'Las Patronas' de los migrantes

16 noviembre 2015

"Norma Romero Vázquez, campesina y habitante de una comunidad de Veracruz ayuda con comida a quienes se ven obligados a dejar su país"

CULIACÁN._ A su paso por México, cientos, miles de centroamericanos viajan "a la deriva" sobre "La Bestia", corriendo riesgo como el caer y ser mutilados o morir bajo las ruedas del ferrocarril, o incluso ser retenidos, secuestrados o asesinados por grupos criminales, pero Dios no los ha dejado de la mano, y a puesto en su camino a unas "patronas" celestiales.

Norma Romero Vázquez, campesina y habitante de la comunidad La Patrona, en el municipio de Amatlán de Los Reyes en Veracruz, no sabía la labor que el Creador le tenía deparada.

Dos de sus hermanas salieron una mañana de 1995 a comprar leche y pan, cuando observaron a un grupo de personas montadas arriba del tren, mientras este se trasladaba a paso lento. Ellos al verlas con la mercancía les pidieron algo de alimento, les llamó mucho la atención el acento "curioso" de esas personas, quienes no sabían siquiera de dónde venían, y si era una broma la solicitud.

Cuando se toparon con un segundo grupo, quienes hablaban de la misma forma peculiar diciendo "madre, tenemos hambre, regálanos tu pan", vieron que el sufrimiento era real, y decidieron ayudarlos y darles todo lo que traían.

Esto ameritó más tarde una reunión en casa, donde la familia acordó apoyar a estas personas que transitaban por las vías o en los vagones, y quienes entendieron hasta más tarde que eran migrantes que se trasladaban de esta forma riesgosa, escapando de la pobreza y violencia de sus patrias.

De visita en Sinaloa, invitada para presenciar el informe de la Junta de Asistencia Privada, en entrevista con Noroeste Norma Romero, encargada de esta agrupación caritativa conocida como "Las Patronas", que no es siquiera una Asociación Civil, recuerda cómo inició así esta tarea, hace ya 20 años.

"La iniciación fue de parte de Dios, fue él quién nos enseñó el camino, y sobre todo que nos puso, porque no conocíamos", subraya la mujer, morena, de baja estatura, de cabello largo cano y voz fluida.

Tenían nada más una lona en su casa, donde reunían a los viajeros, centroamericanos principalmente, y degustaban tortillas, arroz y frijol, y les daban hasta lonche para seguir su camino. Unos 30 lonches repartían a diario.

Pese a ser una comunidad marginada, pobre, aprovechaban los frutos del campo para poder brindárselos, y para repartirles agua recogían botellas de la basura.

Fue en el año 2000 cuando Dios decidió brindarles la mano. Unos jóvenes del Tec de Monterrey fueron a filmar un documental y venían en "La Bestia" con los migrantes, y al salir ellas a darles de comer se dieron cuenta del noble esfuerzo. De la parada en Córdoba se regresaron a investigar quiénes eran ellas.

"A partir de ahí fue el primer documental que nos dio a conocer y que sirvió para difundir esto, posteriormente llegó un medio televisivo que nos dio a conocer", mencionó.

Admite que ha sido duro, la canasta básica era más barata hace dos décadas, y empezó además con el tiempo, la inseguridad y crisis a elevarse el número de personas que iban en tránsito, por lo que recurrieron a la ayuda de los supermercados, donde lograron conseguir pan, y Maseca hoy incluso les regala harina para hacer tortillas.

"Se fueron sumando personas, llegaron a conocer nuestro espacio, cuáles eran nuestras necesidades, no teníamos transporte y cuatro, cinco familias se organizaron de Jalapa y nos donaron una camioneta, y posteriormente surgió una fundación que nos dijo 'ya tienen camioneta, pero cómo le van a hacer con el mantenimiento, para la gasolina', y fue así como se fueron sumando las fundaciones, y ellas nos aportan", recordó Romero Vázquez.

La lona se convirtió en láminas y gracias al documental "La Patrona", el cual se llevó a participar a Francia, desde ese país las apoyaron con dinero para construir un cuarto para voluntarios, un cuarto para migrantes y una pequeña oficina y una cocina.

"Han sido miles de migrantes, a principios de 2009 en adelante atendíamos a más de 600 a 800 migrantes, se hacían 40 a 60 kilos de arroz diario, y eso nos preocupaba, porque para juntar esos kilos no era nada fácil, teníamos que andar rápido en las escuelas, hemos participado con la Ibero México, la Ibero Puebla, tenemos participación con la UNAM, en el ITAM, en cada escuela siempre surge un grupo de personas que dicen 'queremos ayudar', hemos como sembrado la semilla en todos lados", comenta Norma.

Y pese a los hechos violentos en Veracruz, refiere que nos los han molestado, aunque sí sienten "su presencia", porque les interesa saber de dónde sacan el recurso, y se dan cuenta cuando llegan individuos nada más a preguntar en lugar de solicitar comida, pero afortunadamente nada ha pasado.

Curiosamente este esfuerzo la ha llevado a ella, una persona de campo sin mayor preparación, a dar charlas a Oxford y conocer incluso Roma, ciudad que para ella, alguien sin recursos económicos, era un sueño.

"Hemos visto caer a muchos mutilados, hemos visto a muchos fallecer, nos duele la situación que atraviesa el hermano centroamericano, debido a toda la situación que existe en su país", refiere.

Hoy día son 14 mujeres voluntarias, madres de familia, con hijos, y dos hombres, quienes colaboran y se dan tiempo para ayudar. En todo el país se han sumado 60 albergues con quienes colaboran, entre ellos el del obispo Raúl Vera y el padre Pedro Pantoja de Saltillo, el padre Alejandro Solalinde en Oaxaca, Fray Tomás en Tabasco, entre otros.

HUMANIDAD

Norma resalta lo primordial: reconocer la humanidad en los migrantes, quienes para ellas son como sus hermanos, a quienes les brindan todo su amor, porque sólo con amor, todo se multiplica.


"Hemos visto caer a muchos mutilados, hemos visto a muchos fallecer, nos duele la situación que atraviesa el hermano centroamericano".

Norma Romero Vázquez

Altruista