Domingo siete...

Guillermo Osuna Hi
06 julio 2019

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¡Domingo Siete! ¿De dónde salió el popular dicho? Cuenta una leyenda que en un bosque de Dinamarca estaban jugando unos duendes y cantaban la siguiente tonadilla: “¡Lunes y martes/ miércoles tres!; jueves y viernes/ ¡sábado seis! Y de pronto, escuchan una voz femenina que remató ¡Y domingo siete! Los duendes se molestaron mucho porque el domingo estaba destinado al descanso y como castigo la cubrieron de un polvo mágico que la dejó embarazada, y de ahí para adelante, lo de domingo siete les es endilgado a las chicas que salen con un embarazo inesperado o a las personas que cometen alguna tontería.
Obvio, esto viene a cuento por la fecha, esperando que al final de esta colaboración no se me aplique el dicho y también lo ligo a un evento legislativo importante, me refiero a la aprobación de la Ley de Austeridad Republicana, dentro de cuyo texto hay ordenamientos que se pueden convertir en el domingo siete de este nuevo instrumento jurídico, si no se establece una debida reglamentación para su aplicación.
La nueva ley viene a reforzar las pretensiones del Presidente de la República, en el sentido de establecer un nuevo estilo de gobernar, caracterizado por un ejercicio austero del gasto presupuestal que redunde en el reforzamiento de los programas sociales y en una mayor inversión en obra pública y para ello se establecen limitantes al gasto suntuario en el que incurren no pocos servidores públicos, que ven en el ejercicio del egreso una oportunidad para darse lujos y cumplirse caprichos que en su vida ordinaria no pueden solventar.
Dentro del articulado de la nueva ley, una más que se establece para el control presupuestal, hay dos numerales que han estado en la mesa de las discusiones, las cuales han merecido aclaratorias de parte del Presidente de la República, sin conseguir el convencimiento buscado.
El primer artículo cuestionado es el 61, mismo que le da al Ejecutivo federal todo el poder para disponer de los ahorros que se generen con el plan de austeridad, lo cual significa para el Presidente de la República una bolsa multimillonaria para aplicarla en los rubros que su voluntad absoluta decida.
Al respecto, el Presidente López Obrador ha salido a decir que será la Secretaría de Hacienda la que disponga el destino de los eventuales ahorros logrados por medio de la austeridad, sin embargo, lo cierto es que la tentación para el Presidente y sus intereses políticos, siempre tendrá la puerta abierta para ejercer a su voluntad un fondo altamente redituable políticamente hablando. Esperemos que a la hora de la verdad, el Presidente no nos salga con su domingo siete.
Otro tema, dicen los que saben, atentatorio al derecho constitucional al trabajo, es el texto del numeral 24 de la ley comentada, el cual establece: “Los servidores públicos comprendidos en los grupos jerárquicos de mando superior... que por cualquier motivo se separen de su cargo, no podrán ocupar puestos en empresas que hayan supervisado, regulado o respecto de las cuales hayan tenido información privilegiada en el ejercicio de su cargo público, salvo que hubiesen transcurrido al menos 10 años”.
Esta disposición tendrá que ser muy bien precisada y clarificada en el reglamento que se emita para la Ley de Austeridad Republicana, ya que tal y como está, parece que fue elaborada para ahuyentar a cualquiera.
Imagínese estimado lector que usted por sus altos conocimientos y experiencia en el campo turístico es contratado para hacerse cargo de una dirección estratégica de la Secretaría de Turismo y que a los dos años, por meras ganas del titular de la Secretaría usted es despedido ¿implicará esto que usted quedará inhabilitado para continuar trabajando en el área de su especialidad?
Me parece aberrante tal disposición y urge reglamentarla, ya que de otra manera, estaremos ante otro domingo siete de parte del Legislativo.
Domingo siete, es la fecha de hoy, por lo tanto hay que andar con pies de plomo para evitar ser ejemplo del significado del popular dicho ¡Buen día!

osunahi@hotmail.com