer en interiores o exteriores, explicó Michael Caron, horticultor de la Universidad Estatal de Utah.
"Uno de los beneficios es que se ejerce un control total sobre todas las influencias que actúan en las plantas", afirmó Caron. "Eso aporta flexibilidad, pero también puede ser la perdición. Si uno no acierta con el nivel de nutrientes o de sal, ese control se vuelve mortal porque uno no acertó todo. Son sistemas impiadosos".
Pero que el sistema exija un control preciso no significa que las plantas hidropónicas no puedan florecer en casas. El alto grado de control es el motivo por el cual muchos grandes invernaderos en el mundo emplean la técnica para cultivar alimentos constantemente.
"Por lo general, la mejor forma de empezar es buscando kits para principiantes. Hay muchos minoristas online que venden kits con abrevaderos o bandejas", explicó Caron. "La planta flota en ellos y vienen con la cantidad justa de solución e instrucciones para cambiarla. Es bastante básico".
Plantas como la lechuga y las hierbas, especialmente la albahaca, son ideales para empezar con la jardinería hidropónica. Las fresas son otra planta hidropónica común, pero hace falta más experiencia para cultivarlas con éxito.
"Para mí, la jardinería tiene que ver tanto con la terapia como con mejorar la sustentabilidad", dijo Caron. "Es el aspecto terapéutico. Creo seriamente que esa es la principal razón por la cual la gente se dedica a ella; es la terapia derivada de trabajar con plantas, trabajar afuera, sentir el sol en el cuello".
No te rindas
La jardinería exige práctica y paciencia, sostuvo Millard.
"Durante mucho tiempo me encantó cocinar y me había enganchado mucho con los alimentos saludables, pero había algo en cultivar que me intimidaba mucho", contó ella. "Me equivoqué. Decidí traerme cosas para trasplantar del mercado de granjeros sin leer nada sobre cómo cuidarlas bien o cómo trasplantarlas de manera adecuada; simplemente las puse en un cantero elevado en mi jardín y pensé que prosperarían. La falta de riego y un mal lugar las condenaron. Y pensé: 'Puedo hacerlo mejor que esto'".
Su consejo: no tengas miedo a tropezar.
"Sólo hay que pensarlo como una aventura divertida", afirmó Millard.