Sangre blanca

06 noviembre 2015

"La leucemia o cáncer en la sangre, se puede controlar si se ataca a tiempo"

Miriam Carrasco

Debilidad, sangrado de nariz o encías y fiebre intermitente son los síntomas iniciales de la leucemia o cáncer en la sangre. Consiste en un número anormal de células blancas en la sangre, que en algunos casos es tan grande que ésta adquiere una apariencia blanquecina, de ahí el origen de la palabra, en griego leucemia significa "sangre blanca".
"La leucemia es una urgencia, y es muy importante detectarla, porque si no la tratamos a tiempo el paciente fallece", advierte el hematólogo Alejandro Nájera Luengo.
Cuando en la médula ósea el nivel de producción de células inmaduras se incrementa, explica, puede convertirse en la señal de la pronta aparición de la leucemia, enfermedad provocada por un problema de los glóbulos blancos.
Aunque no hay un factor detonante de la leucemia, advierte, sí existen elementos de riesgo, como algunas sustancias químicas que pueden incitar a este fenómeno que se ha convertido en la segunda causa de cáncer y muerte en los niños, pero que puede afectar a personas de 10 y hasta 40 años de edad, hombres y mujeres.
"Ciertas sustancias químicas pueden ser en un momento dado desencadenantes de esta enfermedad en algunos pacientes, no en todos, sobre todo el benceno, un producto químico que se utiliza para producir insecticidas o fertilizantes", expone Nájera Luengo.
Otras causas que pueden originar la leucemia son algunas infecciones, sobre todo las de tipo viral; la exposición a la radiación por una cantidad y tiempo determinado, además de la cuestión genética, cuando el organismo de la persona está predispuesto a padecerla.
Son cuatro grandes síndromes los que acompañan a la leucemia: el estado anémico, febril, hemorrágico e infiltrativo.
"La gran proliferación de células malignas en la médula ósea hace que todos las demás células normales desaparezcan, y por lo tanto el paciente deja de producir glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos", detalla el entrevistado.
Es entonces, agrega, que el paciente presenta anemia, porque ya no tiene glóbulos rojos, situación que se manifiesta con mucha debilidad, palidez en la piel, falta de apetito y dolor de cabeza.
Después viene el síndrome febril, cuando el paciente deja de producir glóbulos blancos o células de defensa, fácilmente es presa de cualquier infección y se producen fiebres importantes a las que se trata con múltiples antibióticos sin lograr una respuesta positiva, estado que también puede reflejarse en neumonía o infecciones repetidas de orina.
Y debido a que ya tampoco hay plaquetas, se presenta el cuadro hemorrágico. Empieza a verse sangrado por la nariz o las encías, principalmente, y aparecen moretones muy fácilmente.
"Por último se presenta el síndrome infiltrativo. La leucemia generalmente ataca a órganos que son hematopoyéticos (que intervienen en la formación de la sangre), como al hígado, el bazo y los ganglios", menciona el especialista.
Tras la sospecha química, el primer estudio que se realiza para llegar al diagnóstico, y el más importante, es la biometría hemática, el cual casi asegura si el paciente tiene o no leucemia.
"Este examen te dice si el paciente tiene anemia, si las plaquetas están bajas y si los glóbulos blancos están muy elevados o muy bajos. Si se encuentran estas tres cosas es muy probable que la persona pueda tener leucemia", asegura Nájera Luengo.
El diagnóstico se confirma con un estudio llamado aspirado de médula ósea, consiste en dar un piquete en uno de los huesos, de donde se toma una muestra que se analiza en el microscopio para verificar si hay células blásticas o leucémicas.
"Para que podamos decir que un paciente tiene leucemia debemos tener por lo menos 30 por ciento o más de esas células en la médula ósea. Si no tenemos esa cantidad, entonces podemos descartar el problema. Una vez corroborada la cifra vienen estudios más específicos", informa.
Existen dos tipos de leucemia, agudas y crónica, las que pertenecen a la primera clasificación son las más aparatosas y de urgencia médica. La crónica generalmente es padecida por los ancianos, y da la oportunidad de tratarlos a tiempo.
"En las leucemias hay factores de buen y mal pronóstico, es bien importante el saber si hay infiltración o no a órganos; es decir, en el momento del diagnóstico, si yo encuentro en un paciente que tiene infiltrado el hígado, el bazo o el sistema nervioso central, pues le va a ir más mal que a alguien que no lo tiene", determina Nájera Luengo.

Su relación con la alimentación
Nájera Luengo asegura que la leucemia no tiene mucha relación con la alimentación.
"Mucha gente piensa que el estar anémico va a condicionar una leucemia, realmente no es así, la anemia es una enfermedad que en algún momento de su vida todo mundo puede padecer, pero no significa que eso va a desencadenar la leucemia", comenta.
Lo que sí es cierto, advierte, es que si la persona está desnutrida, pues obviamente su sistema inmunológico va a estar más deficiente para poder defenderse contra infecciones. Y si sufre de una infección viral por estar mal nutrido, eso sí puede dar origen a una leucemia.

Tratamiento
Para la leucemia hay dos opciones de tratamiento: la quimioterapia y el trasplante. Un paciente con leucemia aguda invariablemente va a requerir de quimioterapias.
Quimioterapia: es una combinación de varios medicamentos que tienen como objetivo matar a las células malas. No es selectiva, es decir, no va a matar sólo células leucémicas sino también las buenas, por lo que el paciente va a requerir, mientras esté en tratamiento, transfusiones de sangre, plaquetas y posiblemente antibióticos, éstos para apoyar al paciente mientras se eliminan las células malas y se reproducen las buenas.
Trasplante: es la opción para pacientes que desde el principio son de mal pronóstico y no van a poder curarse con la quimioterapia.

Tipos de trasplantes
- Cordón umbilical (para niños)
- Célula sangreperiférica
- Médula ósea

Hematólogo
Doctor Alejandro Nájera Luengo
Consultas: Central Médica Quirúrgica, ubicada en Ejército Mexicano 2207, Colonia Palos Prietos
Teléfonos: 954 0444 y 669 994 8948