Tropos
06 noviembre 2015
"El agua que no has de beber; límpiala y vuélvela a correr"
Adrián García Cortés
1. Ojos que no ven, corazón que no siente. No se puede querer lo que no se conoce. Al nopal sólo lo van a ver cuando tiene tunas. Del mismo tono de estas sentencias populares, proverbios que forman parte del lenguaje vernáculo, podría enunciarse uno más, que ciertamente atañe a la vida cotidiana de nuestras ciudades: ¡Del drenaje nadie sabe que existe hasta que apesta!Efectivamente, en la cultura urbana de nuestros días, sobre todo en las ciudades sinaloenses, hay ciertas resistencias para admitir que los drenajes son parte de nuestra existencia, como el comer y el descomer, a cambio de trasladar la responsabilidad sólo a la autoridad local sin que al usuario le cueste. De ello podrían citarse muchos ejemplos; pero valga recordar que cuando la Junta de Agua Potable y Alcantarillado ha procedido a fijar una cuota adicional al consumo del agua potable para el mantenimiento de la red de alcantarillado y el tratamiento de las aguas residuales, las protestas han menudeado sin advertir que el costo de ello es tan cuantioso como llevar el agua hasta el grifo doméstico.
Pareciera como si al habitante urbano sólo le importara tener el agua para múltiple uso casero, industrial o comercial, olvidando que lo que entra a la casa tiene que salir, e ir tan lejos como sea posible para que no apeste en la propia mansión. Huele y no a ámbar, Sancho, dijera Don Quijote. Lo bueno es que la planta sur no huele; si acaso a pantano marismeño a la entrada de las aguas.
2. Culiacán ha entrado ya a la era de la descontaminación acuática, con técnicas tan avanzadas que pronto estaría en la condición de exportar experiencias sobre tratamientos de las aguas llamadas de desecho, que a muchos sorprendería. Por lo pronto, de manera anecdótica, podría decirse que nuestras plantas tratadoras se han convertido en una especie de detector social, ahí donde las costumbres más íntimas se reflejan de manera sorprendente, y donde es posible ponderar comportamientos hasta ahora inimaginables de nuestro entorno humano.
Tuvimos oportunidad de conocer la planta tratadora del sur, cerca del Dique y la Colonia Residencial La Primavera, donde los sucesivos pasos del proceso van dejando una lección que puede cuantificarse estadísticamente y que para el sociólogo son una lección antropológica de primer nivel.
Una de los segmentos del tratamiento de las aguas residuales, el primero de la serie, es la separación de sólidos no biodegradables, la mayoría de material plástico,
que deben ir, paradójicamente, a los basureros o rellenos sanitarios, ciertamente alejados de la planta.
Abundan los envases que suelen arrojarse a la red de alcantarillado; pero más abundan los paños de bebé, las toallas sanitarias femeninas y, ¡oh suspenso!, los preservativos que la mercadotecnia llama condones, y que se arrojan a las tazas de baño o más ánglicamente: WC.
Dichos objetos salen a la luz pública tras unas rejillas que los va separando, y ahí se muestran en la plenitud de su grandeza, porque en el caso de los condones, como algunos usuarios suelen atarlos para no derramar el contenido, éste con el tiempo y el trajín kilométrico desde el privado amoroso hasta la planta, suele fermentarse, hincharse y mostrar no la hermosa envoltura con que se venden o regalan, sino con un tamaño como si fueran una mazorca que a la vista provoca desazón.
Menos mal que la Secretaría de Salud federal ha anunciado que a partir de los próximos meses, los preservativos que regale, como lo ha venido haciendo, incluyendo a Culiacán, cambiarán la envoltura verde a morado combinado con un brillante anaranjado, para hacerlos más atractivos. Habrá que imaginarse, cuando salgan de la rejilla, por su tamaño y los colores que les queden, como una fiesta infantil de globos, a que tan a menudo somos aficionados.
El propio secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos dijo científicamente está demostrado que el uso del condón es útil para prevenir VIH y SIDA. Es obligación promover y apoyar en educación y salud a la población. Y con este compromiso van, pues, los colores.
Por lo demás, los colombianos, siempre más adelantados que nosotros, han informado que como el olor a latex de los dichos preservativos no era de la atracción de los jóvenes, en lo futura se producirán con olor a café, quizás convencidos del éxito de la telenovela Café con aroma de mujer. El problema será saber si los usuarios preferirán más el olor y el color que todo lo demás. ¡Cuestiones de globalización, quizás!
3. Cierto es que los técnicos que operan y cuidan la planta llevan ya una estadística muy íntima sobre el comportamiento social de los culiacanenses, porque según sus cuentas, los fines de semana aumenta el número de globos, asumiendo que de viernes a domingo, el uso del preservativo crece con mayor fruición, y que, los Días de la Amistad, son también prolijos en esta curiosa fiesta de globos. Por cierto, también, el pasado Día de la Amistad las autoridades multaron, con amenaza de clausura, por abusos cometidos, a los moteles, que abreviaron los tiempos del arrendamiento, porque la demanda había hecho insuficientes estos lechos del amor. La ley es la ley, ¡qué le vamos a hacer!
No está por demás insistir en que las recomendaciones de la JAPAC, de que no arrojen tales desechos a las tazas de baño o alcantarillas, deben cumplirse por una razón de higiene social y urbana, porque el seguirlo haciendo, puede ocurrir que en el trayecto a las plantas de tratamiento, la red se tape y, por lo menos en temporada de lluvias, haga que las aguas esas miasmas que tanto repugnaban a Schakespeare: ¡hay algo podrido en Dinamarca! se vuelquen a la superficie y vayan a los ríos, a las casas, a los jardines, entonces sí ocasionando epidemias que Dios Guarde. ¡No olvidemos lo que ocurrió en el Edén tabasqueño!
4. En Culiacán existen dos plantas de tratamiento de diverso nivel de purificación; ambas cubren el total de la red de alcantarillado que les aporta una descarga general de 1,730 litros por segundo de los 2,300 que JAPAC le entrega a la ciudad como agua potable; el 80% va de regreso como agua residual, porque el resto se pierde en alimentos, lavados y riego urbano.
Antes del 2002 las aguas residuales de la ciudad descargaban a través de colectores que conformaban la red de alcantarillado al río Culiacán. Las aguas de tradición descargaban en el río Tamazula, principalmente por la Bravo.
Todavía en 1997 había una descarga a la altura de la Coca Cola, rumbo a Bachigualato. Ahora ya no hay ninguna descarga por ahí; están todas conectadas al alcantarillado que se acumulan en cártamos de bombeo.
El proyecto de la planta norte, por Culiacancito, se elaboró en 1998, pero no fue sino hasta 2001 que se terminó la construcción. La inauguró Fox a finales de ese año. La planta sur visitada se concluyó al término del 2006.
La planta norte se concesionó a la empresa constructora por 20 años. Trata 85% de aguas residuales que genera Culiacán, el 15% restante se limpia en planta del sur frente a la descarga del dren de Chiricahueto. Es más pequeña, purifica 300 l/seg. La capacidad total para tratamiento es de 2,000 l/seg, superior a la que llega a las plantas.
Hay una tercera en Costa Rica, que se asoma a la zona rural o sindicaturas: una planta de tipo secundario, aireaciones simplificadas con capacidad de 100 l/seg, para las aguas residuales del poblado, que se tratan y descargan a un dren y éste va, también a la laguna de Chiricahueto.
Lo único lamentable de todo ello es que las aguas tratadas no tienen ningún aprovechamiento. Las que salen de la planta sur, digamos de La Primavera, son susceptibles de usarse en agricultura, ganadería, jardinería, acuacultura e industrias; todas, de hecho, van al mar, a la bahía del Pabellón, aunque ahora libres de contaminantes.
En la planta sur se están haciendo pruebas en un pequeño predio para la siembra de hortalizas. Han crecido el tomate, el chile y el cilantro. Lo obreros que acuden a laborar en la planta u otras actividades, ya aprovechan el cilantro que, dicen, tiene color y sabor exquisito. ¡Cuestión de gustos, digamos!.
Comentarios: adriang@live.com.mx