Las andanzas de don Luis...

Martín González
07 noviembre 2015

"Luis H. Álvarez: 50 años a favor de la democracia"

Para Luis H. Álvarez el aprendizaje para comprender que la política es la cima del trabajo del ser humano fue lento, pero la vida le ha dado la oportunidad de ver una parte del sueño democrático hecho realidad.
En la "brega de eternidad", el chihuahuense participó de manera decidida en la construcción de la patria "ordenada y generosa" que soñaron los fundadores del Partido Acción Nacional.
De un país libre y democrático, en acompañamiento con personajes de la política nacional como Manuel J. Clouthier y Heberto Castillo; con movimientos de resistencia civil por el respeto al voto y como miembro dirigente de la Comisión de Concordia y Pacificación en las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Durante la campaña por la Presidencia de la República en la que contendió Maquío Clouthier, Álvarez denunció la manipulación informativa de Televisa y del "soldado del PRI, Jacobo Zabludovsky. La cobertura parcial de los comicios y el ocultamiento de las protestas populares por el fraude electoral.
"Si a través de Zabludovsky y de 24 Horas Televisa a seguir siendo 'un soldado del PRI', el país entero confirmará que Televisa no es confiable", recriminó mediante una misiva al dueño de la empresa, Emilio Azcárraga Milmo, acompañada con manifestaciones de panistas y ciudadanos frente a la empresa por el apoyo otorgado a Carlos Salinas de Gortari.
Luis H. Álvarez "sacudió" el miedo de los panistas capitalinos para organizar para eventos masivos. Las muestras de apoyo que recibieron mostraron el avance que tuvieron en la campaña a pesar de los derroches del PRI para "mi pequeño adversario", como le decía Clouthier a Salinas de Gortari.

Como dirigente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, defendió en julio de 1986 lo que consideró un fraude en las elecciones para gobernador en Chihuahua.
Aunque también hubo comicios en Durango, Zacatecas, Baja California y Campeche; Luis H. Álvarez emprendió un ayuno para pelear el voto ciudadano con la premisa de que el sufragio, no era una mercancía.
Durante el ayuno que duró 41 días, Luis H. Álvarez fue visitado por Heberto Castillo, líder histórico de la izquierda, quien relató: "El gobierno apuesta a la muerte por inanición, por hambre, no sólo de tres mexicanos, sino de toda esa lucha popular que se da en Chihuahua por el fraude electoral".
Heberto Castillo contó: "Cuando llego a ver los huelguistas les expreso que el sacrificio de sus vidas, sea el uso más productivo que de ellas puedan hacer un beneficio de México. Sé que el gobierno los dejará morir y luego culpará a sus amigos correligionarios de haberlos abandonado cobardamente. Sé también que a quienes mueren luchando por una causa justa no se les entierra, se les siembra en la conciencia de los pueblos.
Y propuso a Luis H. Álvarez: "Les digo que ese capital ético, político, debe aprovecharse al máximo. Muertos serán símbolos de una lucha social solamente, vivos podrán lograr más por más tiempo. Les propongo pagar la lucha por la democracia con su vida, pero a plazos, no en una sola entrega". Luis H. Álvarez abandonaría el ayuno después de 41 días.
Ya en los albores por la contienda electoral en 1989, los panistas bajacalifornianos voltearon a Ensenada, a su presidente municipal Ernesto Ruffo Appel.
El alcalde carismático que se esforzó en vencer los obstáculos que le ponía Gobierno del Estado. El que escoba en mano salió a barrer y recoger basura a las calles, como una forma de enfrentar la huelga de trabajadores de limpia del Ayuntamiento.
Fresco aún el fraude electoral de 1988 que hizo posible el ascenso a la Presidencia de la República de Carlos Salinas de Gortari, el PAN y su dirigente estaba preparado para dar la batalla para evitar la repetición de ese episodio en el estado fronterizo.
"El otrora férreo, inconmovible, arcaico sistema político se derrumbó frente al coraje bajacaliforniano y la pujanza del PAN, y, así, llegaba al poder el primer gobierno estatal de oposición en la etapa posrevolucionaria, encarnada la victoria en la serena y jovial personalidad de Ernesto Ruffo", cuenta Álvarez en su libro Medio siglo. Andanzas de un político a favor de la democracia.
Pero el ex candidato presidencial no estaba satisfecho. Así se lo dijo a Carlos Salinas de Gortari después de la ceremonia de toma de posesión y el posterior "besamanos", cuando éste le dijo que sin duda él sería el más feliz por la ceremonia.
"Sí, pero no satisfecho, porque espero seguir luchando por más".
Y así lo hizo quien inició una huelga de hambre durante 42 días en protesta por el fraude electoral de 1986 en Chihuahua. Pero ahora desde el Senado de la República como miembro dirigente de la Comisión de Concordia y Pacificación en las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en 1994.
El entonces Presidente de México Ernesto Zedillo Ponce de León entendió que el Gobierno federal no podría enfrentar solo el tema de la insurrección zapatista, y por intercesión del encargado provisional de la presidencia del PAN, Felipe Calderón, invitó a Luis H. Álvarez a formar una comisión legislativa que contribuyera al diálogo de los insurrectos.
Así nació la Comisión de Concordia y Pacificación, la Cocopa, que la formaban, entre otros, el propio Álvarez, Heberto Castillo y Cuauhtémoc Cárdenas. Llamado por sus compañeros "el consejo de ancianos".
Entre tensiones y distensiones con el EZLN, la Comisión Nacional de Intermediación y un representante del Gobierno federal, en abril de 1995 la Cocopa al fin tuvo su primer acuerdo unánime en Chiapas. "Pagar un cochi".
Fue en un viaje a San Andrés Larráinzar. La visión era limitada por la neblina, el chofer de la suburban donde viajaban algunos "cocopos" tenía poco contacto visual con el asfalto. En una curva, el golpe y un chillido "desgarrador" indicaban que habían atropellado "algo". Era un puerco que se había desbalagado del chiquero, como no había nadie alrededor continuaron su camino.
"Por la tarde, de regreso a San Cristóbal de las Casas, en donde pernoctaríamos, pasamos por el mismo lugar, pero nos cerraron el paso un grupo de tzotziles, en una actitud hostil. Jesús (el chofer) bajó el vidrio de su ventanilla para preguntar qué ocurría. La respuesta fue seca: ' O pagas cochi o chingas madre'. Ahí surgió de inmediato el primer acuerdo unánime de la Cocopa en Chiapas".
La intervención de la Cocopa contribuyó a distender el conflicto, pero no tuvo los frutos esperados para solucionar las demandas "justas y atendibles" del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que pedían, entre otras cosas, democracia, justicia y paz.
"Hoy que Acción Nacional es gobierno, no puede detener su sueño: por el contrario, es su deber ser crítico con los gobernantes emanados de sus filas", expresa Luis H. Álvarez en su medio siglo de andanzas a favor de la democracia.