'¡Qué tristeza, era una tradición!'
10 noviembre 2015
"Ex trabajadores de El Pollo Loco lamentan que el negocio haya sido derribado, ya que ellos se quedaron sin trabajo y Mazatlán sin su punto de referencia"
Para ellos no sólo era su lugar de trabajo, era su hogar. Con la demolición hace días del restaurante El Pollo Loco, Jesús Castillo, su esposa María del Carmen Burgueño y sus hermanas, María Angélica y Dora Patricia Burgueño, vieron pasar años de esfuerzo, sus aspiraciones de crecer y la estabilidad de su familia. De los escombros sólo quedaron los recuerdos."Era un ambiente muy bonito de trabajo, en los 80 yo me acuerdo que llegaba mucha gente y ahora que paso en el camión por ahí no hay gente que no voltee y diga ¡'qué tristeza, era una tradición, porqué quitar ésto!. Pasamos toda una vida ahí, éramos toda una familia", comentaron.
Cuando José Carlos Islas Rubio, quien era propietario del restaurante, les informó que tenía un adeudo en la renta que pagaba al Ayuntamiento y que por falta de recursos tendría que despedirlos, la familia Castillo Burgueño no tuvo más remedio que aceptar la noticia y buscar alternativas para seguir sobreviviendo.
"Lo que nos dijo el patrón ese día fue: no tengo dinero para seguirles pagando, esto se acabó, Higuera me va a pedir y yo no tengo, es muy desgastante tener las ventas bajas y no tener para pagar la renta. Carlos Islas es diabético, a mí me ayudó mucho, es una persona ya mayor, muy noble. Él la pensaba llegar al negocio y decirnos lo que estaba pasando, ya no sabía con quien desahogarse, puso muchas personas de encargados por lo mismo, pero se veía en su rostro la preocupación. Él padece diabetes y hasta nos preocupamos por su salud cuando demolieron El Pollo Loco", narró Dora Patricia Burgueño Guzmán, quien laboró seis años como cajera en el establecimiento que ofrecía comida rápida y que ahora se encuentra en busca de trabajo.
"Yo era cajera, trabajé muy agusto. He metido solicitudes en otras empresas, pero ya no me dan trabajo por la edad, nada más pasas de los 30 y ya no te dan trabajo", expresó Dora Patricia, quien ahora guarda un resentimiento hacia el Alcalde Alejandro Higuera Osuna por haber tomado la decisión de iniciar un proceso legal, exigir el terreno, para finalmente demolerlo.
"Es verdad que él es el Presidente Municipal, pero ésto debió tratarse con el Gobernador del estado. Tanto Malova como Higuera ahí hicieron sus campañas, allí pidieron el voto, apoyo y ahí se les dio, porqué quitó la fuente de trabajo para gente que no tenía ni uno, ni cinco años, había personas que tenían más de 10 años trabajando y no se vale. Ni siquiera le interesó cómo se nos iba a indemnizar. Entonces para qué queremos Alcalde, no hay ayuda, ni apoyo, no sabemos que va a pasar con nuestro Afore, con el Seguro Social", manifestó.
Para Jesús Castillo López y María del Carmen Burgueño Guzmán, El Pollo Loco tuvo un significado especial, allí fue donde se conocieron y finalmente formaron una familia, ahora tienen una hija y tres nietos juntos.
Jesús fue uno de los trabajadores fundadores en el puerto, había sido trasladado de la sucursal El Pollo Loco de Monterrey, en donde comenzó a trabajar a los 24 años. Su encargado le pidió que apoyará en la apertura del restaurant en Mazatlán por 15 días y su esfuerzo hizo que se quedara como encargado. Su esposa trabajó como mesera durante 19 años.
"Se extraña, como quisiera que volvieran los tiempos de atrás, pero ya no se puede. Yo empecé trabajando en El Pollo Loco de Monterrey, vine a Mazatlán por 15 días de apoyo para la sucursal que se acaba de abrir y ya me quedé 29 años, no me arrepiento por mi familia, pero a la vez pienso que hubiera estado mejor que allá me hubiera quedado trabajando", relató.
María Angélica Burgueño Guzmán es la hermana menor de María del Carmen y Dora Patricia, ella se desempeñó en el restaurante como mesera y cajera por 17 años y de su lugar de trabajo recuerda los buenos tiempos, en los que los mazatlecos tomaban como referencia el local para dar alguna ubicación a un visitante, o cuando en Carnaval o los desfiles del 20 de Noviembre, las familias abarrotaban el establecimiento para comer y disfrutar de los eventos.
Luego de la quiebra del negocio, el patrón, José Carlos Islas Rubio, decidió indemnizarlos con el inmueble del restaurant y con ello María del Carmen y Jesús decidieron abrir su propio negocio "Pollos Campero", en donde ofrecen pollos asados, rostizados y hamburguesas preparadas al estilo Pollo Loco. Desde hace un mes allí se encuentran sobre la misma Avenida Gutiérrez Nájera, a sólo tres cuadras del Monumento al Pescador, esperando que la clientela aumente.
"Acabamos de comenzar con nuestro negocito, vamos poco a poco, tenemos que comer de algo. Por lo menos nos quedamos con una historia para platicarles a nuestro sobrinos, a mis nietos, ya ésto quedó en los recuerdos, ya no creo que se haga otro Pollo Loco en otro lugar de Mazatlán".
"Se extraña, como quisiera que volvieran los tiempos de atrás, pero ya no se puede".
Jesús Carrillo López
Ex trabajador de El Pollo Loco
EL NACIMIENTO
El Pollo Loco nació de la inventiva del guasavense Juan Francisco Ochoa, quien logró posicionar 35 sucursales del restaurante de comida rápida en todo el país y Estados Unidos. En Mazatlán, la franquicia fue adquirida por José Carlos Islas Rubio, hace 29 años y hace algunos días la Comuna puso fin a esa historia derribando el inmueble, por una deuda de arrendamiento por más de 100 mil pesos que el propietario debía al Ayuntamiento.