Dos siglos de hacer las cosas erróneamente

Alberto Kousuke De la Herrán Arita
21 marzo 2020

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alberto.kousuke@uas.edu.mx


El 95 por ciento de la gente se lava las manos incorrectamente, ¿acaso eres parte de la estadística? Lo más probable es que sí.

El lavado de manos antes de comer y después de ir al baño es una actividad rutinaria que para la mayoría de nosotros pasa desapercibida y la realizamos de manera automática sin pensar realmente si hemos hecho un buen trabajo o no.

Un estudio publicado hace siete años (J Environ Health. 2013 Apr;75(8):18-24) reveló que solo cinco de cada 100 personas realizan un lavado de manos correcto. El lavado de manos salva vidas. Un aseo de manos adecuado es capaz de eliminar los microorganismos causantes de infecciones (virus, bacterias, hongos). A pesar de que contamos con este conocimiento desde hace dos siglos, resulta increíble que sigamos sin hacer las cosas como se deben.

En el Siglo 18, los médicos solían tener tres veces más decesos (25 por ciento de fatalidad) que las parteras por la llamada “fiebre puerperal”, una infección sistémica ocasionada por bacterias, posterior al parto.

Esto se debía a que los médicos atendían a todas las mujeres del pabellón de ginecología sin lavarse las manos. Los aspectos menos agradables del parto (sangre, heces fecales, y demás fluidos) ocasionaban infecciones al por mayor.

No fue hasta 1847, cuando el médico/científico Ignaz Philipp Semmelweis introdujo al mundo los primeros procedimientos antisépticos. El Dr. Ignaz reportó que el lavado de manos con una solución clorada (con cloro) reducía la mortalidad por fiebre puerperal al uno por ciento.

Desafortunadamente, El Dr. Ignaz estaba muy adelantado a su tiempo y sus observaciones fueron rechazadas por la comunidad médica/científica por que no había forma de explicar sus hallazgos. En esa época, se creía que las enfermedades eran causadas por el “miasma”, un conjunto de emanaciones fétidas de suelos y aguas impuras.

En 1865 y después de muchos años de bullying, el Dr. Ignaz sufrió un colapso nervioso y fue remitido a un sanatorio mental por sus colegas. Murió 14 días después de su ingreso debido a una herida infectada infligida por los guardias del hospital psiquiátrico.

Unos pocos años después llega Louis Pasteur con la famosa “Teoría del germen de la enfermedad”, la cual establece una correlación directa entre los microbios y las enfermedades infecciosas, redimiendo al pobre Dr. Ignaz.

¿Así es como agradecemos el sacrificio del pobre doctor?

Dejó esta vida ridiculizado y olvidado, e irónicamente gracias a una infección que pudo haberse prevenido gracias a sus descubrimientos. Todo esto para que en pleno Siglo 21 sigamos enfermándonos y falleciendo por descuidados.

Retornando a lo anterior, el estudio también encontró que el 33 por ciento de la gente no utiliza jabón durante el lavado de manos, y que a la mayoría de la gente le toma seis segundos lavarse las manos. Asimismo, reportaron que el 10 por ciento de la gente (hombres 15 por ciento, mujeres 7 por ciento) ni siquiera se toma la molestia de lavárselas (las manos).

De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, EUA), el método correcto de lavado de manos consiste en humedecer las manos con agua potable, aplicar jabón, y tallar toda la superficie de las manos (palmas, dorsos, dedos, uñas) por 20 segundos, terminando con el secado de las mismas. Mucho más barato y eficiente que comprar cubrebocas.