En muletas por la vida
Hay personas que necesitan muletas para desplazarse debido a enfermedad, deterioro físico, accidente o cualquier otra circunstancia. Nilo Noel González Cabrera, profesor de ajedrez cubano es una de ellas, pues lo atacó la poliomielitis cuando era niño.
Sin embargo, su incapacidad no lo doblegó ni le hizo perder el optimismo, como narró en su libro “En muletas por la vida”, donde relató diversos pasajes de su vida que invitan a las personas con capacidades diferentes a superar la adversidad.
A nadie se le desea esta experiencia; no obstante, existen individuos que quisieran convertir sus muletas en signo de distinción y elegancia, de acuerdo a lo comentado por Antonio Pérez Esclarin, español radicado en Venezuela, quien en su libro “Para educar valores. Nuevas parábolas”, presentó el cuento de un rey que salió a combatir y fue herido en un muslo. La herida se gangrenó y le amputaron la pierna, por lo que debió usar muletas.
Para solidarizarse, el Primer Ministro también comenzó a utilizar muletas y poco a poco se generalizó el uso de este soporte, que adquirió el símbolo de distinción y jerarquía, al grado que funcionarios y ricos las mandaban elaborar de maderas finas y con incrustaciones de joyas y piedras preciosas.
Pasaron muchos años y ya nadie andaba sin muletas, hasta que un joven inconforme dijo que eran un estorbo y comenzó a caminar sin ellas. Lo encarcelaron por sus ideas revolucionarias y, al no modificar su comportamiento, lo exiliaron.
Bertolt Brecht escribió también un poema titulado “Las muletas”, en donde señaló que una persona llevó muletas por siete años diciendo que era tullido, hasta que un doctor se las quitó y le indicó: “Son esos trastos los que te impiden andar”.
¿Cuáles son mis muletas? ¿Dinero, bienes, fama, poder, títulos?