'Soy su mamá adoptiva'

Martín González
06 noviembre 2015

"La enfermera dice que creó un vínculo emocional con anahí Cádenas, joven que recibió un trasplante de riñón"

Jacqueline Inzunza Castro, en su profesión de enfermera del ISSSTE, tiene una certidumbre. Hay que tener cierto cariño por los pacientes para interesarse en sus casos. Con Anahí Cárdenas Rodríguez creó un vínculo emocional y personal más allá de lo médico y lo profesional.
La jefa de la coordinación de donación y trasplantes es la "mamá adoptiva" de la estudiante de arquitectura de 23 años que recibió un trasplante de riñón el 6 de agosto en el hospital regional Manuel Cárdenas de la Vega, encariñada por la paciente por una analogía. Podría ser su propia hija.
"Tenemos que tener cierto cariño hacia las personas que estamos atendiendo para podernos interesar en sus casos". Con Anahí fue más allá. La muchacha era su búsqueda final. Lograr restablecer su salud física y su salud emocional.
Inzunza Castro se siente satisfecha por la evolución de Anahí por el cariño que la ligó a la mazatleca. Es otra Anahí, muy diferente a la de hace un mes, ya bastante restablecida, con más peso y con más alegría de vivir.
"Con Anahí veía reflejada parte de mi maternidad. Tengo una hija de su edad y ella podría ser mi hija".
En el comité de trasplantes del ISSSTE ella da la cara, dice. Es el canal de comunicación entre el especialista y el paciente, la que procura el "soporte" emocional para los familiares para que no decaigan.
Cada caso es diferente pero no menos importante, dice. Con Roberto Rivera Montoya, de 14 años, el primer trasplantado después de 18 años de no hacerlo el hospital, existe ese vínculo pero el de Anahí es estrecho. A pesar de ser mayor la miraba como si fuera menor que Roberto.
"Sus papás, en broma, dicen que soy su mamá adoptiva porque a veces nos vamos más allá del interés médico, profesional. Es un interés personal, emocional, por los pacientes".
Anahí tiene un riñón llamado Severiano que activó sus órganos, que fluye y que vive y le da vida por segunda ocasión, pero también lleva un pedazo de Jacqueline Inzunza. Su cariño, su tiempo y su reconocimiento.
"Siempre queda algo de nosotros en los pacientes que tratamos porque tratamos de dar todo lo que podamos".
Jacqueline está satisfecha pero ahora tiene un deseo, una petición a la sociedad sinaloense. Un acto de supremo amor para continuar con el programa de trasplantes.
"Solicito a toda la sociedad sinaloense que se oriente a lo que es la donación de órganos porque, para que tengamos esa satisfacción, necesitamos más el apoyo de la sociedad en cuanto a la donación de órganos. A veces nos acercamos a la gente en un momento de dolor a solicitar en donación los órganos de sus seres vivos, y es ahí cuando se ve el altruismo, el supremo acto de amor hacia las demás personas que lo requieren", agrega.

¿QUIÉN ES?

Jacqueline Inzunza Castro nació hace 45 años en Culiacán.
Estudio enfermería y la licenciatura en Psicología.
Tiene 24 años trabajando en el ISSSTE.
17 años de enfermera al cuidado pediátrico.
De 2005 es jefa de la coordinación de donación y trasplantes.