Creced y
multipli-CAOS (2)

Guillermo Fárber
21 septiembre 2021

Se sigue preguntando el Marcos: “¿Es un ser vivo o un manojo de células? Para mi entender, quien mejor define la vida y en ese camino se ha desarrollado la ciencia es Erwin Schrödinger el padre de la física cuántica que en una frase define lo que es la vida ‘Una danza maravillosa de energía, entropía e información’.

La información de cómo será la persona, física y emocionalmente se define en el momento mismo de la concepción, cuando una hélice de ADN del padre se une a una hélice de la madre para definir la doble hélice de esa persona, primera condición satisfecha.

Para que se inicie el metabolismo la madre otorga la chispa de la vida, esto es, los ATPs de energía que necesita la célula para iniciar el metabolismo, segunda condición satisfecha. En cuanto se inicia el metabolismo se inicia un proceso termodinámico que lleva en forma inherente la entropía, tercera condición satisfecha.

Luego en el momento de la concepción están todos los elementos constituyentes de la persona que inicia un proceso de desarrollo que sólo interrumpirá la muerte, pero hay algo todavía más grave, lo primero que se desarrolla es el sistema límbico, el que genera los sentimientos, a las pocas semanas, ese montón de células, como le llaman los abortista, tiene sentimiento y ¿cuál será el primer sentimiento? Pues lógicamente el amor a la madre que le está dando la vida y apoyando su desarrollo, por lo que resulta tremendo, que quien es objeto de su amor ordene su muerte.

No nos confundamos, la imposición del aborto es una triquiñuela perversa de la Suprema Corte, pagada por los esbirros de la ONU, hoy controlada por el lobby gay, que pasa por encima de las instituciones y sobre todo por encima de la sociedad para imponer su agenda”.

“Una vez un gran artista, cineasta y poeta, Pierre Paolo Pasolini, daba una entrevista y dijo: ‘Estoy muy triste porque en Italia acaban de legalizar el asesinato’. Se refería a la reciente aprobación del aborto en su país. Anunció que por ese motivo renunciaba a su militancia en el Partido Comunista Italiano.

Lo comento porque un escritor acaba de escribir que oponerse al aborto es ‘ser fascista’. Ser un escritor mediocre ‘de izquierda’ motiva a decir esta clase de estupideces. Todo sea por ser ‘políticamente correcto’, uno de los males contemporáneos.

Un feto es una vida concebida y por tanto es un proyecto de vida. Traicionar a un ser humano en gestación e indefenso es un acto contra natura por parte de la madre, de eso se trata el aborto, de un asesinato a traición.

Las feministas alegan que es un derecho de la mujer a decidir y que se trata de su cuerpo. Estoy de acuerdo, se trata de decidir entre dar a luz a una vida o asesinarla. Pero no se trata de su cuerpo, el feto es un cuerpo autónomo en gestación. Y si lo razonamos, todos somos ‘proyectos de vida’ en nuestras distintas edades, solo que como fetos o bebés o niños, lo somos en estado de inocencia, y en el vientre materno los seres humanos se encuentran en la más completa dependencia, por eso ese asesinato es una vil traición a la naturaleza humana, es un acto inhumano. Como lo sería si se autorizara asesinar a bebés y niños.

El aborto es contra natura. Se trata de un crimen que se avala con argumentos ideológicos que repugnan por ser aberrantes e inmorales. La mujer puede decidir no concebir y más ahora. Y si se tratara de una violación, para eso existen las adopciones, porque esa vida concebida e inicio de proyecto de vida, sigue siendo inocente.

Una vez comía con mi editor de Random House y dijo que los animales ‘no tenían derechos porque no podían ser responsables’. Le contesté que en las sociedades civilizadas, los animales tenían derechos ‘tutelados’. Es el caso también de las vidas concebidas en el vientre materno, de los bebés y los niños.

Los ministros que acaban de avalar el aborto traicionaron la responsabilidad de tutelar el derecho esencial de los seres concebidos, a ser tutelados por el Estado.

Los herederos de Esparta sostuvieron que se debía matar a los niños retrasados o deformes, porque no servían para ser guerreros y afeaban a la raza superior. Esa ideología repugna a la conciencia moderna, porque se trataba de seres vivos indefensos. Pero el globalismo quiere que aceptemos el genocidio de otros seres vivos, concebidamente vivos, en una ideología también inaceptable, inhumana y que hiere la conciencia. Quizás en este sentido es justo el término de ‘feminazis’ y también el de ‘genocidas’ a los miembros de las instituciones que promueven y avalan este crimen contra los inocentes, que es el aborto.

Los jueces que acaban de legitimar el aborto, ya eran repudiados como serviles del Poder Ejecutivo. Ahora violentan el orden federal y se ponen del lado de la muerte y en contra de la vida”.