¿Chisme o periodismo de espectáculos?

Alessandra Santamaría López
25 febrero 2019

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alessandra_santamaria@hotmail.com

@Aless_SaLo

 

Hace dos días fueron los premios Óscar y, como todos sabíamos que sucedería, Yalitza Aparicio, la protagonista de “Roma”, acudió a ellos. Pasé unos minutos de mi noche de domingo viendo la transmisión, y en cuanto la actriz oaxaqueña desfiló por la alfombra roja y se acercó a los reporteros, cerré los ojos porque sabía lo que venía: contestaría las mismas preguntas que ya ha respondido decenas y decenas de veces antes.

 

Al contrario de lo que creen muchas personas, incluso dentro de la misma industria del periodismo, considero que el periodismo de espectáculos es tan digno e importante como cualquier otro tipo de cobertura informativa. 

 

Siendo el tipo de persona que siempre ha estado altamente interesada en la vida de las celebridades y en sus trayectorias artísticas, las noticias, entrevistas, perfiles, críticas, análisis y reportajes hechos por medios como Variety, Entertainment Weekly, The Hollywood Reporter, Cine Premier y el propio The New York Times, ha contribuido mucho en mi formación profesional y personal. El poder de las figuras públicas es real; lo que dicen es escuchado y asimilado por millones. Sus películas, series de televisión, canciones, libros y campañas publicitarias tienen audiencias muy amplias. Lo que las masas consumen genera miles de millones, produce empleos y tiene consecuencias que van más allá del chisme o de lo banal. ¿Por qué no habría de tomármelo en serio?

A decir verdad, el periodismo de espectáculos es una actividad en la que creo podría ser muy buena, y lo digo porque buscaría hacer algo distinto a lo que la mayoría de los reporteros hacen siempre con los famosos.

 

La tarea de un periodista, independientemente de su fuente o de su especialidad, es informarse. Es una verguenza que si Aparicio ya ha contado en más de una ocasión el como ella estudiaba para ser maestra y fue su hermana la que la orilló a acudir a la audición, una vez más, le pregunten lo mismo. Da igual que los reporteros sean de otro país; era su deber averiguar algo más allá de lo que todos los fanáticos ya saben. A mí me daría pena.

 

Al escritor colombiano Gabriel García Márquez una vez le hicieron una entrevista en la que él confesó que por más que se esforzara el periodista por plantear una conversación o una dinámica diferente, nunca habia contestado una pregunta que no le hubieran hecho con anterioridad, por lo que siempre hacía un esfuerzo por responder de manera original.

 

Qué triste, ¿no? Que bajo hemos caído entonces como portadores de la información y de la novedad si somos incapaces de hallar la forma de relatar de forma diferente. 

 

Por una parte, dicen que nada es original en esta vida. Que todo el arte, que toda la política, que toda la ciencia es en realidad un refrito de algo preexistente o una versión ligeramente alterada de lo mismo. Y puedo creerlo. Pero solo porque ya existen modelos predeterminados de hacer periodismo, en este caso, no quiere decir que no debamos de hacerlo bien.

 

Las revistas TvNotas, y TvyNovelas, que cuentan chismes y la vida privada de los famosos de México, son las que presume del mayor tiraje en todo el País. De acuerdo con su grupo editorial, Notmusa, superan los 780 mil y 400 mil ejemplares semanales. Eso es es siete y cuatro veces más que la publicación semanal de Proceso, la revista con temática política más importante y que aún así sigue siendo menos que lo que imprimen Vanidades, 15 a 20, o Quién, según el Catálogo Nacional de Medios Impresos e Internet, publicado por el IFE (ahora INE) en 2014. 

 

Obtuvieron estos impresionantes números escribiendo tonterías. Me consta que en sus páginas abundan los prejuicios, las preguntas superficiales, los comentarios inapropiados sobre celulitis o infidelidades, cómo si estas intimidades fueran asunto nuestro. Pero el periodismo de espectáculos bien hecho no tiene por que ser asi. 

 

He leído entrevistas a actrices, guionistas, escritores y cantantes que me han inspirado; que me han enseñado sobre cómo se mueve su industria; que me han hecho reflexionar sobre cómo funciona el mundo y que me han hecho aplaudir el trabajo detrás del periodista que las contacto. Si termino dedicandome a esto del periodismo, eso es lo que quiero hacer. No chismes. Verdadero periodismo.