Estabilidad anímica
12 abril 2019
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Las personas que mantienen equilibrio emocional son quienes hacen gala de mayor estabilidad anímica. Esto no significa que jamás existan variaciones en sus estados de ánimo, sino que las fluctuaciones y variantes no logran desestabilizarlas del todo.
Es prácticamente imposible que alguien no se muestre vulnerable emocionalmente ante un conflicto en sus relaciones familiares o de amistad; resulta imposible mantener incólumes e invariables el optimismo y entusiasmo.
Algunas personas se ven sensiblemente afectadas por los cambios de clima o por inconvenientes en el ambiente laboral. Hay quien se deprime o experimenta nostalgia ante un día nublado, lo mismo que puede trabajar con mayor energía ante un posible ascenso, o en la ansiosa espera del fin de semana.
Los estados de ánimo no generan cambios tan repentinos como los de las emociones, a la vez que se prolongan durante mayor tiempo. Además, cuando las fluctuaciones son negativas no conducen necesariamente a experimentar trastornos emocionales, como fobias, ansiedad y estrés.
La persona que mantiene generalmente un estado emocional positivo conserva su eutimia (ánimo normal), sin oscilar hacia la hipertimia (humor expansivo) o la distimia (humor deprimido), que serían la manía eufórica y la depresión. Sin embargo, conservarse firmemente anclado en la eutimia resultaría también algo anormal, porque se trataría de una persona que no reacciona ante los estímulos y revela un carácter frío e indiferente.
Mario Benedetti escribió un poema en el que describe plásticamente las diversas fluctuaciones de ánimo. “Unas veces me siento/ como pobre colina/ y otras como montaña/ de cumbres repetidas.
“Unas veces me siento/ como un acantilado/ y en otras como un cielo/ azul pero lejano.
“A veces uno es/ manantial entre rocas/ y otras veces un árbol/ con las últimas hojas”.
¿Permanezco anímicamente estable? ¿Soy más proclive al éxtasis o a la depresión?
@rodolfodiazf