Educar con magia
El maestro español Xuxo Ruiz Domínguez escribió un libro titulado Educando con Magia. El ilusionismo como recurso didáctico, donde reafirmó la importancia de captar la atención de los alumnos y tornar las clases más divertidas:
“Los profesores que más recuerdo de mi infancia son aquellos que me hacían las clases más divertidas. Era fabuloso tener clase con ellos, ¡nos lo pasábamos genial! Sabían que, primero, debían captar nuestra atención. Si las clases nos las hacían divertidas, estaríamos más motivados y tendríamos deseo de ir a la escuela. En la actualidad, desgraciadamente, la desmotivación por aprender es algo muy común en la mayoría de los niños y colegios”.
Constató: “Los niños son sólo niños... Se aburren con maestros que siempre hacen la misma rutina. Pero, ¿crees que el aprendizaje debe ser monótono, tedioso y aburrido?”.
¡Lógicamente no! Entonces, ¿cómo lograr captar su atención? Xuxo sabe trucos de magia y comenzó a impartir sus clases de manera didáctica, reservando alguna sorpresa para el final de la clase, con lo que obtenía que el grupo se mantuviera expectante:
“Como maestro he llegado a la conclusión de que, en nuestra profesión, la invención y el descubrimiento de un nuevo método para la motivación del alumnado es un desafío constante en nuestro quehacer diario. Un alumno motivado, no sólo trabajará mejor, sino que será más disciplinado, estará más atento, tendrá más ilusión por aprender... y para nosotros será más agradable trabajar y enseñar”.
Precisó que los medios y redes problematizan la labor del maestro: “Nosotros les pedimos que no se distraigan en nuestras clases, pero en la vida real están “hiperestimulados” e “hipnotizados” por la televisión, los videojuegos, la comida rápida, Internet, la cultura de la “satisfacción inmediata”, etc. Todo eso resta ilusión y entusiasmo por aprender”.
¿Motivo y entusiasmo?