Al ataque, la célula golpista de Morena. Desde Ahome, el motín contra Graciela

Alejandro Sicairos
08 noviembre 2019

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alexsicairos@hotmail.com

 

Casi tres meses después de que Graciela Domínguez Nava asumió la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado se comenzó a preparar el golpe para destituirla, fraguado en el grupo de la bancada del Movimiento Regeneración Nacional que ninguna identidad o compromiso asume con la llamada Cuarta Transformación. Ayer, una operación soterrada que se le atribuye al súper delegado Jaime Montes Salas, el representante plenipotenciario de Andrés Manuel López Obrador en Sinaloa, estuvo a punto de consumar el pinochetazo legislativo.
La versión del cambio en la Coordinación del grupo legislativo de Morena, que en automático significa el relevo en la Jucopo, se liberó en Los Mochis cerca del mediodía y enseguida hizo crisis en la sesión del pleno, en Culiacán, desatando múltiples conjeturas sobre la acción alevosa y súbita contra Domínguez Nava. La táctica traicionera se fundó en la gran mentira de que fue una decisión tomada por mayoría al interior de la fracción parlamentaria.
La premeditación silenciosa, propia de la felonía que es el sello de las disputas por el poder que caracterizan a la izquierda local, le apostó todo a la maestría del engaño, pero reveló la pésima operatividad política que ni un alumno de kínder hubiera cometido con tal capacidad del error. El argumento de la destitución por que se debe dar el relevo en la Jucopo cada año se invalida por todas las codicias que se asociaron.
Fue después de aquella sesión que concluyó la madrugada del 1 de enero de 2019 cuando, divididos en dos partes casi iguales, los Diputados de Morena despedazaron el presupuesto que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel envió para ejercer este año, que en el Legislativo se lanzó la amenaza de destituir a Domínguez Nava de la Jucopo. Por supuesto que el plan se confabuló en el ala cuyo conflicto de identidad la hace amanecer un día como priista y al otro de morenista.
Luego se apaciguó el complot contra la Diputada de Morena, que por cierto es la más capacitada para conducir la Comisión Mayor del Congreso. A finales de julio, otra vez la parte que se sienta en curules que le corresponden a la 4T sin sentirse parte de ella rompió la tregua y reactivó la maquinación anti Domínguez, por el hecho de haber rechazado las cuentas públicas del Gobierno de Quirino Ordaz y de los 18 presidentes municipales, correspondientes a 2017.
Ayer por fin tronó la bomba, con la mecha que supuestamente encendió Montes Salas. Sin valor civil para aceptar la motivación real de la asonada contra Graciela Domínguez, y escondiendo la identidad de quien la encabezó, se recurrió a una justificación al parecer hecha por neandertales y para ciudadanos sin posibilidad de razonamiento. Lo hacen, dijeron los golpistas, “sabedores que la renovación de la conducción de nuestra bancada redundará en mayor productividad, transparencia, inclusión y cooperación al interior de la misma y propiciará el fortalecimiento del trato republicano con los otros grupos parlamentarios”.
Y por si alguien no ha soltado la carcajada a estas alturas, otro párrafo del comunicado es infaliblemente risible. “Hemos coincidido mayoritariamente que la Coordinación del Grupo debe recaer en una mujer con honestidad, capacidad, juventud, don de gentes y amor por Sinaloa, como lo es la compañera Diputada Cecilia Covarrubias González, a quien respaldamos para que asuma la Coordinación en esta nueva etapa política de nuestra bancada. Sabemos que su conducción fortalecerá la unidad de la bancada y dinamizará al propio Congreso”.
¿Hacia dónde, Diputados transformer, virará esa “nueva etapa política” de Morena en el Congreso? Podría tratarse de una interrogante ingenua porque es adivinable el rumbo que adquiriría ese grupo parlamentario. Se debilitaría como contrapeso, iría en contra de las proclamas encendidas de “productividad, transparencia, inclusión y cooperación” que se exponen al disfrazar el asalto con la hipocresía de lo correctamente político. Se convertiría en la tapadera de las maiceadas y convicciones elásticas de lo que idearon el madruguete.
El balance final es que el 6 de noviembre le llegó su jueves negro a Morena en Sinaloa. La confusión reinó en el partido que tiene el control de la Cámara pero perdió el control de sus principios doctrinarios. Desde los Senadores Rubén Rocha Moya e Imelda Castro, hasta la todavía dirigente morenista en el País, Yeidckol Polevnsky, se dijeron cimbrados por la intentona de tumbar a Graciela Domínguez de la Jucopo.
Todavía ayer por la tarde, los altos mandos de Morena y de la Secretaría de Gobernación del Gobierno federal trataban de frenar el motín legislativo contra Graciela Domínguez, pero el desconcierto reinó al atribuírsele toda la operatividad a Jaime Montes Salas, desconociéndose si tuvo el apoyo en esta maniobra de López Obrador o se la echó por cuenta propia. Por la tarde se asentaba la posibilidad de que Domínguez saliera ilesa.

 

Reverso
Fue propósito de año nuevo,
El derrocar a Domínguez Nava,
Y casi el año se acaba,
Sin lograr el siniestro relevo.

 

Hilo papalote
Como la cometa sin hilo, en medio de la crisis de la bancada de Morena en el Congreso de Sinaloa cobró vuelo libre la duda de qué tanto tuvo que ver el Mandatario estatal, Quirino Ordaz Coppel, en el intento de pinochetazo a Graciela Domínguez. Unos elogiaban las puntadas finas del Gobernador para tejer la realpolitik y tomar el control de la Cámara, adjudicándole que sí se involucró. Otros encomiaban la buena relación entre ambos actores y poderes a la vez, deslindándolo de la maniobra. ¿Podría tener QOC mejor interlocución con el Congreso que la que le ofrece GDN?