Amarte es un arte
Sobre el amor se han escrito inmensos tratados y millones de obras y volúmenes, pero continúa siendo un desbordante sentimiento de entrega y generosidad envuelto en el halo de un insondable misterio.
Lo que nos debe quedar claro desde un principio es que amar no es tarea fácil, pues implica entrega, respeto y sacrificio. Enrique Rojas dice que “enamorarse es encontrarse a sí mismo, fuera de sí mismo”. Claro que, en este caso, hablamos del amor entre un hombre y una mujer, pero existen varios tipos de amor, como desarrolló Erich Fromm, en su obra “El arte de amar”.
Fromm comenzó por aclarar que el amor es la única respuesta válida y saludable para encontrar el sentido de la existencia humana. Asimismo, precisó que es un arte que requiere dedicación, constancia y paciencia para poder interpretarlo, como si fuera un profesional instrumento de una orquesta, o un pincel que debe ser manipulado con maestría para trazar las líneas idóneas en el cuadro.
Ahora bien, por ser el amor un arte, y no una cuestión de azar, es necesario acudir a cuatro premisas básicas: disciplina, concentración, paciencia y preocupación para dominar el arte. Como epígrafe, Fromm colocó una frase de Paracelso:
“Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor... Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas”.
Como en todo arte, precisó Fromm, se necesita dominar la teoría y la práctica; pero, no basta ésto, se requiere estar consciente de la fundamental importancia de este aprendizaje.
¿Aprendo el arte de amar?