¿Qué provoca las ansias por fumar?
"La nicotina es una droga legal sumamente adictiva"
Nadie pensaría que de todas las drogas del mundo, la nicotina, que es el principal activo del tabaco, una sustancia una legal, es de las más adictivas que hay.
Al darle una calada a un cigarrillo, le llega al cerebro una dosis de nicotina en cuestión de segundos. Ni siquiera una inyección funciona tan rápido.
Una vez que la nicotina llega al cerebro actúa de la misma forma que cualquier otra droga adictiva: estimula los centros de placer del cerebro, las mismas partes que envían sentimientos agradables como respuesta por cosas como hacer el amor o beber un vaso de agua fría teniendo sed.
La reacción orgánica por nicotina es más parecida a la sensación del vaso de agua fría, pero es lo suficientemente agradable como para hacer que el cerebro quiera más y más, por lo que se genere una necesidad de consumir otro cigarro.
La ansiedad puede llegar en cualquier momento en el que el cerebro note que le falta la droga. La ansiedad también puede empezar cuando llega una "pista" de que es hora de empezar a fumar.
Incluso si la sangre tiene ya una dosis de nicotina de un parche, es posible seguir sintiendo una ansiedad grande al percibirse el olor del humo de un cigarrillo o estar en una situación o lugar donde normalmente se fuma.
De hecho, el cerebro de un fumador relaciona cualquier cosa con fumar: un lugar, un objeto, una mención, una persona, lo que sea, puede dar lugar a una fuerte necesidad de fumar de inmediato.
Por ejemplo, quienes fumaban cuando leían el periódico, puede que no puedan pasar de la primera página sin que sientan una imperiosa ansiedad por fumar.
La ansiedad puede ser dura, pero también es pasajera: un momento de ansiedad puede pasar en tres o cinco minutos, tanto si se enciende un cigarrillo, como si no, explica Rosa Elena Sánchez Moraila, directora de Centros de Integración Juvenil Mazatlán.
"Tan pronto como la ansiedad por el primer cigarro pase, el siguiente cigarrillo ya no parecerá tan necesario y será posible dejar el hábito de fumar", explica.
La ansiedad es generalmente más intensa de tres a cinco días después de dejarlo y continúa fuerte durante un par de semanas, después de eso el cerebro se ajusta lentamente a la vida sin nicotina, aunque no estará completamente libre aún.
Si al cerebro le llega una pista de que es momento de fumar, sea por un olor, ver algo, o una emoción, pedirá un cigarrillo. La mayoría de las personas que dejan de fumar tienen que luchar con momentos ocasionales de ansiedad durante al menos un año.
Los fumadores deben reconocer la ansiedad por lo que es: un truco de una parte del cerebro. Para contrarrestarlo hay que entrar en acción, hacer cualquier cosa que lo distraiga durante esos cinco minutos, puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso.