Esta no es para Rocha, es la última de Quirino

Jesús Rojas Rivera
29 octubre 2021

Yo no sé si lo van a extrañar, seguramente sí, sobre todos sus amigos. Poco o nulo trato tuve con él durante este “sexenio” corto, un par de saludos en eventos públicos, o última, al verlo salir de una entrevista, saludo rápido de sana distancia.

Nunca he dicho que esta sea una columna periodística que exponga acontecimientos noticiosos anticipados, este no es un espacio para leer “exclusivas” o “trascendidos”, hay columnistas muy buenos en ello, personas de mi total admiración y respeto que tienen el privilegio y la maldición que llevan las exclusivas, los anticipos, los trascendidos.

Por eso nunca predije que Quirino Ordaz sería el candidato del PRI para la sucesión de Malova, nunca lo imaginé, fue una sorpresa que se tejió fino en Ciudad de México. Lo impulsaron políticos importantes, dicen algunos que incluso tuvo el aval de altos mandos del Ejército Mexicano. Como sea, llegó, sumó y venció con buen margen.

Desde que tomó protesta hasta hoy que faltan menos de 72 horas para dejar la titularidad del Poder Ejecutivo en Sinaloa, sobre Quirino y su gobierno escribí unas 48 columnas que constan en las hemerotecas de los medios donde publico. Ni complaciente, ni alineado, escribí como suelo hacerlo, con la libertad que me permito para exponer sin empacho todo lo que me viene en gana sobre asuntos públicos. Porque otra cosa que aquí no se verá es un abuso o intromisión a la vida privada o íntima de nadie. Eso es sello de la casa.

“El PRI cicatriza”, “Izquierda, derecha y Quirino”, “Quirino en la antesala”, “Pobreza y mezquindad gubernamental”, “Quirino, gobernar no es fácil”, “El garrote de Quirino”, “Sinaloa bajo fuego y Quirino en el béisbol”, “Las razones de Quirino”, “Quirino cucando al tigre”, “Quirino show & entertainment”, entre muchas otras que, sumadas a las entrevistas y declaraciones en diversos medios locales y nacionales, dejarán constancia mi postura sobre su gobierno.

En todos estos años dije lo que tenía que decir y jamás fui reconvenido por ello y justo es por esto que escribo la columna. Porque otros por menos que eso se han parado de “pestañas”, han incluso amenazado con demandarme y no sé qué tantas barbaridades. Por el contrario, el titular del Ejecutivo que está por concluir jamás me mandó siquiera un recado, fue extremadamente respetuoso con la libertad de expresión de quien aquí firma y de muchos más que fueron incluso más críticos que yo. Me consta.

Y podrán pensar muchos que reconocerle a alguien, sobre todo a una autoridad, el buen comportamiento del que está obligado es incluso una aberración o un sinsentido, pero no, en este país donde el abuso del poder comienza justo en la censura, la intimidación y la persecución a las opiniones distintas, es más que obligado reconocer a los gobernantes que “aguantan”, que se comportan como verdaderos demócratas y permiten el ejercicio de las libertades, sobre todo de aquellas que en México son asunto de pensarse dos veces.

Por eso es que esta última columna a Quirino quiere retratar el momento en el que un gobernante concluye su encargo sin señalamientos de persecución o límites a la libertad de expresión. Se va plácidamente a disfrutar lo que construyó haciendo política, armando una bancada, desmoronando al PRI y aliándose con Morena, tejiendo fino llegó, tejiendo fino se va. Nadie se esperaba la Embajada en España, así como nadie nos imaginamos su candidatura.

De lo que hizo o dejó de hacer es cosa que en estas mismas páginas se ha publicado. Para adelante viene un gobierno nuevo, adueñado de un poder sin contrapesos, con actores que refrescan la política, pero otros que se pudren en mañas y viejas prácticas; vienen para Sinaloa otras formas de entender lo público y ya veremos qué tanto se comportan en la cumbre del poder aquellos que se dicen tolerantes en los dichos. Habrá que verlo, luego le seguimos...