Anestesia afectiva

Rodolfo Díaz Fonseca
18 enero 2017

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Parecía escena de una película de terror, sin embargo era la espantosa realidad. Un adolescente de una escuela secundaria de Monterrey accionó una pistola calibre .22, hirió a tres compañeros y a una maestra, se disparó a sí mismo y horas después se le diagnosticó muerte cerebral.
 
Las primeras investigaciones señalan que el alumno agresor padecía una fuerte depresión y recibía tratamiento. Hasta el momento se ignora cómo tuvo acceso al arma y a los cartuchos que llevaba.
 
Es doloroso que sucedan este tipo de actos. Es totalmente reprobable que menores de edad tengan acceso a un arma, sobre todo cuando padecen algún trastorno psicológico o enfermedad emocional.
 
Es necesario que se vuelvan a replantear las normas de vigilancia y seguridad en las escuelas. Es cierto que no se puede convertir una institución educativa en un reclusorio, pero sí habrá que tomar estrictas medidas.
 
De igual forma, habrá que reforzar los lazos familiares. Prodigar los padres cálidas manifestaciones de amor y protección hacia sus hijos. Reforzar en los menores los valores de generosidad, libertad, responsabilidad, fraternidad y gratuidad.
 
Urge, también, mayor control y discernimiento de las imágenes y mensajes que se transmiten a través de los medios de comunicación y redes sociales. En la Grecia antigua se creía que el exhibir en el teatro los defectos, vicios y crímenes servía para que los espectadores se horrorizaran y jamás actuaran de igual forma. Era una catarsis y purificación de todo lo negativo. Sin embargo, en la actualidad, muchos contenidos sirven como escuela para que los menores aprendan conductas indebidas.
 
Es de lamentar la insensibilidad e indiferencia con que muchos medios y redes transmitieron esta noticia, como si se tratara de una película. No es posible mostrar anestesia afectiva ante el sufrimiento de un semejante.
 
¿Padezco anestesia afectiva?
 
rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf