Llave maestra anticrisis
07 noviembre 2015
"La familia Alejandre sortea con su cerrajería varios años de adversidad económica"
Eduardo Valdez
CULIACÁN.- En tiempos de crisis hay quienes ven el vaso medio lleno y hay quienes lo ven medio vacío. Las bajas ventas, los altos impuestos, el pago de nómina y seguro social, entre otras obligaciones, son factores que llevan a una empresa a bajar la cortina y esperar mejores tiempos.Sin embargo, no todo tiene por qué ser oscuro y desalentador. Hay en la ciudad personas que con todo y lo adverso que resulte, han sobrevivido no sólo a una crisis, sino a tres o cuatro, de las que han salido fortalecidos. Conozca algunas de estas historias.
José Ramón Alejandre nació y creció entre llaves, chapas y cerrajes. Desde antes de que él naciera, su papá abrió la Cerrajería y Ferretería Paliza. Fue en 1968 cuando en un local de un metro y medio de ancho por 4 metros de fondo, José Ramón Alejandre abrió su negocio, pionero en esto de hacer duplicados y abrir cerraduras.
"Era de buscar clientes puerta por puerta. Mi papá fue comprando parte por parte la esquina y conforme iba creciendo, iba ampliando su mercado. Empezó ofreciendo duplicados, y pasó a la venta de candados y chapas", recuerda José Ramón hijo, hoy encargado de este negocio.
Aquí les ha tocado sortear al menos cuatro crisis económicas serias. Se han doblado, se han replegado, pero nunca han pensado en cerrar.
"Una crisis fuerte fue la del 95. Dos años antes se amplió el negocio, pero en la crisis del 95 mi papá dijo 'mejor nos calmamos, nos replegamos y seguimos adelante después'", comenta.
La crisis les pegó, admite, pero el tener un respaldo económico y ajustar gastos los hizo soportarla.
Anteriormente las crisis sexenales nunca los habían golpeado tanto porque se recrudecían los robos y repuntaban las ventas de chapas, cerraduras o candados. "Incluso nos beneficiaba, pero del 95 para acá cambió mucho esa característica".
A sus 28 años, José Ramón sabe que las crisis, lejos de lamentarse o sentarse a esperar la derrota, es una oportunidad de probar la solidez del negocio y probar nuevos nichos de mercado.
En crisis, la clave es cuidar el inventario y los clientes, cuidar gastos tanto de la empresa, como familiares y aguantar.