Chocolate y tamales

Arturo Santamaría Gómez
30 julio 2022

El maridaje -palabra de chefs- de chocolate y tamales es menos socorrido que el de atole y tamales, aunque el atole puede ser champurrado, es decir, una mezcla de harina de maíz, canela, agua, azúcar y cacao; pero eso fue lo que ofreció AMLO a los 50 empresarios que lo acompañaron a cenar el miércoles pasado en Palacio Nacional, entre ellos 25 sinaloenses, varios de ellos de peso completo. Como al Gobernador Rubén Rocha Moya le gusta el chocolate - eso fue lo que hace poco desayunó con Melesio Cuén en Culiacán- salta la curiosidad de saber si el Dr. Rocha sugirió que se sirviera ese manjar mexicano en la cena que vamos a llamar la del CIP de Escuinapa, aunque no hay que olvidar que el cacao con agua, con azúcar o sin azúcar, es una de las bebidas favoritas en Tabasco.

Esta cena de austeridad franciscana, o de un típico hogar mexicano (que en Sinaloa solo se consume en invierno) fue el marco en el que el anfitrión de Palacio Nacional le pidiera su apoyo a Carlos Slim -el empresario de todos los moles lopezobradoristas- a Carlos Bremer, presidente del Value Group, Vicente Yáñez, presidente nacional de la Asociación de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, Daniel Chávez Morán, del grupo Vidanta, y connotados hombres de negocios sinaloenses como Jesús Vizcarra, Agustín Coppel Luken, Leovi Carranza, Carlos Berdegué, Manuel Ley, Amado Guzmán Reynaud, Juan José Arellano, y alrededor de veinte empresarios más.

El objetivo de la reunión palaciega fue pedir su participación en la rifa de, nuevamente, lotes del frustrado proyecto turístico de Playa Espíritu, en Escuinapa, e invertir en él. No sabemos si Slim o Bremer, para hablar de dos magnates, estén interesados en hacerlo; incluso dudo que los sinaloenses, incluyendo a los mazatlecos, quieran hacerlo, al menos en este momento. Cuando surgió el proyecto escuinapense en el primer año de Felipe Calderón los hoteleros porteños mostraron abiertamente su recelo. Con la excepción de Leovigildo Carranza, que aún no incursionaba en la hotelería, y quien compró numerosas hectáreas al lado del CIP, seguramente pensando que iba a ser una realidad, nadie en Sinaloa apostó un peso por la propuesta calderonista, quizá porque no le veían futuro, tal y como sucedió.

Y es que, en efecto, el diseño del modelo turístico carecía de estudios de factibilidad ambiental y financiera. Y si no modifican el plan original va a volver a fracasar la intentona lopezobradorista. Si siguen pensando en campos de golf, grandes fraccionamientos y hoteles gigantescos, como tal parece ser, en una etapa histórica donde se está repensando el turismo de masas que ofende brutalmente los recursos naturales, siembra millones de toneladas de pavimento y el desorden social, el sur-sur de Sinaloa se va a quedar esperando nuevamente inversiones y el desarrollo sostenible.

Frente a lo anterior, en la Universidad Tecnológica de Escuinapa, aproximadamente hace tres años empezamos a diseñar un proyecto de desarrollo turístico ecológico y, por lo tanto sustentable, a partir de solicitar a Fonatur y la SEP que concedieran mediante una figura jurídica adecuada la administración del pequeño hotel de negocios que ya existe ahí, como un hotel-escuela, para que fuera la base para el impulso del modelo turístico alternativo que tuviese un bajo impacto en los recursos naturales del lugar y que, sobre todo, atrajese inversiones para este tipo de turismo, el cual, por cierto, es uno de los más solicitados por los grupos sociales de más alto nivel económico en el mundo.

Después de varias sesiones de trabajo a través del zoom a lo largo de los dos primeros años de la pandemia con altos funcionarios y especialistas de Fonatur y la SEP afinamos el proyecto alternativo. Pasaron varios meses y cuando ya creímos que se había archivado, hace unas cuantas semanas nos enteramos por medio de la SEP que había sido institucionalmente aprobado. Sin embargo, ahora nos enteramos que el Presidente tiene otros planes. Quizá desconozca lo que hicimos al lado de Fonatur y la SEP y es una lástima porque lo que propusimos para el CIP es mucho más viable que su desarrollo a través de la rifa de lotes y la invitación a los magnates mexicanos a que ahí inviertan.

Con la rifa el Presidente pretende reunir alrededor de mil millones de pesos para la presa Santa María. Desconocemos cuántos boletos compraron los magnates que a la tamaliza asistieron, pero lo más seguro es que no hayan adquirido racimos de ellos y, lo más probable, es que, al igual que en las dos rifas anteriores, no se vendan muchos. Ojalá me equivoque.

Habrán de disculpar el escepticismo, pero lo más seguro es que los empresarios sinaloenses hayan asistido a Palacio Nacional por razones políticas; es decir, por cuidar su relación con el Presidente y el Gobernador. Dudo que alguno de los empresarios sinaloenses tenga simpatías por la 4T, quizá con la excepción de Carlos Berdegué que ha estado cercano al tabasqueño desde que Julio Berdegué, su padre, apoyó abiertamente a AMLO cuando Fox lo quiso desaforar en 1999 y cuando lo respaldó en dos elecciones, pero la mayoría de ellos han apoyado, por lo menos hasta 2018, al PRI y al PAN. No creo tampoco que vayan a apoyar a Morena en 2024, a menos que vean su triunfo inevitable. Así que, lo más seguro es que fue el pragmatismo de los empresarios, muchas veces más frecuente que entre los mismos políticos, lo que los convenció de ir a la cena de los tamales y el chocolate.

El que mejor aprovechó su visita a la Ciudad de México fue el Gobernador Rubén Rocha Moya porque visitó, ahí nomás a un ladito, a Claudia Sheimbaum para tramitar una asesoría en asuntos de tecnología administrativa. Pero los prejuiciosos o adelantados, como usted quiera llamarlos, dicen que la visita, al igual que la del Gobernador de Veracruz, da una señal más de que la línea para 2024 apunta a la doctora unamita. Quizá.

El Instituto Sinaloense de Cultura, en su delegación mazatleca, bajo la batuta de Miguel Ángel Ramírez Jardines, quien pasó del activismo social a ser un excelente funcionario de cultura, ha anunciado que se va a crear una orquesta infantil en el municipio. Ya hubo una sinfónica juvenil hace pocos años, la cual era excelente, pero desapareció, lo cual fue una lástima. El que vaya haber una infantil me parece excelente idea porque es una mejor edad para fomentar la disciplina y el arte. En Oaxaca y otros estados del País se conocen estupendas orquestas infantiles, y Sinaloa, una tierra muy musical, no se podía quedar atrás. Es más, ya se había tardado, así que démosle todo nuestro apoyo. La infancia mazatleca lo merece.