La Guerra de Independencia
07 noviembre 2015
"La Guerra de Independencia"
José Alberto Rodríguez Bernal
MAZATLÁN._ La Guerra de Independencia surgió después de una época de auge económico y cultural. Fueron varios los factores que se conjuntaron para que la población estuviera descontenta, especialmente la élite formada por criollos.España cometió muchos errores en su política exterior, como la Guerra de los Siete Años y el apoyo de las colonias inglesas, lo cual obligaba a la Nueva España a financiar a la metrópoli con préstamos forzosos, donativos y alzas de precios. Esto dañó altamente a la economía novohispana.
Los conjurados del Bajío
El golpe de estado dado al Virrey José de Iturrigaray en la Ciudad de México, el castigo impuesto a los sediciosos aumentaron el odio hacia los peninsulares, quienes violaron la legalidad. De esta manera se aprendió que no se podían expresar opiniones políticas, so pena de ir a la cárcel o al exilio, lo cual envió a muchos a la clandestinidad.
En 1809 y 1810 se organizó una amplia red de "conjurados". Un grupo de ellos fue descubierto en la ciudad de Valladolid, bajo el liderazgo de Ignacio Allende, Mariano Obeso y Fray Vicente de Santa María, que pretendían formar una junta que gobernase en ausencia de Fernando VII, pero terminaron en prisión.
Esto volvió a renacer en Querétaro, precisamente en la casa del Corregidor, Don Miguel Domínguez, y para que no se sospechará, su esposa doña Josefa Ortiz organizaba unas fiestas o fandanguillos, donde se planeaba la posibilidad de independizar a México.
Grito de Dolores
Hidalgo, Allende y Juan Aldama tuvieron que recurrir a los fieles de la parroquia de Dolores, pues no se pudo movilizar a la milicia. Este llamado fue atendido por centenares de campesinos, peones e indios que estaban tratando de mejorar su condición, y cuando se dirigían a San Miguel el Grande, Hidalgo, en el santuario de Atotonilco, tomó como estandarte la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Las tropas insurgentes tomaron Guadalajara y Zacatecas. Las diferencias entre Hidalgo y Allende alteraron la organización militar que habían logrado, lo que los llevó a la derrota, el 17 de enero de 1811, en el puente de Calderón, bajo el mando realista del teniente Félix María Calleja. Fueron capturados en Acatita de Baján y ejecutados el 30 de julio de 1911, las cabezas de Hidalgo, Allende y Mariano Jiménez fueron colocadas en la Alhóndiga de Granaditas.
En esta lucha por la Independencia, la mujer también tuvo un papel importante. Criollas, mestizas, indias, negras, ricas, pobres, esposas, madres, novias, amantes, monjas y prostitutas, en mayor o menor grado arriesgaron vida, libertad y bienestar por una causa que consideraban legítima. Los niños también siguieron las andanzas de sus padres y corrieron los mismos peligros. Es notorio mencionar a Josefa Ortiz, Romana Jarquín, Rosa Patiño, Ramona Bustamante, Gertrudis Bocanegra, Leona Vicario y Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín.
Pero en el sur, otro cura llamado el "caudillo del sur", don José María Morelos y Pavón, dotado de genio militar, político y administrativo se puso al frente de los pueblos de México, Puebla, Oaxaca y el sur de Valladolid, éste no se ganó el respeto de la mayor parte de la población y enemigos, se rodeó de gente como Pablo Galeana, Mariano Matamoros, los Bravo, Manuel Mier y Terán, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, los cuales le ayudaron en legendarias victorias.
Muertos sus mejores hombres, Morelos fue sorprendido el 5 de noviembre en Temaslaca y llevado a México, donde se le abrió doble proceso, eclesiástico y civil.
Degradado como eclesiástico por al Arzobispo Pedro José Fonte y declarado hereje, traidor a Dios y al Rey fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec, el 22 de diciembre de 1815.
Sacrificado Morelos, el movimiento de insurrección se debilitó al faltarle cohesión y dirección. Los jefes que se mantuvieron fueron Pedro Moreno y el padre Torres en el centro y Vicente Guerrero, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria en el sur.
Habiendo gobernado hasta el 8 de mayo de 1810, el Arzobispo y Virrey, Francisco Javier de Lizana y Beaumont, y después hasta el 13 de septiembre de ese mismo año, la audiencia gobernadora, a ésta le sucedió un nuevo Virrey designado en España, Francisco Javier Venegas, militar de carrera, buen político y activo funcionario.
El 14 de marzo de 1813, Venegas dejó el mando al general Félix María Calleja, quien gobernó desde ese año hasta el 20 de septiembre de 1816 y fue relevado por Juan Ruiz de Apodaca, quien dirigió la Nueva España hasta el 5 de julio de 1821, en que fue destituido por las tropas españolas.
Un nuevo Virrey y el último gobernante español, Juan O'Donoju, tomó el mando el 3 de agosto del mismo año.
Una de las libertades que concedía la Constitución liberal de Cádiz era la prensa liberal, una igualdad política proporcional a la población americana y peninsular, por ello Vicente Guerrero pudo conocer los grandes cambios políticos y actuar inteligentemente para su causa.
El Virrey en ese entonces, Juan Ruiz de Apodaca, tuvo un acercamiento con diversos grupos y adoptó frente al movimiento insurgente una política hábil de tolerancia y comprensión, además ofreciéndoles a los grupos rebeldes el indulto. El pueblo deseaba la supresión del pago de tributos, ansiaba una distribución equitativa de la riqueza, la propiedad territorial, la restitución de tierras y agua, impartición de justicia y desaparición de un sistema discriminatorio, era el panorama que presentaba la sociedad mexicana a finales de 1819.