¿Cómo evitar el envejecimiento? (del cabello)
El cabello gris constituye un fenómeno natural inherente al proceso de envejecimiento. Si la fortuna nos acompaña, todos estaremos abocados a este destino ¿O acaso no?
Siempre habrá diosas de cabello gris y zorros plateados entre nosotros. No obstante, para aquellos de exquisito interés, la ciencia ha desvelado algunas pistas que permitirían prevenir e incluso revertir el proceso de encanecimiento asociado al paso de los años.
La extinción de estos melanocitos es uno de los factores que conduce al cabello gris conforme avanza la edad. Pero, claro está, no se trata únicamente de los melanocitos. Todo el folículo capilar se ve afectado por un proceso conocido como estrés oxidativo.
Cuando los melanocitos producen la melanina que mantiene tu cabello oscuro, también generan peróxido de hidrógeno como subproducto. La presencia de peróxido de hidrógeno en tu cabellera es aceptable cuando se es joven, pero a medida que uno envejece, produce menos antioxidantes para neutralizarlo. Con el paso de los años, la elevada concentración de peróxido de hidrógeno muta el ADN y daña las células, de manera que dicho subproducto de la producción de melanina se establece como un destructor de las mismas células que le otorgan origen.
El resultado de tal proceso se traduce, finalmente, en una nutrida cabellera gris repleta de peróxido de hidrógeno. No obstante, investigadores del Reino Unido y Alemania se hallan embarcados en el desarrollo de estrategias para evitar la acumulación de peróxido de hidrógeno alrededor de estas células. Hasta ahora, han hallado un aliado en el aminoácido denominado L-metionina, cuyas propiedades se ajustan perfectamente a tal propósito.
Exponer las células capilares a la L-metionina resulta efectivo siempre y cuando la cantidad de peróxido de hidrógeno en el ambiente quede superada. Es así como en el futuro, con la aprobación de un profesional de la salud, podrías contemplar la posibilidad de ingerir pastillas de L-metionina con el fin de mantener la tonalidad deseada en tu cabellera.
¿Pero qué ocurre si ya has sido bendecido con el cabello gris?
En esta ocasión, la clave no radica en mantener vivos los melanocitos, sino en asegurarnos de que estos no permanezcan inmóviles. Los melanocitos, en su inicio, son células madre, es decir, células con el potencial de convertirse en lo que deseen ser. En la juventud, estas células madre oscilan entre las hebras capilares, desplazándose en una dinámica secuencia que abarca el bulbo, el folículo y el bulto que lo precede. Es precisamente la ubicación de los melanocitos la que determina su capacidad para producir pigmento.
El proceso de diferenciación de las células madre de melanocitos hacia células productoras de color, se halla regido por señales químicas presentes en ciertas partes de cada hebra capilar, como el bulbo. En el momento en que los melanocitos se trasladan al bulbo, se convierten en células productoras de pigmento; para luego, regresar al bulto y regenerarse, perdiendo el color y reanudando el ciclo. No obstante, a medida que envejecemos, los melanocitos ven mermada su capacidad de movimiento, quedando atrapados en el bulto, imposibilitando así su acceso a las proteínas que les permitirían activarse y generar pigmento. Todo ello contribuye a la aparición del cabello gris.
Por fortuna, no todo está perdido, y los investigadores que han descubierto este patrón de movimiento de los melanocitos creen que es posible revertir el encanecimiento liberando a las células madre de melanocitos de su inmovilidad. Tal proceder podría favorecer su diferenciación en melanocitos pigmentados.
Con los avances logrados en nuestra comprensión de la longevidad y el movimiento de los melanocitos, es posible que encontrar la respuesta solo sea cuestión de tiempo.