La hidra llamada narcotráfico
"El autor del libro El Narco explica que el Estado perdió el control de la delincuencia organizada cuando ésta mutó con la llegada de la alternancia en el País"
El autor del libro El Narco explica que el Estado perdió el control de la delincuencia organizada cuando ésta mutó con la llegada de la alternancia en el País, luego Calderón se enfocó sólo a cortar liderazgos y ahora el reto de EPN es reducir los niveles de violencia
MAZATLÁN._ Corrupción, inseguridad y violencia son las cabezas de la hidra llamada narcotráfico, al que Felipe Calderón le "declaró la guerra" durante su sexenio.
Pero en su batalla, el ex Presidente decidió "cortar cabezas", sin saber que el narcotráfico, al igual que la mitológica criatura, es capaz de regenerarse y multiplicarse cuando su líder es "cortado" del mapa, advirtió el periodista británico Ioan Grillo, autor de "El Narco. En el Corazón de la Insurgencia Criminal Mexicana".
"Una de las políticas centrales del Gobierno (de Calderón) fue decapitar a los cárteles, quitar la cabezas, y ¿qué lograron con esto? Sólo fragmentar a los cárteles, de manera que cada vez gente más radical y más sanguinaria llega a los mandos", dice Grillo en entrevista.
El 26 de noviembre, Palestra, suplemento de investigación y análisis de Noroeste, publicó que 28 capos fueron detenidos durante el gobierno de Calderón, ocho de ellos abatidos en resistencia a su captura o asesinados en ajustes de cuentas por grupos rivales.
Sin embargo, el resultado fue una ola de violencia que atormentó a la población civil en las principales plazas del narcotráfico: la masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas; la muerte de 52 personas en el incendio del Casino Royale, en Monterrey; el abandono de 30 cuerpos ejecutados en Veracruz, y crecientes enfrentamientos entre cárteles rivales son parte de la estela que ha dejado la "guerra" del gobierno.
Mutan cárteles con
la alternancia
Si bien las disputas internas han existido dentro de los cárteles desde sus orígenes en Sinaloa en 1914, como consecuencia de la prohibición del consumo de narcóticos sin precepto médico en Estados Unidos, no fue hasta hace unos 10 años que el comportamiento de estas organizaciones cambió de una especie de mafia a grupos armados al estilo paramilitar.
Ioan Grillo atribuye este cambio a un descontrol por parte del gobierno, ligado al cambio de poder del PRI al PAN en el 2000.
"En el cambio del gobierno del PRI hacia un sistema democrático se perdió el control de los cárteles, se les fue de las manos del Gobierno", expresa el corresponsal para múltiples medios internacionales, como la revista Time, CNN y Associated Press.
"Deja de ser lo mismo que en los 90, cuando se hablaba de narcotraficantes a través de los cuales el gobierno sacaba un dinero de la bolsa nada más, y se convierten en grupos armados con otro objetivo: el de controlar un territorio, una plaza".
Con la llegada del PAN al poder se dio el rompimiento de un sistema de corrupción capaz de controlar al crimen organizado, aseguró el periodista. Esto provocó un cambio en la pirámide de poder, en la cual ahora el gobierno se ve coartado por el narcotráfico.
"Antes el gobierno se imponía a través de la policía", explica el autor. "Ellos podían poner a quién ellos quisieran en las plazas y eso se perdió con el cambio bueno a la democracia, porque aunque sigue la corrupción ahora es diferente, con la fragmentación de los cárteles se fracturaron las alianzas al interior del Gobierno".
Un ejemplo citado en el libro es el de un ex narcotraficante del Cártel de Juárez en los años 70, quien para alcanzar la disputada plaza de Ojinaga, en Chihuahua, tuvo que vérselas cara a cara con la policía.
"La plaza de Ojinaga es muy importante porque está en la frontera con Texas y en su testimonio este narcotraficante me dijo que él tuvo que presentarse frente al jefe de la policía estatal para negociar la plaza", comenta Grillo.
"Lo torturaron durante dos días, no los del cártel sino los mismos policías, y al final, después de soportar toda clase de barbaridades, el jefe le dijo 'Bien hecho, pasaste la prueba, la plaza es tuya'".
En cambio, durante la administración panista la corrupción fungió como una herramienta para la infiltración de los intereses del narcotráfico en el Gobierno, y no viceversa, asegura el periodista.
En este contexto, la guerra contra el narcotráfico de Calderón podría interpretarse como una estrategia del gobierno panista para retomar las riendas sueltas, pero, cuestiona, a qué precio.
"Con la 'decapitación de los cárteles' dicen que se está debilitando a la organización, pero qué significa esto para la población civil que sufre las consecuencias de las represalias y el control de un grupo armado sobre su ciudad o su pueblo", dice el autor.
El reto de EPN,
apagar la combustión
De acuerdo con la organización Southern Pulse, centrada en la investigación de temas de seguridad, política, energía y negocios en América Latina, al proceso de fragmentación de un cártel se le conoce como "atomización".
Durante el gobierno de Calderón, en Sinaloa se dieron principalmente dos olas de violencia o "combustión" por esta causa, señaló la organización en su artículo "The Four Corner Stones of Mexico's Criminal System", publicado el 24 de marzo del 2011.
La primera fue marcada por el arresto de Alfredo Beltrán Leyva, "El Mochomo", en enero de 2008; la segunda por la muerte de su hermano Arturo, "El Barbas", en diciembre de 2009.
Hasta abril de 2008, se creía que el Cártel de los Beltrán Leyva trabajaba mano a mano con el Cártel de Sinaloa, pero con el arresto de "El Mochomo", entraron en conflicto con el Cártel de Sinaloa.
Estos roces se vieron reflejados en el número de fallecimientos ocurridos por presunta rivalidad delincuencial en el estado, los cuales pasaron de tres en el 2006, a mil 815 en 2010, con una ligera disminución de enero a septiembre de 2011, cuando se registraron mil 75 fallecimientos, según datos de la PGR.
Tan sólo en 2008 y 2009, periodo de "combustión" entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva, ocurrieron 2 mil 143 fallecimientos de este tipo en el estado, de los cuales mil 52 sucedieron en Culiacán y 176 en Mazatlán.
A nivel nacional, otro ejemplo tanto de atomización como de combustión, es el surgimiento del cártel de Los Zetas como una célula independiente al Cártel del Golfo de México, en el 2010.
Según un artículo publicado por el Centro de Combate al Terrorismo de la Academia Militar de West Point, el 29 de octubre de 2012, Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo hasta su captura en el 2003, estableció a Los Zetas a finales de los 90 como una unidad de protección en Tamaulipas.
Sin embargo, diferencias personales entre Guillén y Heriberto "El Lazca" Lazcano, líder de la subagrupación, convirtieron a los dos bandos en rivales en el 2010, cuya guerra se ha caracterizado por su crueldad.
"Anteriormente la gente tenía una idea más romántica del narcotraficante, que crecía su marihuana y la vendía por negocio", dice Grillo, "ahora se habla de Los Zetas como un grupo armado con armas de asalto, lanza granadas y coches bomba; gente capaz de masacres que pueden compararse con guerras en todo el mundo".
El 7 de octubre de este año "El Lazca" fue abatido durante un enfrentamiento entre las autoridades y el grupo armado, pero la desaparición de su cuerpo dejó muchas preguntas en el aire sobre la veracidad del evento.
Dado que el libro de Grillo no aborda hechos de 2012, en él no se incluye información sobre la misteriosa muerte del capo; sin embargo en entrevista, el reportero compartió sus dudas.
"Periodísticamente hay dudas razonables sobre el hecho y eso deja una mancha muy fuerte y muy seria no sólo sobre el operativo, sino sobre este gran logro del Estado Mayor que es muy importante para el gobierno de Calderón", expresó.
Pero ésta no es la única mancha en el sexenio de Calderón: de enero de 2007 hasta octubre de 2012 se registraron 100 mil 179 homicidios dolosos y 341 mil 107 delitos contra la salud, según el Informe del Sistema Nacional de Seguridad Pública y el centro de análisis de políticas públicas México Evalúa, respectivamente.
Este es el panorama con el que el 1 de diciembre llegó Enrique Peña Nieto a la Presidencia. Es su turno de enfrentarse a la hidra, a cuyas cabezas se le suma pobreza extrema, desempleo y una mayor crítica social. ¿Saldrá victorioso? ¿Retomará el control de la bestia como lo hizo su partido anteriormente?
"Él enfrenta el verdadero reto de reducir la violencia y no sólo enfrentar a estos grupos armados", opina Grillo. "Esperemos no caiga en lo mismo que hizo Calderón".
Sobre el autor
Ioan Grillo nació en Brighton, Inglaterra, un lugar conocido por sus universidades, su vida nocturna y su consumo de drogas. Esto lo llevó a desarrollar un particular interés por el origen de estas sustancias. ¿Acaso provenían de otro país?
Su búsqueda lo llevó hasta tierras mexicanas en 2000.
El periodista arribó al Distrito Federal, un día antes de que Vicente Fox tomará posesión como Presidente de la República. Desde entonces se dedicó a estudiar el narcotráfico y sus implicaciones sociales.
En septiembre de 2011 publicó su primer libro en Gran Bretaña, "El Narco: The Bloody Rise of Mexican Drug Cartels".
Dos meses después salió a la venta la versión estadounidense con el subtítulo "Inside Mexico's Criminal Insurgency", del cual se desprendió la versión en español que llegó a las librerías este año.
El libro, publicado en español por la editorial Tendencias, analiza la historia, la anatomía y el destino del fenómeno criminal desde la perspectiva de un corresponsal y se enfoca en la dimensión social del fenómeno incubado a lo largo de casi un siglo.
Grillo ha reportado para medios internacionales como Al Jazeera, France 24, The Sunday Times y la revista Gatopardo.
Actualmente reside en la Ciudad de México y colabora para la revista Time, CNN, The Houston Chronicle, Sunday Telegraph, y Letras Libres, entre otros.