Luis González Agradece a México

07 noviembre 2015

"El ex Grandes Ligas se encuentra en el puerto checando jugadores para Arizona"

MAZATLÁN._ Luis González, el cubano-estadounidense que pegó 354 jonrones en las Grandes Ligas, dijo que jugar en México lo preparó para el mejor beisbol del mundo.
"Aprendí bastante de los lanzadores que tiraban muchos cambios y curvas, así que eso me ayudó tremendamente. Siempre supe que podía batear la recta, pero en esta liga aprendí a batear los pitcheos rompientes", dice González.
González debutó en las Grandes Ligas en 1990 con los Astros de Houston y ese año fue contratado por los Potros de Tijuana.
"Cuando regresé a entrenamientos (con Houston), ya estaba listo para hacer el equipo. Me movieron de tercera base al outfield y ahí me quedé jugando 18 años".
Con los Potros, González jugó tercera base y tuvo como compañero de equipo a Vinicio Castilla, que entonces cubría las paradas cortas.
González se retiró el 2008, tras 19 temporadas con seis equipos, su último, los Marlines de Florida.
Su mejor temporada fue el 2001 cuando bateó 57 jonrones y empujó 142 carreras para los Diamantes de Arizona, quienes más tarde conquistarían la Serie Mundial sobre los Yanquis de Nueva York.
Ahora es asistente del presidente de los Diamantes, Derrick Hall.
González fue enviado por Arizona para checar jugadores de esa organización que participan en la Liga Mexicana del Pacífico.
Pero también echará un vistazo a jugadores libres que pudieran ayudar a los Diamantes.
"Busco jugadores que tienen corazón para jugar este juego", anota. "No siempre el jugador que batea .400 va a hacer muchas cosas en las Grandes Ligas. Destacan los que trabajan duro y tienen amor por el beisbol.
"Este juego ha cambiado mucho en los últimos cinco años. Yo soy un jugador de la escuela vieja. No estoy con la computadora y todo eso. Me gusta ver a los jugadores con mis ojos".
González había estado anteriormente en Mazatlán, pero de vacaciones, con su esposa y sus niños.
"Es la primera vez que vengo a ver un juego", dice, mientras pasea su vista sobre el Teodoro Mariscal.
"El estadio ha cambiado mucho, luce bien", observa, minutos antes de que inicie el segundo de la serie entre Naranjeros y Venados, éste último, dirigido, por un compañero de su organización, el coach de primera base con los Diamantes, Lorenzo Bundy.