Críticas de gestión y conteos de muertes

Alfonso Araujo
10 octubre 2020

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En un artículo reciente (Diez razones para explicar cómo hemos llegado a esta situación; The Conversation, sept. 29), Ignacio López-Goñi y Juan Ignacio Pérez Iglesias, dos de los investigadores españoles que más han contribuido a la discusión de la pandemia, hace una aguda crítica de la gestión en España, que aplican también a México. Refiero cinco muy importantes:

Acerca del Rastreo: “No se puede controlar la pandemia sin saber dónde está el virus.” Acerca de la Politización: “han confundido de forma interesada el supuesto soporte científico de sus decisiones, con consideraciones de carácter político y económico”. Acerca del Manejo de los Datos: “la gestión de datos ha sido caótica. Sin contar a tiempo con métricas, indicadores y umbrales claros, no se puede gobernar una crisis como ésta”. Acerca de la Comunicación: “han dado pie a pensar que no se estaba diciendo la verdad. Sobre todo cuando se ha incurrido en contradicciones entre los mensajes transmitidos en momentos diferentes.” Acerca de la Lentitud de la Respuesta Sanitaria: “la razón de la demora ha sido, seguramente, el deseo de no dañar el tejido económico, pero paradójicamente, esa forma de actuar ha agravado la propia situación económica”.
Acerca de la última, vuelvo a repetir una recomendación publicada desde el 23 de febrero en un medio oficial chino: “es comprensible que cada país valore las consideraciones de desarrollo económico y social y se le dificulte tomar medidas que lo arriesguen. Sin embargo... si no se detiene con sacrificios en las fases tempranas, las sociedades pueden verse obligadas a compensar con un precio mucho más alto”.
Por otro lado, The Economist acaba de actualizar los resultados de su rastreador del exceso de mortalidad en el mundo: como sabemos, esta cifra indica las muertes probables que están siendo causadas directa o indirectamente por Covid, mejor que los datos oficiales. Las razones por las que las segundas son inexactas son en general tres: (1) muertes sin diagnóstico o fuera de hospitales; (2) lentitud y otros problemas administrativos en el registro de casos; y (3) muertes por otras enfermedades que no han sido tratadas adecuadamente, habiendo sido desplazadas por el Covid.
De los países con datos disponibles, Europa es la que cuenta con la menor disparidad, pero aún así hay que calcular alrededor de 40 por ciento más que los datos oficiales; mientras del otro lado del espectro está Rusia, cuyas cifras quizá haya que multiplicar por 6.
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El autor es académico ExaTec y asesor de negocios internacionales radicado en China