Documento final: Sínodo de la Sinodalidad
Del 2 al 27 de octubre de 2024 se celebró en el Vaticano la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con lo que termina lo que se llamó el Sínodo de la Sinodalidad (caminar juntos). La Primera Sesión se desarrolló en octubre de 2023 en el mismo lugar.
La Segunda Sesión fue de carácter resolutivo. Los asistentes tomaron decisiones, de manera colegiada, sobre el camino que la Iglesia debe seguir en los asuntos que se plantearon en el documento Instrumentum Laboris, que recoge los temas que se establecieron desde la Primera Sesión, que fueron llevados a discusión a todas las diócesis de la Iglesia universal.
Al terminar el Sínodo de la Sinodalidad se publicó el Documento Final: Por una Iglesia Sinodal, que consta de 155 apartados que se organizan en cinco partes: 1) El corazón de la sinodalidad; 2) Juntos, en la barca de Pedro; 3) En tu palabra; 4) Una pesca abundante; 5) También yo los envío. El documento da cuenta del cambio histórico que se registra en la Iglesia al término de este evento.
El texto ofrece un resumen de las reflexiones del proceso de diálogo que busca una Iglesia más participativa, con mayor implicación de los laicos y un estilo de vida sinodal que promueva la comunión y la misión. Las propuestas centrales del documento son nueve:
Sinodalidad como fundamento. Ahora es una “dimensión constitutiva” de la Iglesia, y una parte fundamental de su identidad, que se refiere a un modo de ser y de vivir en asamblea, caminando juntos.
Mayor participación de las y los laicos. Se enfatiza la importancia de una mayor participación de las y los laicos en la toma de decisiones y en los procesos de discernimiento eclesial.
Estructuras sinodales. Se establece la obligatoriedad de los consejos pastorales, sínodos diocesanos y otras asambleas participativas para asegurar que los fieles sean escuchados. Implica un cambio en la estructura de la Iglesia en sus distintos niveles.
Conversión y relaciones. Se busca una conversión de las relaciones internas de la Iglesia, para fortalecer la comunión y que las estructuras y los procesos sean más efectivos y participativos.
Estudios sobre la mujer. Se establece la necesidad de continuar los estudios sobre el papel de la mujer en el ministerio eclesial. Implica que puedan ser diaconisas y sacerdotisas.
Descentralización de la autoridad. Se abordan cuestiones sobre la descentralización de la autoridad y cómo hacer que las estructuras eclesiásticas sean menos verticales, con un control más democrático en las diócesis.
Transparencia y responsabilidad. Se invita a las iglesias locales a buscar sinodalmente procedimientos para la rendición de cuentas y la evaluación, extendiendo estos principios a todos los ámbitos, incluido el estilo de vida de los pastores y las condiciones laborales de las instituciones.
Misión y evangelización. La sinodalidad y la misión están intrínsecamente ligadas, pues una Iglesia sinodal impulsa y es impulsada por la misión evangelizadora, haciendo que la Iglesia sea “sacramento visible” de la fraternidad y la justicia.
Llamado a la acción. Se invita a la reflexión sobre la conversión personal y comunitaria, la renovación de las relaciones, los procesos eclesiales, los vínculos eclesiales y la formación de discípulos misioneros, que difundan la buena nueva del Evangelio.
El contenido del Documento Final: Por una Iglesia Sinodal fue votado en forma secreta por las y los 355 participantes en la reunión, que representan a los 1300 millones de católicos que ahora hay en el mundo en todos los continentes. Este documento, que tiene un carácter histórico, marca un antes y un después de la Iglesia Católica, y habrá que ver si los acuerdos se hacen realidad en la práctica de todos los días. Ese es el gran reto.
Documento Final:
Por una Iglesia Sinodal
Comunión, Participación, Misión
XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
Vaticano, 2024.
pp. 70