¿Eres miope? Ya es muy tarde para ti, pero no para tus hijos
La miopía es una afección irreversible en la que el globo ocular crece demasiado en su eje longitudinal (de adelante hacia atrás), lo que provoca una visión lejana borrosa. Por lo general, comienza en la infancia, y entre más pronto comience, peor es el pronóstico. Los ojos elongados aumentan el riesgo de complicaciones oculares, como cataratas, glaucoma y degeneración macular.
En la miopía, el ojo enfoca la luz en un punto justo delante de la retina, en lugar de en la retina misma. Esto se debe a que el globo ocular es demasiado largo o la córnea es demasiado curva, lo que provoca una imagen borrosa de los objetos lejanos.
La miopía suele ser hereditaria y puede empeorar con el tiempo. Los estudios han demostrado que, si uno o ambos padres tienen miopía, es más probable que sus hijos también la desarrollen. De hecho, el riesgo de desarrollar miopía es aproximadamente 10 veces mayor si ambos progenitores son miopes.
Sin embargo, la genética no es la única causa de la miopía. Otros factores que pueden contribuir a su desarrollo incluyen la exposición prolongada a la luz brillante, la falta de luz natural, la lectura prolongada y la falta de actividad física al aire libre. Además, la miopía puede empeorar con el tiempo debido a cambios en la forma del ojo y al envejecimiento.
Aunque no se puede curar la miopía, puede corregirse con gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva. Es importante hacerse un examen de la vista regularmente para detectar y tratar la miopía a tiempo.
La prevalencia de la miopía ha aumentado rápidamente en las últimas décadas. Alrededor de una cuarta parte de la población mundial actualmente tiene la condición y se espera que afecte a la mitad de la población mundial para 2050.
A pesar de estas lúgubres noticias, hay luz en el camino y esperanza con un simple tratamiento. El uso nocturno de gotas para los ojos con atropina al 0,05 por ciento, un medicamento que relaja el músculo del ojo responsable de enfocar la visión, puede retrasar la aparición de la miopía en los niños, de acuerdo con un estudio publicado en JAMA (https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2801319).
El equipo reclutó a niños no miopes de 4 a 9 años. Cada participante recibió gotas para los ojos todas las noches, pero se asignó al azar para recibir gotas con 0,05 por ciento de atropina, 0,01 por ciento de atropina o un placebo. Las familias y los médicos no sabían en qué grupo de tratamiento estaban los niños.
Un total de 353 niños usaron las gotas para los ojos asignadas durante dos años. Solo alrededor del 25 por ciento de los niños que tomaron gotas para los ojos con atropina al 0,05 por ciento, aproximadamente 30 niños, desarrollaron miopía en al menos un ojo, en comparación con alrededor del 50 por ciento de los que usaron gotas para los ojos con o placebo.
Los científicos deberán realizar estudios en poblaciones y entornos más diversos para llegar a conclusiones generalizables, ya que el ensayo se llevó a cabo solo en Hong Kong. El color de los ojos también puede influir en la dosificación, ya que los ojos de pigmentación más clara pueden ser más susceptibles a los efectos secundarios, incluida la sensibilidad a la luz.
Cómo la atropina retarda el inicio y la progresión de la miopía sigue siendo un misterio. El medicamento podría mejorar la circulación sanguínea en el ojo, pero esa es solo una hipótesis.
El nuevo estudio fue demasiado corto para sugerir que las gotas para los ojos de atropina pueden prevenir la miopía. Pero un período de seguimiento continuo en el que los participantes continúan tomando el medicamento durante la adolescencia, cuando la longitud de los ojos se estabiliza, ayudará al equipo a comprender si las gotas para los ojos de atropina pueden prevenir la afección por completo.