El valor de la vida

Tatiana Clouthier
18 mayo 2023

@tatclouthier

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Decía Jorge Luis Borges que la muerte es una vida vivida y la vida, una muerte que viene. Por el pensamiento anterior, me llama la atención que frecuentemente nos dicen que vivamos la vida con toda intensidad y que no dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy. Sin embargo, estas palabras con mucho significado no necesariamente tienen el sentido en nuestras vidas de igual forma para todos y todas, sino que queda como un concepto para la mayoría.

Algunos lo convertimos en tema de conversación, otros, lo utilizan como una sacudida de vida para poder tomar acciones ante ciertas cosas que vamos dejando sin resolver, y sólo temporalmente, pues pronto regresamos a dejar el sentido de urgencia o compromiso como acción final y la rutina nos vuelve a ganar y regresamos a nuestro estado cotidiano.

Decidí tomar este tema hoy, pues me acaba de tocar vivir un incidente en donde la muerte se mostró como realmente es: inesperada, inoportuna o no, sin primeras llamadas, brincándose la segunda para pasar al final.

Ese hecho me llevó a preguntarme y hoy deseo invitarte a cuestionarnos qué tan “preparados” estamos para recibir a la muerte de forma directa o indirecta a nuestras vidas o a la de nuestros seres queridos.

A raíz de ello me hice y hago varias preguntas una ocasión más:

¿Qué haría diferente en la vida si supiera que queda un mes de la misma?

¿Qué cosas resolvería que se han venido posponiendo o no queriendo volver a ver, en caso de saber que moriría en un mes?

¿En qué o con quiénes ya no invertiría tiempo?

Vale la pena hacer una pausa, tomar un lápiz y realmente darnos la oportunidad, aún disponible para cuestionarnos.

Decía nuestro querido Facundo Cabral en una de sus canciones, que HOY es un nuevo día y que el momento es el AHORA. Que no esperáramos a que x cosa sucediera para realizar esa acción tan esperada o soñada. Luego el propio cantautor nos alertaba sobre la urgencia, compartiendo cómo la vida no está comprada. Contó que un día decidió regresar, después de muchos años, a vivir con su madre, pues había dejado la casa materna, mas no la relación, desde los 8. Recalcó cómo planeo, se organizó y que cuando llegó el día y la hora donde sorprendería a su madre ya era demasiado tarde: él llegó a las 8 y ella había muerto a las 7:50.

No hay mucho que explicar ni decir, simplemente es momento de tomar acción hacia donde queremos, pues la vida no espera... la muerte tampoco.