El gobierno corporativo y familiar factor clave para el éxito y continuidad de la empresa

José Mario Rizo Rivas
16 noviembre 2021

Una empresa familiar es un legado, que pasa de generación en generación, al cual los miembros de cada familia tienen derecho a acceder y participar, pero lo que muchas veces se olvida es que todo derecho tiene responsabilidades y obligaciones, y es en donde entran en discrepancia los intereses de la familia y la empresa.

La continuidad generacional de la empresa familiar es un objetivo estratégico, que se fundamenta en el deseo conjunto de los fundadores y sus sucesores de mantener la dirección, control de la propiedad y su gestión en manos de la familia, pasando de generación a generación y tomando el relevo generacional como una tradición, que parte de la base de la elaboración de un protocolo familiar y la implementación de un gobierno corporativo que simplifiquen el proceso y garanticen su éxito.

La familia empresaria que busca conservar y crecer su legado para darle continuidad debe de buscar ser competitiva en el mercado y para lograrlo debe de tomar en cuenta cuatro puntos estratégicos:

Establecer un buen gobierno corporativo: las empresas familiares que buscan trascender y pasar de generación en generación deben de buscar la institucionalización, adoptando practicas racionales de gestión y toma de decisiones, para así atraer, contratar y mantener a al mejor personal, ya sea familiar o externo. Estableciendo buenas prácticas de gobierno que separen a la familia del negocio y asegurando su cumplimiento con la implementación de un consejo de administración y sus comités de apoyo. Separar y definir en protocolo familiar y en estatutos los roles de propiedad, empresa y familia.

Conservar el liderazgo: es decir al peso que genera un miembro clave de la familia o varios que están en el centro de la organización que son la viva imagen de lo que representa la empresa familiar y es transmitido de generación en generación, ellos:

Personifican la identidad corporativa de la empresa

Alinean intereses diferentes en torno a valores claramente definidos y una visión común.

Se centran en la próxima generación, no en el próximo año.

Tienden a adoptar estrategias que ponen primero a colaboradores y clientes, se enfatizan la responsabilidad social.

Tienen personalidad fuerte con liderazgo que atraen a personas talentosas a sus órbitas y las mantienen allí.

Identificar líderes dentro y fuera de la familia: Todos los candidatos, y especialmente los miembros de la familia, deben ser evaluados en las competencias, el potencial y los valores para asegurar la institucionalización de la empresa, y deben de cumplir con el perfil requerido para directivos de cualquier tipo de negocio como:

Visión estratégica

Adaptación al cambio

Conocimiento del mercado

Orientación a resultados

Servicio al cliente

Colaboración e influencia

Planeación y organización

Trabajo en equipo

Creatividad e innovación

Liderazgo

Comunicación asertiva

Negociación

Pero la empresa familiar debe de ir siempre más allá y buscar personas que aparte de cumplir con las competencias básicas sepan:

Entender la dinámica de propiedad de la empresa

Entender y aceptar la responsabilidad multigeneracional (ver siempre a futuro)

Ser capaces de gestionar emprendimientos sociales y el crecimiento sostenible

Con inteligencia emocional para controlar sus emociones al tomar decisiones.

Evaluar con disciplina la sucesión del Director General: esta es una de las más grandes amenazas de las empresas familiares en donde al momento de hablar de sucesión solo se considera un candidato y en la gran mayoría de los casos no se sigue un proceso de selección debidamente estructurado, sino un miembro de la familia es elegido de manera intuitiva y no siempre es la mejor opción. Es por esto la importancia de la institucionalización, el gobierno corporativo, el protocolo familiar y el consejo de familia donde se formalicen los planes de sucesión e inclusión de familiares a la empresa.

El relevo generacional es un paso decisivo donde se asientan las bases del futuro de la empresa y familia, el cual debe estar muy bien planeado y elegir el momento adecuado para llevarlo a cabo.

Pero aun teniendo un gobierno corporativo perfectamente estructurado, con sus respectivos órganos, protocolo y planes de sucesión, la familia no debe de cruzar los brazos, puede que su rol dentro en la empresa ya no sea tan directo pero ellos son la “cantera” de los futuros líderes de esta, en donde se debe de buscar aquellos miembros que puedan llegar a aportar al liderazgo familiar y eventualmente sean directivos preparados y eficientes que velen por los intereses de la familia y la empresa siempre con inteligencia emocional.

Para esto se debe de poner especial atención en las nuevas generaciones, teniendo cuidado de no fomentar aquellos “juniors” dentro del seno familiar quienes pueden llevar a la empresa al fracaso por falta de preparación o ausencia de apego a los valores, la visión y misión de la empresa, o , a los opuestos completos que nunca se les dio libertad de escoger y crecer de manera autónoma teniéndolos siempre en la burbuja familiar causando que cuando tomen control tengan miedo de tomar sus decisiones o generar innovación y cambio siguiendo siempre el único camino que aprendieron.

Es importante entender que no todos los miembros de la familia tendrán las mismas aptitudes o intereses, aceptar esto y hacerlo una fortaleza en donde no se busque que todos formen parte del equipo directivo de la empresa, sino impulsar su crecimiento profesional, potenciando las diferentes habilidades de cada miembro de la familia, a través de la capacitación y formación de calidad, con enfoque en diferentes disciplinas y perspectiva global, disponiendo de sistemas de información y comunicación claros y ágiles que permitan a todos los familiares conocer el sistema de gobierno empresarial y familiar.

Para tener presente algunos de los factores de éxito de la familia empresaria son: tradición y continuidad, calidad, flexibilidad, planificación a largo plazo, buen entendimiento familiar, responsabilidad social y afán por innovar y emprender. Pero, sobre todo, el legado de valores, en el que se implican sus miembros en primera persona, hasta el punto de que el fundador pone en juego su propio honor. Una empresa familiar es, en definitiva, una actitud, una forma de ver las cosas que no acaba cuando termina la jornada laboral.

Muchas empresas familiares simplemente no están preparadas para asimilar y responder a los rápidos cambios de mercado, tecnológicos, competencia y necesidades de clientes y de la sociedad, por lo que tienen un riesgo alto de desaparecer, si no se reinventan.

Las empresas familiares son particularmente complejas precisamente porque la familia y el negocio se entrelazan y ambos pueden afectar el uno al otro. Y a pesar de que la familia y el negocio no son asuntos totalmente independientes, naturalmente, los temas del negocio se tratan por un lado y los de la familia por el otro, de ahí la importancia de tener los órganos de gobierno para tratar por separado cada uno de ellos: consejo de familia y consejo de administración.