El aturdimiento de los corruptos. Vargas y Malova, ¿inmaculados?

Alejandro Sicairos
04 diciembre 2017

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Si bien es cierto que a Gerardo Vargas Landeros no le ha llegado a los aparejos la lumbre de las acusaciones de corrupción, eso no significa que esté exento de culpa o carezca de responsabilidad política. Es igualmente insensato creer que Mario López Valdez sea un dechado de inocencia solo por haberles pedido a sus colaboradores que cuadraran bien las cuentas.

Tampoco tiene lógica que el ex Secretario de Salud, Ernesto Echeverría Aispuro, finque su defensa nada más en reservarse el derecho a responder a las preguntas del Fiscal y Juez en las audiencias que, en este caso, enjuician al cabecilla del más emblemático escándalo de afectación al erario por las connotaciones, complicidades  e implicaciones adjuntas.

Hay otros que se autodelatan al conseguir amparos contra cualquier posible procedimiento que las instancias de procuración e impartición de justicia instauren contra ellos, enseñando colas y garras que nadie les había detectado. Y los que andan orondos por ahí creyendo que el tráfico de influencias los librará de responder por sus pillerías.

Así no funciona la justicia. O no debería moverse así. Los órganos jurisdiccionales aun sin tener una acusación directa contra quienes encabezan el Gobierno, en este caso Mario López Valdez y Gerardo Vargas Landeros en el sexenio anterior, pueden fincar alguna acción penal por omisiones en la función jerárquica que los obliga a la supervisión de los subordinados.

Serán rociados de imputaciones aunque estuviesen en la punta de la pirámide del poder, muy cerca de la luna. Los de abajo, que serán llevados a los juzgados, cursarán los procesos salpicando de podredumbre al ex Secretario General de Gobierno, y al ex Gobernador. Inclusive debieran ampararse ambos, tal como ya lo hizo casi todo el Gabinete malovista.

Además, por el momento se ventilan los hechos de corrupción que tienen que ver con daño al patrimonio público y enseguida vendrán los expedientes por otro tipo de delincuencia que igual escandalizará a los sinaloenses. En el área de seguridad pública, por ejemplo, aparte del saqueo de dinero ya se tienen detectados ilícitos de mayor transgresión a la ley.

En realidad lo que está ocurriendo con los malovistas puestos a disposición de los juzgados, o los que andarán ese camino en los próximos días, es la crisis de turbación que les provoca transitar de la impunidad premeditada por ellos a la legalidad aspirada por la sociedad agraviada.

Ni en sus peores pesadillas creyeron que la justicia los alcanzaría; jamás pensaron que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel se animara a abrirles procesos administrativos y judiciales pues a lo más que les llegó la imaginación es a ver al actual mandatario tapándoles los desfalcos para no alterar la ecuación prevaleciente de desfalco=impunidad.

Todo este engranaje que durante seis años movió la sistemática alteración del estado de derecho es el mismo que puede llevar a Mario López Valdez, de quien "solo los pícaros se han deslindado", según dice Gerardo Vargas, ante los tribunales al ser vinculado a algunas o todas las acusaciones que la Fiscalía General del Estado ha presentado o presentará.

 

Re-verso

Los verán en las pastorelas,

Con demoniacas palancas,

Ataviados de alas blancas,

Que ocultan sus triquiñuelas.

 

Marea roja

Los que no se han amparado contra acciones de la justicia son los ex Alcaldes de Mazatlán, Alejandro Higuera y Carlos Felton, que estaban en funciones en los seis años del malovismo que duró la construcción del Tiburonario, el que colapsó 38 días después de ser inaugurado. Andan confiados porque saben que en la profunda mar se esconderá el expediente de la investigación, todo para no afectar la imagen del destino de playa que será sede del Tianguis Turístico 2018.