¡Apoyamos a los migrantes! -mientras estén de paso y entre más rápido mejor-
Ayer conmemoramos el Día Internacional del Migrante, fecha que la Organización Mundial de las Naciones Unidas adoptó para visibilizar los derechos -o ausencia de ellos- de las personas desplazadas de su comunidad de origen dentro o fuera de un territorio nacional, es decir, de personas que, por múltiples causas, dejaron sus hogares para buscar un mejor futuro en otro lugar.
Las causas más comunes de la migración son los factores de origen económico donde los migrantes buscan un mejor lugar para trabajar y desarrollarse, países destino con economías más estables, en donde se pague mejor la hora de trabajo y el dinero obtenido como recompensa al esfuerzo laboral alcance a cubrir las necesidades básicas y un poco más.
La Organización Mundial del Trabajo estima que en 2024 se alcanzaron los 304 millones de personas migrantes internacionales por motivos de ocupación o empleo, lo que representa casi el 5 por ciento de los trabajadores del mundo. Según los datos de la misma organización, el 60 por ciento de las personas que emigran de un país a otro, son personas que buscarán insertarse en el mercado laboral del país que las recibe. Desde el fin de la pandemia, el desplazamiento internacional por empleo ha aumentado vertiginosamente. De África a Europa, de América del Sur hacia América del Norte, de oriente próximo hacia Europa, e incluso de los países de Europa oriental a la Europa nórdica.
Pero también está presente el desplazamiento migrante por violencia, según la Alta Comisión para las Unidas para los Refugiados ACNUR, tan solo en 2025 se desplazaron forzosamente más de 123 millones de personas por conflictos armados, violencia y persecución. Una cifra récord concentrada principalmente por la situación política en Myanmar, la guerra entre Rusia y Ucrania y los conflictos territoriales en Sudán y Eritrea en el África oriental.
El papel de México en este concierto migratorio es preocupante, por un lado tenemos nuestros propios fenómenos de migración interna, tanto en territorios estatales -de municipios a capitales- como de nuestros paisanos en tránsito al vecino país del norte, en esta lista Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Puebla y Veracruz siguen siendo las entidades tradicionalmente “expulsoras” de paisanos.
Por el contrario, entidades como Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Quintana Roo y Baja California Sur son estados de la Federación receptores de la migración interna por motivos económicos o laborales. Este fenómeno de migración interna, comienza a investigarse por algunos sociólogos y geógrafos desde la perspectiva del desplazamiento forzado por violencia o guerra, derivada de las disputas de la delincuencia organizada que mantienen el control en diversos puntos del territorio nacional, obligando a los pobladores originarios a moverse dentro de su entidad o fuera de ella.
Y si los gobiernos poco o nada han hecho para mejorar las condiciones de la migración interna y externa del país, los datos sociales que tenemos respecto a la opinión de los mexicanos sobre la migración son igualmente alarmantes. La ACNUR en 2024 realizó una serie de encuestas en México sobre la percepción de la migración o la movilidad humana con tremendos resultados.
El 85 por ciento de los mexicanos encuestados cree que las personas migrantes lo hacen por motivos económicos, solo un 10 por ciento de los encuestados supone que lo hacen por temas de violencia y seguridad. El 45 por ciento de las personas encuestadas dicen no saber la diferencia entre una persona migrante y una refugiada.
Ahora bien, El 51 por ciento de los encuestados opina que el gobierno debe dar respuesta a las necesidades de los migrantes que pasan por territorio mexicano, el 32 por ciento refirió que a los migrantes hay que dejarlos pasar “rápido” por nuestras ciudades para que lleguen al destino y el 13 por ciento, -ya en plan extremista republicano- opinó a favor de un cierre total de la frontera sur para evitar la migración en México y en caso de encontrar a un migrante se debería deportar.
“Mexican Curios” con ideas tejanas y prejuicios raciales supremacistas: aun siendo una sociedad de migrantes e inmigrantes, seguimos teniendo estigmas y prejuicios sobre las personas en desplazamiento, el 52 por ciento de los encuestados creen que la presencia de migrantes y desplazados aumenta la delincuencia, el 48 por ciento supone que las personas migrantes rechazan las costumbres del lugar a donde llegan y el 41 por ciento asegura que la presencia de personas refugiadas o migrantes provocan un entorno desagradable.
Extrañamente, somos una sociedad que exigimos respeto para nuestros familiares y amigos migrantes de lado de la frontera norte, detestamos las persecuciones del ICE, no queremos que nos llamen “frijoleros” y “espaldas mojadas”, pero nuestra cultura respecto a los derechos de las y los migrantes es precaria, no en pocas ocasiones tocando lo xenófoba y tristemente hipócrita en posturas como: “Ayudemos al migrante a que tome lo necesario para que se vaya de mi ciudad”. Porque todos somos pro-migrantes, mientras que no duerman en el parque frente a mi casa, ocupen los espacios laborales precarizados de mi ciudad y nuestros hijos no convivan con esos pobres que ni la Navidad festejan y quién sabe a qué santo con cabeza de elefante le rezan. Luego le seguimos...