Enemigos públicos de México: Coca Cola, Pepsi, y Nestlé
15 enero 2019
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El plástico, ese material tan versátil sin el cual nuestro mundo sería radicalmente distinto, tiene un lado oscuro no tan oculto el cual la mayoría de nosotros aún no queremos aceptar. Somos una sociedad plástica, este compuesto lo podemos encontrar virtualmente en donde sea, nuestras casas, rellenos dentales, anteojos, teléfonos, automóviles, jardín, etc.
La gran mayoría de los plásticos se sintetizan a partir de derivados químicos del petróleo; sin embargo, también existen, en menor medida, plásticos derivados de fuentes renovables tales como el ácido poliláctico, almidón, cáñamo, y hasta de origen bacteriano como los polihidroxialcanoatos. A pesar de contar con una gran miríada de alternativas a los plásticos derivados de petróleo, seguimos anquilosados con el empleo de fósiles que nos perjudican (no sólo en este rubro, también la política, por ejemplo).
Aunque los plásticos tienen un bajo costo de producción, el precio que tienen sobre nuestra salud y el medio ambiente es exorbitante.
Hay un plástico particularmente nocivo, el PET (tereftalato de polietileno), el cual es utilizado para manufacturar botellas. Seguramente hay una botella o más de PET en un radio de 5 metros alrededor de ti. El PET (y muchos otros plásticos) tiene la particularidad de que contiene el compuesto químico bisfenol A (BPA), el cual es un potente irruptor de la función endócrina del cuerpo. Este compuesto está directamente relacionado con el desarrollo de cáncer de próstata, mama, vejiga, infertilidad, obesidad, y alteraciones hormonales.
Cada vez que le das un trago a la coca o degustas un alimento enlatado (por el plástico que se encuentra recubriendo el interior) estás impregnándote de BPA. Asimismo, toda la basura plástica que generas termina en un relleno o en el mar devastando ecosistemas marinos; eventualmente, el BPA residual que quedó en esos contenedores desechables permea al subsuelo o en el mar, contaminando las hortalizas y peces que algún día comerás.
¿Quiénes son los culpables?
El culpable eres tú, el consumidor de productos desechables, simple y llanamente.
Empero, la irresponsabilidad de compañías como Coca-Cola, Nestlé, y Pepsi es incuestionable. Además de utilizar el agua, ese recurso natural que por derecho es del pueblo, a un costo infinitesimalmente bajo, estas compañías son responsables del 65 por ciento del desecho plástico que contamina el mar y otros ecosistemas.
Igualmente, al ofrecer productos repletos de azúcar y aditivos, también son responsables de la epidemia de obesidad, diabetes, cáncer, y otras enfermedades no transmisibles, las cuales son el lastre que está acabando con la salud de los mexicanos y están ocasionando el colapso del sistema de salud pública en México.
Literalmente estamos ahogándonos en un mar de plástico, debemos de cesar abruptamente la tradición de utilizar productos desechables por que es más conveniente, particularmente el plástico.
Nuestros gobernantes deben de implementar políticas públicas de salud que prohíban los productos de estas empresas en escuelas, hospitales, y virtualmente todo aquel espacio donde está prohibido fumar tabaco. A final de cuentas, el consumo de estos productos son igual o más nocivo que fumar.
Asimismo, también deben de obligar a estas empresas a rendir cuentas y empezar a reparar el daño casi irremediable que han ocasionado sobre el medio ambiente, nuestra salud, y nuestra sociedad. Es momento de que estas corporaciones que lucran millonariamente a costa de nuestra salud y la del planeta se hagan responsables.
Un buen propósito de Año Nuevo es dejar de consumir productos que estén dentro de un empaque desechable. No sólo el planeta te lo agradecerá, sino también tu cuerpo.