El funeral de Benito Juárez
Como usted sabrá, ayer conmemoramos el natalicio del ex Presidente de México, Benito Pablo Juárez García, pero en este texto haré referencia a un evento realizado a la postre de su muerte, como lo dice el título de esta columna, me refiero a su funeral.
En un artículo de la revista “Históricas” de la Universidad Nacional Autónoma de México, la profesora María del Carmen Vázquez Mantecón hace una crónica detallada de los honores fúnebres que se realizaron en el teatro Iturbide el 21 de agosto de 1782, al “Benemérito de las Américas” un mes después de su inhumación. La autora lo relata de la siguiente manera:
En un escenario enlutado aparecía un busto de Juárez y a su lado un esqueleto humano de cuyos dedos pendía un nivel que apuntaba a la cabeza del héroe. Un enorme catafalco fue colocado al centro rodeado con lámparas y flores. El adorno de los palcos era con cortinajes negros salpicados de estrellas, mazos, niveles, compases, escuadras y plomadas. En el foro colgaba un manto donde se podía leer: “A∴T∴D∴L∴V∴Y∴P∴D∴G∴H∴”.
En el centro había también una gran estrella con la letra “G” y el ojo de Dios dentro de un triángulo, más dos columnas y varias bandejas. Abajo del foro pusieron un sillón vacío, y sobre sus brazos las insignias y herramientas que pertenecieron a Juárez. Todos los presentes tenían puestos sus delantales, collares y joyas alusivas.
José María Mateos, quien presidió el acto, dijo en su discurso breve, que le habían formado a Juárez un juicio después de muerto, en el que resultó que sus virtudes superaron a sus faltas, por lo que con esa ceremonia se le honraba por sus grandes hechos.
Después de esto, Andrés Clemente Vázquez recordó a los oyentes que el 15 de enero de 1847, Juárez, como iniciado, adoptó el nombre simbólico de “Guillermo Tell”, cuya leyenda, por cierto, era muy querida por don Benito. Tocó luego el tema de Juárez en la masonería. Fue masón, dijo, porque vio en ella la caridad, la fraternidad y el mutuo auxilio, y porque encontró que no atacaba ninguna religión, sino que declaraba la libertad de cultos.
Terminó reseñando brevemente el curriculum masónico de Juárez, dijo que en 1854 alcanzó el séptimo grado del Rito Nacional Mexicano, y máximo grado de ese mismo rito. También que fue declarado miembro del grado superior de la masonería francesa e individuo honorario de todos los grandes cuerpos y logias del mismo Rito Escocés reformado en México. Al final, dejó constancia de que Juárez se desempeñó dos veces como Venerable Maestro, y en la Gran Logia ocupó el cargo de Gran Maestre.
Al finalizar los discursos todos los presentes desfilaron uno a uno en torno del catafalco arrojándole rosas, también arrojaron un guante blanco, flores siemprevivas y perfumes. Todos marchaban al son de un tambor, y después al ritmo solemne de algunas marchas fúnebres.
Quien presidía el evento preguntó varias veces dónde estaba el hermano Juárez, mientras los maestros de ceremonias guardaban las insignias de éste que estaban sobre el sillón en el interior del catafalco. Finalmente, todos formaron una cadena de unión con sus manos entrelazadas, y tras unos aplausos de júbilo, se retiraron habiendo terminado las honras fúnebres.
Es cuanto....