Aprender de los errores

David Cristóbal Álvarez Bernal
03 diciembre 2018

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david@bufetealvarez.com
 
 
 
Para cuando se publique esta colaboración ya estará en funciones la nueva administración federal.
En lo personal, confió en que las cosas van a cambiar para bien, si bien no de la noche a la mañana, estoy seguro de que consistentemente notaremos que vamos avanzando.
Espero que le vaya bien al Presidente de la República, porque eso significa que le irá bien al País y también espero que hayamos aprendido de los errores del pasado y pasemos de una cómoda actitud limitada al mero reproche y a quejarnos, a tomar las acciones necesarias para lograr el cambio que todos queremos.
Todo mundo tiene derecho a quejarse, pero si solo se limita a eso, pasado el tiempo, no tiene derecho a quejarse de que las cosas no hayan cambiado, sencillamente porque nada hizo para merecerlo.
Contribuir a que nuestro País, estado y ciudad sean mejores, no solo es deber de los servidores públicos, también es nuestro deber ciudadano asegurarnos de que estos cumplan con sus obligaciones de manera eficiente y honesta.   
Como ciudadanos, empecemos por cumplir las leyes que nos rigen a todos. No pretendamos que se hagan excepciones en atención a nuestro poder económico o a nuestras relaciones políticas. Dijera Gandhi: “sé tú el cambio que quieres para el mundo”.
Empecemos por contribuir al combate frontal y sistemático contra la corrupción, y pasemos de las buenas intenciones a invertir tiempo y dinero en apoyar a los organismos que se han mostrado dispuestos y eficaces para hacerlo, como el Observatorio Ciudadano al que pertenezco (aunque parezca comercial).
He escuchado buenos comentarios, palabras de aliento y felicitaciones por la labor del Observatorio Ciudadano, pero de ahí no pasan. Como dijo nuestro presidente Rodolfo Madero, si con la aportación de unos cuantos hemos logrado tanto, ¿Qué no haríamos con la aportación de muchos?
Aprendamos de los errores del pasado, hay temas importantes para el País, como la economía y sanas finanzas públicas, pero no podemos negar que la corrupción fue el tema central que impulso el cambio que ahora vivimos.
Por lo tanto, no dejemos de lado ni le quitemos importancia a la corrupción y busquemos que los organismos institucionales y ciudadanos que pueden influir en desterrarla, se pongan en marcha rápidamente.

 

Empecemos por aportar ideas y contribuir a que se active el sistema municipal anticorrupción, ya hay trabajo avanzado con el sistema nacional y estatal y hay gente dispuesta a compartir su experiencia y su tiempo. ¿Qué esperamos?