Esculpir la vida
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@rodolfodiazf
La vida no se nos da hecha, la tenemos que hacer. Ninguno está irrevocablemente condenado al fracaso ni predestinado a la condenación. Cada uno -como dijo Amado Nervo- es el arquitecto de su propio destino.
Aun cuando hayamos cometido errores muy graves en el pasado y sean incontables nuestras imperfecciones, hoy es el tiempo oportuno para emprender un nuevo viaje, hoy es el momento adecuado para volver a hinchar las velas de nuestra embarcación y dirigirnos a un promisorio puerto.
Miguel Ángel Buonarroti, autor de bellas esculturas como el David, La Piedad y el Moisés, dijo que él no creaba esas grandiosas estatuas, sino que solamente quitaba los pedazos que impedían que sus figuras surgieran del bloque de mármol.
Algo semejante podemos afirmar de nosotros mismos. Pacientemente debemos esculpir aquello que sobra del bloque de nuestra vida para que pueda aflorar la persona que estamos llamados a ser.
Hay que dominar la impaciencia del principiante que desea realizar en el primer intento una obra de arte. El desaliento inicial puede impedir la elaboración de una obra colosal. Hay que pulir con esmero las protuberancias y aristas que impiden la potencial transformación del bloque.
El filósofo Plotino, en el Siglo III, expresó: “Regresa a ti mismo y mira; si aún no te ves bello, haz como el escultor de una estatua que debe llegar a ser hermosa: quita, raspa, pule y limpia hasta que hagas aparecer un bello rostro en la estatua. También debes retirar todo lo superfluo, enderezar todo lo tortuoso, limpiar todo lo oscuro. Abrillántala y no ceses de esculpir tu propia estatua hasta que aparezca en ti el divino resplandor de la virtud, hasta que veas la sabiduría en pie sobre su sagrado pedestal”.
¿Esculpo pacientemente mi vida? ¿Perdono mis culpas y errores?