El Sistema Nacional de Seguridad Pública no se curará solo
Si en 30 años el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) no ha cumplido sus más básicos mandatos, por qué ahora sí lo haría con la reforma de la Presidenta Sheinbaum que seguramente será aprobada.
Nació en 1995, en 2009 lo reformaron y en 2025 habrá nueva reforma. ¿La nueva iniciativa tiene méritos importantes? Sin duda. El mandato del Sistema, desde su origen, ha apuntado en la ruta correcta: la construcción de una política de Estado soportada igualmente en órganos de Estado para lograr la profesionalización de las políticas y las instituciones en la materia; el problema es que su implementación nomás no jala, o jala en mínimos, si acaso, para decirlo coloquialmente.
Si hay dudas al respecto, nomás asómense a la exposición de motivos de este proyecto. Ni los salarios ni las prestaciones ni la formación ni la tasa de policías por habitantes han sido homologados, nada menos que a tres décadas de incontables recursos y decisiones. El servicio policial está en debilidad crónica porque el Sistema igualmente lo está. Las mejoras son aisladas, muchas veces efímeras y siempre frágiles.
La paradoja es que siempre están de acuerdo, o eso parece, en el Consejo Nacional de Seguridad Pública. Por eso hace muchos años dije que es como si un paciente muy enfermo -México- tuviera un grupo de doctores -el Consejo- que, al aplicar en total acuerdo un tratamiento que falla, en realidad pareciera mostrar que “las y los doctores están enfermos”.
La iniciativa reconoce “diversas debilidades de las corporaciones estatales y municipales como es el déficit de personal policial, la falta de capacitación y la ausencia de estándares para la homologación de criterios institucionales que fomenten el fortalecimiento de las capacidades en todos los rubros de la seguridad”. Pero el proyecto no explica por qué falló el Sistema Nacional durante cinco presidencias que representaron sucesivamente las tres fuerzas políticas más amplias. Esto merece una discusión política que no haré aquí.
Nuestra tesis central es que el Sistema no se curará solo, sea cual sea el texto legal, en tanto no se modifiquen los equilibrios que lo han hecho históricamente disfuncional; y para que eso suceda es necesario reequilibrar los incentivos que lo gobiernan, a través de la creación de un cuerpo externo especializado y ciudadanizado encargado de monitorear y evaluar sistemáticamente al Secretariado Ejecutivo del SNSP.
Se trataría de un medio de control inspirado en las mejores prácticas de la supervisión policial externa. Hay centenas de organismos de este tipo en otras partes del mundo; hay recomendaciones para crear esto en América Latina. Un ejemplo importante está en Jamaica, inspirado también en esta perspectiva de reequilibrio, buscando la operación simultánea de controles internos y externos fuertes.
Y en México, desde 2012 entró al Senado nuestra propuesta jamás aprobada de Auditor Especial de las Policías Federales.
En palabras simples, mientras el Sistema pueda ser manipulado para debilitarlo sin consecuencias de contención, aprendizaje y transformación, lo será. La prueba está en la exposición de motivos que cité, no hay que buscarle más. El Sistema no ha cumplido lo que el Sistema debió por ley cumplir. No tiene, en palabras de Yuval Noah Harari, sistemas funcionales de autocorrección; están apagados y son 30 años de evidencias.
Buscaremos que esta adición de valor crítico quede incorporada en la propuesta que se aprobará seguramente en breve. Desde nuestra perspectiva está más claro que nunca: el SNSP no se curará solo.
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@ErnestoLPV
Animal Político / @Pajaropolitico