Elección judicial: la verdad no salió ayer
El insólito voto que a pocos entusiasmó
A la jornada electiva de ayer para renovar la integración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación nadie ni nada le puede endilgar el estatus de ejemplar, mucho menos considerarla constitucional, democrática y de fortalecimiento de las libertades. Podría ser histórica por inédita en el ámbito que resuelve, o bien por la intención que sólo el tiempo decidirá si es falsa o cierta en cuanto a supeditar al Poder Judicial a la subordinación con el Ejecutivo, tan servil como lo es ahora el Legislativo.
En Sinaloa realmente el interés sobre el proceso giró en torno a las condiciones de seguridad que existieron para que la gente decidiera ir o no a sufragar, participación que fluyó lenta y con la perceptible sensación de que un número importante de ciudadanos lo hizo a ciegas, con el voto inducido, sin el entusiasmo que caracteriza a las sociedades cuando le permiten el libre albedrío electoral.
Desde el principio se notó la abulia en funcionarios de casillas que abrieron tarde, bostezaban de aburrimiento y se les percibía igual que a cualquiera que le echan a perder un domingo por algún motivo insustancial. Inclusive, cuando el Gobernador Rubén Rocha Moya se presentó a las 8 de la mañana a elegir en la colonia Las Quintas de Culiacán, con la cobertura de prensa y la curiosidad pública encima, tuvo que irse sin hacerlo porque todavía no estaba habilitado el punto de votación.
La verdad es que las familias optaron por conversaciones alternas y en cierto punto se sintieron cómodas hasta con la desinformación sobre lo que se votaba. La ley seca por la prohibición a expender bebidas de contenido alcohólico, que en los hechos no fue tan sedienta en cuestión de cerveza porque de alguna manera se logró obtenerla, y la otra sequía que se agravó al fallar el pronóstico de lluvias copiosas en el centro y sur de Sinaloa derivadas de la tormenta tropical Alvin.
Sin embargo, no por la poca relevancia que la opinión pública le otorgó a la parafernalia sufragante del 1 de junio significó que ésta estuviera desentendida de los reportes de votantes que decidían al pie de las indicaciones del “acordeón” desplegado en las pantallas de los teléfonos celulares; el robo de un paquete electoral en Cacalotán, Rosario; una persona observadora que en el mismo municipio marcó a la vista de todos más de la mitad de las papeletas que se utilizarían para la elección, así como comunidades desoladas por la violencia donde había urnas pero no había votantes.
Así corrió la elección judicial mientras la guerra entre células del narcotráfico proseguía esparciendo muertes y miedo. El día empezó mal en Culiacán cuando en el área contigua al Aeropuerto fue hallado muy temprano el cadáver de un agente de la Policía Estatal Preventiva, esposado y con rostro cubierto; otro homicidio se reportó en un dren de aguas pluviales del sector Capistrano, y una persona más fue asesinada cerca de la Unidad de Servicios Estatales, además de que cuatro horas después de iniciada la votación la fuerza pública recibió el aviso de artefactos explosivos en la colonia Popular, a unos metros del Consejo Distrital 5, y apareció una cabeza humana con un narcomensaje en la colonia Benito Juárez, mientras en Mazatlán algunos ciudadanos se manifestaran desde el Escudo de Sinaloa al Ayuntamiento, invocando la paz.
Al mismo tiempo marchó la batalla oficial para darle confianza a la población en edad de votar pues a las 11:00 horas el Instituto Nacional Electoral declaró instaladas el 95 por ciento de las casillas, el Gobernador Rocha y los alcaldes de Culiacán y Mazatlán, Juan de Dios Gámez y Estrella Palacios, refrendaban las condiciones de tranquilidad para los electores y las mesas de Seguridad Nacional y de Construcción de Paz en Sinaloa redundaron en el mismo sentido. Los senadores morenistas Imelda Castro Castro y Enrique Inzunza Castro de igual manera externaron su acto de fe en la elección.
Es decir, la trascendencia o insignificancia de la elección judicial se definirá en razón de la aportación democrática que resulte, la purga de prácticas y personajes de naturaleza fraudulenta, la legitimación o ilegitimidad que proporcione la participación ciudadana libre y, a más largo plazo, el comportamiento de la Corte frente al Poder Ejecutivo que maniobra para agregarla a la servidumbre política.
Ayer apenas fue posible dirimir si los mexicanos creemos en que la democracia es la vía hacia la justicia justa, expedita y exenta de la propensión de la Cuarta Transformación para aplicarla dura a los adversarios y convertirla en impunidad para los leales. El voto que no habló el primer domingo de junio se expresará más de la cuenta en los días por venir.
La mayoría fue reacia,
Porque decidió que está mal,
Someter al Poder Judicial,
Pervirtiendo la democracia.
Paralelamente al conteo de los votos que se hará en los siguientes 10 días, en el despacho de la Presidenta Claudia Sheinbaum y la sede del Movimiento Regeneración Nacional se realizará a partir de ya el otro cómputo que determinará cómo contribuyeron los gobernadores, presidentes municipales, diputados federales y senadores a que la elección judicial resulte exitosa y creíble, o fracasada e inverosímil, para a partir de allí asignar o quitar candidaturas y habilitar o anular como factores de decisión a políticos de la 4T con miras a las votaciones constitucionales de 2027 que renovarán gubernaturas en 16 estados, Sinaloa entre éstos.