Ricardo Arce, un podiatra con pasión

Roxana Vivanco
15 noviembre 2015

"Por cada pie que ha salvado, Ricardo Arce Gastélum cultiva una planta pata de elefante, con lo que jardín aumenta cada vez"

CULIACÁN._ Por cada pie diabético que ha salvado, Ricardo Arce Gastélum cultiva una "pata de elefante". Hoy, su jardín suma más de una veintena. 

La colección de plantas inició en 2009, cuando después de concluir la especialidad en Podiatría en el Instituto de Investigaciones y Educación Superior en Monterrey y el diplomado en Pie Diabético en la Universidad Autónoma de Nuevo León, abrió un consultorio en Culiacán, convirtiéndose en el primero en su ramo en el estado y la esperanza de enfermos con diabetes, a quienes el sector público condenó a una amputación. 

"La mayoría de los que acuden a medicina privada es porque buscan una segunda opinión, porque ya les dijeron en los hospitales de gobierno, te vamos a mochar el pie... y de 44 pacientes que han llegado a amputarse, hemos hecho cuatro amputaciones mayores nada más, y unas 18 ó 20 menores, de un dedo, que evitó que fuera la pierna", expresa. 

"De una trabajadora social aprendí que cuando hacíamos una amputación le regalaba una patita de elefante al paciente, y le decía 'va cuidar esa patita como debió haber cuidado su pie', y adopté esa tradición, y a cada paciente que le salvo un pie, me deben traer una pata de elefante, y si yo amputo un pie, le doy una patita de elefante, y ahorita tenemos un botánico". 

Los enfermos llegan en su mayoría en silla de ruedas y provienen de diversos municipios y localidades. Algunos ya perdieron una extremidad o parte de ella. 

En México, se estima que en 2013, debido a complicaciones de la diabetes, se realizaron 75 mil amputaciones, cifra que él estima, podría ser menor, si se realizara una mayor prevención. 

"Una encuesta que hicimos en el Hospital Universitario a 200 pacientes, les preguntamos ¿cuánto tiempo tenían con diabetes?.. y ¿si su médico de primer contacto le había checado los ojos, uñas y los pies?, el 95 por ciento contestaron que nunca le habían revisado los pies en el hospital público, y el resto dijo, 'me lo revisaron porque yo les decía que tenía algún problema', pero no era iniciativa propia del médico revisarlo", relata. 

"La mejor vacuna es hacer que los médicos de primer contacto, de cualquier institución, dispensario, revisemos los pies a los pacientes, que les quitemos ese tabú de que les apestan los pies, que digan 'quítese por favor los zapatos, lo voy a revisar de la cabeza a los pies', porque así se puede prevenir una amputación", subraya. 

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 mostró que en Sinaloa, la revisión de pies en los 
servicios de medicina preventiva es muy baja. 

"Si se enfocaran a lo que dice la prevención, salvarían muchísimos más con menos recursos... al médico de primer contacto, el familiar, enseñarlo, no ocupas herramientas, con los dedos checa si hay pulso en los dedos, si no hay, tienes que mandarlo con el angiólogo (especialista en circulación), porque ahorita están saturando los pocos servicios de angiología que hay con el pie diabético..", menciona. 

"Si haces una encuesta en el Seguro social, Issste, Hospital Civil, quién ve los pies diabéticos, la verdad se lo asignan a un servicio, pero en realidad no los ve el médico, porque hay un angiólogo para todo un hospital, con 40 pacientes en piso, ¿creen que los va a ver a todos?, no, va a pasar y decir, ampútalo, a este pásalo a mañana, a este hazle esto', así nada más, y aquí lo que se necesita es hacer difusión en la prevención, revisión del pie, en la medicina de primer contacto". 

'Quiero ser el mejor podiatra en Sinaloa' 

A Ricardo, ser socorrista en su natal Angostura le despertó el interés por la medicina, carrera que concluyó en la UAS en 1999, y que más tarde lo inclinó por la especialidad que hoy es su pasión, y en la que se fijó una meta: ser el mejor. 

"Entré a estudiar Podiatría por una necesidad del servicio, porque el pie diabético es un problema que nadie lo quiere ver, es la papa caliente en una institución, y cuando hice mi internado miré volar muchos piecitos que estaban muy jóvenes para dejar de caminar, y eso me motivó", expresa. 

"Cuando termino la especialidad en Monterrey, me ofrecen que me quede en la Unidad de Pie Diabético del Hospital Universitario, pero como todo mexicano, tenemos el rancherismo y dije 'yo me voy a mi pueblo'; el doctor que me motivó a estudiar Podiatría me dice '¿qué quieres hacer en Culiacán?', y le contesto 'quiero ser el mejor médico para tratar pie diabético', y me vine". 

En ese momento, su médico tutor tomó un papel y escribió la frase "Haz que suceda".
"Me dijo 'quieres ser el mejor, haz que suceda', y todavía tengo ese papelito, y ahora esa frase es la que comparto con mis pacientes, les digo, 'yo no soy el súper doctor, ni el súper héroe, ni nada, aquí el tratamiento consiste en el 95 por ciento en ti como paciente, 3 por ciento en la familia y amigos que te rodean, y el 2 por ciento en la fe que tengas, y si no lo haces así, el éxito no se da'". 

Escrito con pluma y en letra mayúscula, el trozo de papel luce en la pizarra del consultorio, como un recordatorio diario de su sueño. 

El rechazo 

Al regresar a Sinaloa en 2009 y buscar ejercer una especialidad prácticamente nueva en el país, Ricardo se enfrentó al rechazo en las instituciones de salud del estado, donde la diabetes es una de las principales causas de muerte. 

"Llegué tocando puertas en el Issste, Seguro, Hospital Civil, en todas las instituciones de gobierno y todos, 'déjame tu currículum y tu plan', y le daban carpetazo, me deprimí un poquito más por que llegué aquí con todas las intenciones y no encontré apoyo", rememora. 

"A los dos meses ya estaba tentado a regresar a Monterrey... cuando me pidieron que revisara un paciente que lo quisieron amputar; ya había gastado una equis cantidad de dinero metiéndose a cámaras hiperbáricas, y el pie no tenía salvación, estaba negrito, y lo emocionaban, 'con estas 20 sesiones te vas a aliviar'... y el caso es que le hicimos una cirugía menor y le fue bien, y como ya lo había operado, no lo podía dejar y me quedé un mes para estar al pendiente de él". 

El paciente lo recomendó con otro, y se fue corriendo la voz entre enfermos de diabetes.
"Él empezó a traer otro y ese a otro, y a otro, y así fue como empecé, tal vez ha sido un error pero no me gusta la difusión, prefiero que los hechos hablen por sí solos, y gracias a Dios hemos salido adelante y tenemos trabajo", enfatiza. 

Como parte del servicio que ofrece en su consultorio, ubicado por la calle Mariano Escobedo, formó un equipo multidisciplinario de especialistas. 

"Yo trato a mis pacientes como quisiera que me trataran a mí, y trabajamos un equipo multidisciplinario, un endocrinólogo..., angiólogo cuando se necesita, sicólogo, porque decirle a una persona, de hoy en adelante eres diabético, la deprime y todo, y el estado emocional es fundamental para un paciente con diabetes", manifiesta. 

"Ahorita tengo una paciente que tuve que hacerle una amputación leve, cirugía menor, y estamos trabajando en eso, manejo emocional, metabólico y obviamente de medicamento y curaciones, pero se tiene que manejar en equipo...".
Actualmente además de él, en el estado hay dos Podiatras más. 

Ricardo también acude a visitar enfermos del Hospital del Carmen y apoya a quienes no tienen recursos económicos para pagar el tratamiento. 

Como recompensa ha recibido desde cartas de agradecimiento, hasta animales.
"Un día estaba un paciente y me dijo que era de rancho, que venía de Recoveco, cerca de Pericos, y me dijo 'crío gallinas', y yo vacilando le digo 'a mí me gustaría tener un gallo buchipelón y una gallina', y en la próxima visita me trae una jaula con un gallo y una gallina, y creo que esas son las mejores recompensas", manifiesta. 

"Yo me siento bien tranquilo, no me estreso, sí ha habido sacrificios de familia, le pueden preguntar a mi esposa, a mis hijos.. hay domingos que tengo que estar operando, en quirófano, consultando a alguien.. pero vale la pena cuando haces lo que te gusta, y mi meta es salvar extremidades lo más que se pueda... y esa meta de ser el mejor está sucediendo, y espero no cansarme de que suceda, porque si tu ya cumples ese objetivo, te estancas". 

Ricardo, de 39 años, quien es miembro de la Asociación Mexicana de Pie Diabético y del Colegio de Médicos Cirujanos Podiatras, sigue en su afán de difundir la prevención como la mejor herramienta para evitar que pacientes diabéticos se sometan a amputaciones. 

Doctor Ricardo Arce Gastélum
Estudió Medicina en la UAS
Estudió la especialidad en Podiatría en el Instituto de Investigaciones y Educación Superior en Monterrey
El diplomado en Pie Diabético en la Universidad Autónoma de Nuevo León
Es miembro de la Asociación Mexicana de Pie Diabético y del Colegio de Médicos Cirujanos Podiatras 

"La mayoría de los que acuden a medicina privada es porque buscan una segunda opinión, porque ya les dijeron en los hospitales de gobierno, te vamos a mochar el pie..."