Asoma Gobierno de coalición en Sinaloa. Muchos pretenso, pero no todos pueden

Alejandro Sicairos
21 enero 2020

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alexsicairos@hotmail.com


Una reunión que sostuvieron el sábado en Guamúchil el Senador Mario Zamora Gastélum y el ex Alcalde de Culiacán, Aarón Irízar López, “para ir juntos a donde tope”, cerró la semana de inusuales encuentros entre políticos de diferentes partidos y proyectos proselitistas que en su mayoría andan buscando reacomodos y ensambles con miras a la cada vez más cercana elección de Gobernador. Es precampañismo disperso por ahora, no obstante que lanza al aire la idea de un gobierno de coalición en Sinaloa para el período 2021-2027.

Están surgiendo tantos proyectos en torno a la sucesión sinaloense que en ningún lado cabría tal diseminación de voluntades y apetitos por gobernar. Es normal porque en general lo que se está buscando es ser parte de candidaturas exitosas donde el partido pasa a segundo término y la posición a lograr es también accesoria, aunque a destiempo se le esté metiendo demasiada leña a la hornilla del futurismo.

La convivencia entre Zamora e Irízar, a las que asistieron 350 personas, entre estas el Alcalde de Salvador Alvarado, el priista reelecto Carlo Mario Ortiz, clausuró la jornada de alta intensidad proselitista donde es prácticamente imposible identificar estrategias de solidez o viabilidad a corto plazo. Cada uno hace sus propias proyecciones, intenta ir a la cabeza de las propuestas, pero de ahí no pasa.

El pacto de Guamúchil aporta a entender cómo será armado el andamiaje político para buscar al sucesor de Quirino Ordaz Coppel. Al asentarse la percepción de que el Movimiento Regeneración Nacional posee mayores posibilidades de triunfo en la votación del 6 de junio de 2021, entonces el enigma a resolver es quién estaría dispuesto a entrarle a la alianza electoral que se está pensando sea incluyente.

Otra pista es el acercamiento que Jesús Vizcarra Calderón sostuvo con el Diputado federal priista Alfredo Villegas Arreola y los morenistas Jesús Estrada Ferreiro, Alcalde de Culiacán, y el delegado de Programas Federales, Jaime Montes Salas, así como con el Legislador federal del Partido del Trabajo, Fernando García Hernández. El pretexto fue “un brindis” al que el empresario de la carne invitó durante un partido de beisbol en el estadio de Tomateros de Culiacán, pero lo relevante es que los bohemios se dejaron querer.

En la víspera se registró el autodestape de Sergio Félix Torres, Secretario de Pesca del Gobierno de Sinaloa, quien en el contexto del “Anímate, Chuy” que agitó las aguas sucesorias en Sinaloa creó la oportunidad propia para candidatearse. De igual manera, para que la tolvanera de ambiciones no lo relegara, el Senador de Morena, Rubén Rocha Moya, coincidió en un restaurante con Aarón Irízar y el ex Gobernador Juan Millán Lizárraga.

La candidatura común al Gobierno de Sinaloa es tan difícil o fácil de armar como el cubo de Rubik. Mezclados los colores de las siglas partidistas le dan forma a la rara policromía de codicias, pero una vez que cada tinte político vuelve a su lado natural se ve factible que coincidan en algunos puntos programáticos para trazar una eventual candidatura y gobierno de coalición.

Suena descabellado, pero no se descarte. En la actual configuración del mapa electoral Morena es el único partido que aparece fuerte para ganar la mayoría de los puestos de elección popular que estarán en juego el año próximo y el resto de las organizaciones políticas intenta evitar quedarse fuera del reparto del poder, así tengan que aliarse con el diablo mismo o cohabitar con ideologías que antes repelían.

Existen, pues, razones de sobra para ponerles la observación ciudadana encima a todos los galanteos entre partidos o personajes que están en franca etapa de seducirse unos a otros. Si se tratara de subirse al “carro” de la Cuarta Transformación, sea Rubén Rocha Moya o Imelda Castro el candidato, claro que lo harían para no incurrir en el error de vivir fuera del presupuesto público.

Las reglas han cambiado. Del clásico “el que se mueve no sale en la foto” la política nacional determina hoy que “quien se aparta quedará fuera de la selfie”, esa nueva lógica del poder que hace que todos traiga un huracán futurista propio para calar aceptaciones o rechazos, aunque la mayoría fabrica remolinitos que no pasan de ser flatulencias que provocan más hedor que ruido.

Una cosa es clara: Aarón Irízar está midiendo el terreno para aspirar de nuevo a la Gubernatura. Al recibir a Mario Zamora en Guamúchil y cruzar elogios entre ambos pudo haber detectado que también el Senador ahomense tiene la aspiración por ocupar la silla en la que hoy despacha Quirino Ordaz. Y así sucesivamente, hay muchas intenciones o simulacros por desempeñar la titularidad del Ejecutivo estatal, tantas que solo cabrían en un gobierno de coalición que le caería muy bien a Sinaloa.

 

Reverso

Están viendo a Sinaloa,
Desde su personal beneficio,
Como los pelones de hospicio,
Que acechan la barbacoa.

 

Sálvense como puedan

Náufragos inminentes del barco que hace aguas, Mario Zamora y Aarón Irízar le echaron porras al Gobernador Quirino Ordaz señalando que “aquí en Sinaloa, no lo digo yo, lo dicen casi todas las encuestas, tenemos un Gobernador que está chambeando todos los días, sale, recorre, ve a la gente de manera directa y trabaja para todos. Hay que decirlo, que es priista, sí, pero trabaja para todos y es como hay que hacerlo”. Ni modo de pelearse con el que reparte las balsas cuando el Pritanic está a punto de hundirse.