Después del tema difícil

19 octubre 2019

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Cuauhtémoc Celaya Corella

celayacorella@hotmail.com

Después del tema difícil que te relaté Inge, hace una semana, debo decirte que vía electrónica tuve la oportunidad de conocer puntos de vista que congeniaban con mi relato sobre el aborto, y hubo quienes defendieron sus criterios contrarios al expresado en esa nota. Me dio gusto porque compruebo que hay lectores y que son personas cuya madurez la expresan y se convierte en una rica experiencia.

Y me agradan tanto los criterios convergentes como los divergentes; en última instancia, ¿En cuál lado estará la verdad, o lo más cercano a ella? A los estudiantes les comenté que el diálogo se había convertido en un artículo periodístico, y como ellos no leen periódicos y no se les puede sacar del whatsapp, no le dieron importancia.

Sin embargo, vuelvo al tema porque en una nota fechada en Noroeste el lunes 14 del mes, me llevó a una reflexión, pero ya no en contextos que ignoro del mismo, ni tampoco en los argumentos vagos que pueden ser rebatibles.

La nota de referencia la titulan: Revisan reformas sobre derechos de los animales en el Congreso del Estado. Obvio se refería a que una diputada de apellido Montero, junto con otras personas, pusieron en la mesa el tema relativo a la reforma en materia penal con perspectiva de los derechos de los animales. Lo único que pude exclamar, Inge, fue ¡What¡ y la reflexión me llevó a pensar que con el dinero público se pagan las dietas de los diputados, y ellos revisan y proponen modificaciones sobre la privación de la vida, matrato o crueldad animal, para buscar que se castigue con multa económica y cárcel a quienes los maltraten.

¿De modo que los animales son defendidos por diputados y organizaciones, y el aborto, que es el asesinato de una vida humana, se pretende que se apruebe legalmente, como si nada, sólo pensando en la madre, y no en la vida del bebé que se está formando en el vientre materno?

¿Tiene más derecho entonces a ser defendido el animal, que la vida humana? Algo no anda bien en la sociedad actual. ¿Cómo puede creerse que eso suceda en una legislatura del sur, y en una de un estado costero del Pacífico, se revisen reformas sobre los “derechos” de los animales? En verdad, algo chueco, tergiversa dos temas, y uno de ellos, como si no valiera, como si fuera un estorbo se permite asesinarlo, y no se elevan voces fuertes que les hagan ver a esos diputados, empleados del “pueblo bueno”, que atacan el futuro social de las comunidades futuras.

De por sí, molesta la falta de veracidad en el tema de ataque a la delincuencia y el crimen por parte del gobierno en turno, y luego se dan en periodos casi seguidos, dos notas que enfrentan esquemas sociales, uno que enerva el drama social del aborto, porque no es un juego y debe ser algo en verdad doloroso para quien quedará marcada para siempre y con un vacío moral, y otro, que también rosa la moralidad social que debe de darse sobre la especie animal, pero que ni por asomo tiene el valor de una vida humana.

No quisiera creer todo lo que se dice sobre los criterios con que se aplica la ley y el poder, con tantas muestras de lo que viene sucediendo, pero, vale más creer que puede pasar mucho de lo que se dice, porque el gobierno está anclado en un pasado que, por obviedad, ya no tiene un remedio, más que la de ejercer acciones penales contra todos esos que cada mañana desfilan en el discurso matutino, y poco tiempo le queda para comprender la tarea sustantiva de su responsabilidad marcada en la Constitución.

O tal vez, alguna mañana exprese también se diga: Al diablo con la Constitución, si es que esta presenta un freno contra algún criterio que quiera imponerse, sí o sí, que para eso presumen: todo el Congreso es nuestro, nos avalan 30 millones de votos, y nos amparan 64 puntos de popularidad, y también, la ingenuidad de una masa social que cree, que su desgracia se la infringieron los que se fueron.

Bueno, algunos, porque otros son parte de ese Congreso, otros son funcionarios de rango, y otros más se encuentran confortablemente ocupando sillas secretariales, y a quienes algunas veces los levantan temprano para estar en Palacio Nacional.

Bueno, y ¿qué opinas Inge? Te parece que todo va bien? Ves correcto lo que te comento? Fue nota a nivel local lo de las diputadas y su búsqueda de proteger los derechos de la especie animal. Ya lucharon y los quitaron de los circos, alegando maltrato, y se convirtió en ley. Ahora pujan por llevar a prisión a quienes den un maltrato a sus mascotas y a los animales callejeros.

Pero no se atreven a expresarse sobre el otro tema, el aborto, que llegará a cada Congreso, para su análisis, y seguro darán la orden para que se debata, y la consigna será: apruébese.
Y entonces, como sucedió allá, ¿no habrá voces valientes que defiendan la vida ante las voces cobardes de quienes desde una tribuna gritan, asesínese la vida, despenalícese el aborto.