Tarde de Forcados

06 noviembre 2015

"Logran 4 pegas en una tarde en donde Hermoso de Mendoza corta una oreja"

José Manuel García

Cuatro excelentes pegas de los Forcados Mazatlecos salvaron la corrida de Lunes de Carnaval, en donde los toros de Cuco Peña dejaron mucho que desear.
Pablo Hermoso de Mendoza, con dos faenas sencillas, pero efectivas, cortó una oreja al primero de su lote, mientras que a Miguel Urquiza le quedó muy grande el paquete y escuchó par de avisos.
La tarde fue hermosa, pero para la familia Tirado, ya que René y Carlos se mandaron par de pegas de gran nivel, con lo que quedó pagado el boleto.
El primero en salir a torear fue Urquiza, quien vistió de charro, algo poco usual, incluso hasta con sus espuelas y sombrero mexicanísimo.
Recibió a Carnavalero, al que le hizo mucha confianza y expuso muchos a sus caballos, incluso uno de ellos salió con dos puntazos pintados en los cuartos traseros. Lo mejor fueron las tres banderillas que puso, aunque a la hora de matar falló y escuchó un aviso, antes de que el burel doblara.
Hermoso de Mendoza enfrentó a Majo, al que le puso dos rejones de castigo en buen sitio y lo toreó con una limpieza, que contrastaba con lo hecho por Urquiza.
"Échale", le gritó a la banda, para lucirse con una excelente banderilla, tras un quiebre sensacional de su caballo.
Dio entrada a los forcados y Carlos Tirado se lució con pega de gente grande, ya que el toro quedó muy lejos de la posición del cara, pero Tirado lo toreó perfectamente y aguantó la embestida, al tiempo que llegaba la ayuda de José Manuel Noriega.
El español regresó al ruedo y mató al tercer intento, con una entera. Como no había puntilla, usaron el descabelle.
El juez Rafael Rosales, en su debut, dio una oreja, que parecía inmerecida.
Urquiza no tuvo suerte con Rojillo, al matar con una estocada trasera, aunque no se salvó de otro aviso. Lo mejor fue la pega de Sergio Melín, en donde la ayuda jugó un papel importante.
Misterio cerró la tarde y Hermoso de Mendoza se encontró con el peor todo de la tarde, aunque el rejoneador dio una cátedra de cómo trabajar a un toro malo.
El español enseñó un poquito de su clase, con sus diferentes suertes. El momento cumbre fue cuando puso tres banderillas cortas y pidió que tocara la banda.
Entonces enganchó la rienda de su cuaco y tomó una banderilla en cada mano.
Hermoso de Mendoza puso las banderillas a dos manos en par de ocasiones, ante el delirio de los poco más de cinco mil aficionados.
El as del rejoneo en México fue por la hoja de peral y mató al segundo intento, con una buena ración, pero trasera. Misterio soportó buen tiempo, hasta que se ahogó en su propia sangre y dobló.
El juez, ahora sí atinadamente, no concedió trofeos.

Elogia Hermoso de Mendoza a forcados
Al final de sus faenas, Pablo Hermoso de Mendoza dijo que le extrañó lo malo del lote de Cuco Peña, ganadería que ha dado buenas tardes aquí, pero elogió a los forcados por la valentía.
"El último toro fue muy manso, hay que hablar de la valentía y paciencia de los forcados ante un toro tan difícil", dijo el español.
El navarro dijo que se va alegre por la gran respuesta de la gente, que llevó la Plaza Eduardo Funtanet.



SIN PUNTILLERO
El juez de callejón permitió que durante la corrida no hubiera puntillero, por lo que tuvieron que darle fin a los toros con una espada para descabellar.

Hermosa
corrida
para los
Tirado



Quienes se llevaron la noche fueron los hermanos Carlos y René Tirado.
René reapareció en la Eduardo Funtanet desde aquel 19 de febrero del año pasado, cuando sufrió una cornada interna, que lo puso al borde de la muerte.
Pero el cabo del grupo ayer se olvidó de todo y logró una de esas pegas inolvidables, donde dio cátedra de cómo torear a lo largo.
Y el hermano no se quiso quedar atrás, a pesar de que René le dejó la canasta muy alta.
Carlos también llamó al toro desde una larga distancia, pero se pegó como lapa a la cabeza de Majo, al tiempo que el grupo lo auxiliaba.
"Ese es mi hijo", gritaba la mamá de los Tirado.
Tampoco desentonaron Sergio Melín y Fernando Enciso, debutante en esta plaza. A Enciso le tocó bailar con la más fea, porque el toro no embistía y cuando lo hizo, pegaron de buena manera.