El camino de la paz
Si durante su homilía de la Misa de Navidad, el Papa León XIV invitó a que todos nos convirtiéramos en “mensajeros de paz”, en su mensaje “Urbi et Orbi” insistió en recordar cuál era el camino para alcanzar la paz: “La responsabilidad”, porque, dijo: “Si cada uno de nosotros, a todos los niveles, en lugar de acusar a los demás, reconociera ante todo sus propias faltas y pidiera perdón a Dios, y al mismo tiempo se pusiera en el lugar de quienes sufren, fuera solidario con los más débiles y oprimidos, entonces el mundo cambiaría”.
En efecto, la necesidad principal que se debe cubrir para transformar la faz del mundo consiste en asumir la propia responsabilidad. Pero, si, por el contrario, gastamos toda nuestra energía en estar reclamando y echando la culpa sobre los demás, no podremos mejorar la situación actual de inseguridad y violencia.
Claro, hay diferentes grados de responsabilidad, y cada quien debe cumplir con la suya, pero a todos nos corresponde una rebanada del pastel. Por eso, el Papa agregó: “Sí, porque Dios, que nos ha creado sin nosotros, no puede salvarnos sin nosotros. (cf. S. Agustín, Sermón 169, 11. 13), es decir, sin nuestra libre voluntad de amar. Quien no ama no se salva, está perdido. Y quien no ama a su hermano que ve, no puede amar a Dios que no ve. (cf. 1 Jn 4,20)”.
El Pontífice oró para pedir la paz sobre todos los pueblos de la tierra: “Al Niño de Belén imploramos paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras que se libran en el mundo, especialmente aquellas olvidadas; y para quienes sufren a causa de la injusticia, la inestabilidad política, la persecución religiosa y el terrorismo”.
¿Construyo el camino de la paz?