El Producto Interno Bruto de Sinaloa y el desempeño de la agricultura
29 junio 2018
""
El Producto Interno Bruto de Sinaloa en 2016 fue de 466 mil 505 millones de pesos (precios corrientes). Sinaloa se caracteriza en el país como un estado eminentemente agrícola, con una producción hortícola de excelente calidad y cumplimiento de todas las normas de calidad, sanidad y responsabilidad social. La producción granera también tiene importantes avances en rendimiento, calidad y producción.
Según el INEGI, el sector primario (agricultura, ganadería, actividad forestal, pesca y caza), de 51 mil 679 millones de pesos en 2016, representa el 11 por ciento del PIB de Sinaloa, siendo el sector más pequeño en la estructura económica de Sinaloa.
Las actividades secundarias en 2016 generaron 125 mil 508 millones de pesos, más del doble que las primarias. Estas actividades se definen como el sector industrial, con una participación del 27 por ciento del producto estatal sinaloense.
Entre las 16 actividades incluidas en el sector secundario, destacan (1) la construcción, (2) la industria manufacturera, (3) la industria alimentaria, (4) la generación/distribución de energía eléctrica, agua y gas y (5) la fabricación de maquinaria y equipo. Las cuales en conjunto suman el 26.4 por ciento del PIB de Sinaloa. Porcentaje que es mucho más alto que el sector primario, con la agricultura incluida.
El sector más importante en Sinaloa es el terciario con un PIB de 289 mil 317 millones de pesos, que representan un 60.5 por ciento del PIB estatal total. Solo la actividad comercial, dentro del sector terciario, está valuada en 110 mil 042 millones de pesos, representando el 25.5 por ciento de la producción total de Sinaloa. Por su aportación al estado es la actividad económica más importante.
Aunque en los tres principales sectores: primario, secundario y terciario, se puede observar bajas cíclicas importantes en la producción, las caídas son más frecuente en el sector primario.
Si comparamos el sector primario, en 2016, con la construcción, con un PIB de 42 mil 558 millones de pesos, dentro del sector secundario, esa actividad es muy cercana en tamaño económico al PIB del sector primario.
Dentro del sector secundario, la industria alimentaria y la industria manufacturera en conjunto representan el 13 por ciento del PIB del estado. Ligeramente por arriba del sector primario.
El tamaño del sector turístico, incluido dentro del sector terciario, es bastante reducido, ya que genera un valor de 12 mil 465 millones de pesos, el 2.9 por ciento del valor del producto bruto estatal. Esperemos que las nuevas inversiones en Nuevo Altata, si se enfoca a un turismo más caro, provoque el despegue del turismo, así como la apuesta implícita en el Tianguis Turístico, celebrado recientemente en Mazatlán para traer grandes cadenas de hoteles.
La actividad agrícola tiene un crecimiento acotado, a causa de la limitada diversificación de productos. Para crecer a más altas tasas tendría que diversificarse hacia productos de demandas crecientes. En entregas pasadas fue abordada la crisis de la agricultura provocada por la sobreproducción en garbanzo y frijol, ante la falta de información de los productores y la inexistencia de alternativas de cultivo. Además, es ya recurrente el mal comportamiento de los mercados agrícolas. Por la falta de opciones se sembró garbanzo y frijol para dos años de consumo. Otra seria limitante es el carácter oligopólico del mercado en la compra.
La horticultura también enfrenta restricciones de mercado. Se requerirían nuevos productos. Este sería el caso de las “berries”, que se empiezan a desarrollar en la zona de los altos. En El Fuerte se siembran 500 hectáreas, bajo agricultura protegida, que un productor de Estados Unidos vino a sembrar con mucho éxito. Se requieren de nuevas opciones de productos, que permitan expandir el volumen de una producción agrícola.
La entrada en el TLCAN y los cambios de cultivos de la década de los 80´s, acotaron el aprovechamiento del potencial productivo agrícola de Sinaloa. La competencia desleal de la producción americana de granos, en el maíz, el sorgo, el trigo y soya, obliga al productor sinaloense a vender su maíz a precios muy bajos. La competencia de la producción americana exportada a precios por debajo de sus costos de producción, que es determinante para la formación de los precios del maíz en México, afecta la rentabilidad de los productores y la solidez de la economía sinaloense.
De 1994 a la fecha, desde la firma del TLCAN, en los 24 años de vigencia del tratado, los precios para el maíz exportado por Estados Unidos han estado por debajo de los costos de producción en 12 años, la mitad del período de integración en el gran mercado de Norteamérica. Otros productos tienen comportamiento similar. Los apoyos complementarios que en México se entregan a los productores se dan a destiempo; si bien le va al productor, al siguiente año.
La actividad agropecuaria en Sinaloa creció a una tasa anual promedio impresionante del 15.6 por ciento en la década de los 60’s. El crecimiento se redujo considerablemente en la década de los 70’s, a una tasa de 2.5 por ciento. En la década de los 80’s subió al 3.5 por ciento y en los años del 1993 - 2004, los primeros diez años del TLCAN, baja hasta el 2 por ciento anual.